28 de septiembre de 2016

Campaña de Oración por los cristianos perseguidos


Les invitamos a unirse a esta CAMPAÑA DE ORACIÓN POR LOS CRISTIANOS PERSEGUIDOS, pidiendo la paz al Inmaculado Corazón de María, ofreciendo Mil Avemarías por todos ellos.

También se puede conocer más la REALIDAD DE LOS CRISTIANOS EN SIRIA, con el testimonio de la querida Hna. María de Guadalupe, del Instituto del Verbo Encarnado:


 
PARTE I 
PARTE II


Sticker para descargar y difundir:







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20 de septiembre de 2016

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18 de septiembre de 2016

La Santa Misa explicada por San Padre Pío

El siguiente texto es el testimonio del P Derobert, sacerdote e hijo espiritual del Padre Pío...

"Él me había explicado poco después de mi ordenación sacerdotal que celebrando la Eucaristía había que poner en paralelo la cronología de la Misa y la de la Pasión. Se trataba de comprender y de darse cuenta, en primer lugar, de que el sacerdote en el Altar es Jesucristo. Desde ese momento Jesús en su Sacerdote, revive indefinidamente la Pasión.

Desde la señal de la cruz inicial hasta el ofertorio es necesario reunirse con Jesús en Getsemaní, hay que seguir a Jesús en su agonía, sufriendo ante esta "marea negra" de pecado. Hay que unirse a él en el dolor de ver que la Palabra del Padre, que él había venido a traernos, no sería recibida o sería recibida muy mal por los hombres. Y desde esta óptica había que escuchar las lecturas de la misa como estando dirigidas personalmente a nosotros.

El Ofertorio, es el arresto. La Hora ha llegado...

El Prefacio, es el canto de alabanza y de agradecimiento que Jesús dirige al Padre que le ha permitido llegar por fin a esta "Hora".

Desde el comienzo de la Plegaria Eucarística hasta la Consagración nos encontramos ¡rápidamente! con Jesús en la prisión, en su atroz flagelación, su coronación de espinas y su camino de la cruz por las callejuelas de Jerusalén teniendo presente en el "momento" a todos los que están allí y a todos aquellos por los que pedimos especialmente.

La Consagración nos da el Cuerpo entregado ahora, la Sangre derramada ahora. Es místicamente, la crucifixión del Señor. Y por eso el Padre Pío de Pietrelcina sufría atrozmente en este momento de la Misa.

El Padre Pío celebrando la Santa MisaNos reunimos enseguida con Jesús en la Cruz y ofrecemos desde este instante, al Padre, el Sacrificio Redentor. Es el sentido de la oración litúrgica que sigue inmediatamente a la Consagración.

El "Por él, con él y en él" corresponde al grito de Jesús: "Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu". Desde ese momento, el Sacrificio es consumado y aceptado por el Padre. Los hombres, en adelante, ya no están separados de Dios y se vuelven a encontrar unidos. Es la razón por la que, en este momento, se recita la oración de todos los hijos: "Padre Nuestro....."

La fracción del Pan marca la muerte de Jesús.....

La intinción, el instante en el que el Padre, habiendo quebrado la Hostia (símbolo de la muerte...) deja caer una partícula del Cuerpo de Cristo en el Cáliz de la preciosa Sangre, marca el momento de la Resurrección, pues el Cuerpo y la Sangre se reúnen de nuevo y es a Cristo vivo a quien vamos a recibir en la comunión.

La bendición del Sacerdote marca a los fieles con la cruz, como signo distintivo y a la vez como escudo protector contra las astucias del Maligno....

Se comprenderá que después de haber oído de la boca del P. Pío tal explicación, sabiendo bien que él vivía dolorosamente esto, me haya pedido seguirle por este camino...lo que hago cada día...¡y con cuánta alegría!"

Fuente: WEB CATÓLICO DE JAVIER.

Anécdotas y frases de San Padre Pío...

Queridos amigos,
Acercándonos ya a la solemnidad litúrgica del Padre Pío (23 de septiembre), queremos recordarlo compartiendo algunas historias de sus dones sobrenaturales, regalo de Dios para acrecentar la fe en nosotros y ayudarnos a servir mayormente a quienes más lo necesitan.
Estas historias, quizás algo cómicas, otras algo fuertes, nos ayuden a crecer en la vida espiritual, siguiendo los consejos del Padre Pío...

¡Cuida por dónde caminas!
Un hombre fue a San Giovanni Rotondo para conocer al Padre Pío pero era tal la cantidad de gente
que había que tuvo que volverse sin ni siquiera poder verlo. Mientras se alejaba del convento sintió el maravilloso perfume que emanaba de los estigmas del padre y se sintió reconfortado.

Unos meses después, mientras caminaba por una zona montañosa, sintió nuevamente el mismo perfume. Se paró y quedó extasiado por unos momentos inhalando el exquisito olor. Cuando volvió en sí, se dio cuenta que estaba al borde de un precipicio y que si no hubiera sido por el perfume del padre hubiera seguido caminando... Decidió ir inmediatamente a San Giovanni Rotondo a agradecer al Padre Pío. Cuando llegó al convento, el Padre Pío, el cual jamás lo había visto, le gritó sonriendo:- “¡Hijo mío! ¡Cuida por dónde caminas!

De niños y caramelos...
“Hacía tanto tiempo que no iba a visitar al Padre Pío que me sentía obsesionada por la idea de que se hubiera olvidado de mí.
Una mañana, después de haberle confiado, como de costumbre, mi hija bajo su protección, fui a Misa. De regreso, encontré a la pequeña saboreando un caramelo. Sorprendida le pregunté quién le había dado el “melito”, como ella llamaba a los caramelitos, y muy contenta me señaló el retrato del Padre Pío que dominaba sobre el corralito donde dejaba a la pequeña durante mis breves ausencias.
No di ninguna importancia al episodio y no pensé más en él.

Después de algún tiempo, no logrando sacarme de la cabeza la idea de que el Padre Pío se hubiera olvidado de mí, pude finalmente ir a visitarlo. Inmediatamente después de la confesión, cuando fui a besarle la mano, me dijo riendo: “...¿también tú querías un “melito”?”.

¿Y el zapatazo...?
Una vez un paisano del Padre Pío tenía un fuertísimo dolor de muelas. Como el dolor no lo dejaba tranquilo su esposa le dijo: “¿Por qué no rezas al Padre Pío para que te quite el dolor de muelas?? Mira aquí está su foto, rézale”. El hombre se enojó y gritó furibundo: “¿Con el dolor que tengo quieres que me ponga a rezar???”. Inmediatamente cogió un zapato y lo lanzó con todas sus fuerzas contra la foto del Padre Pío.

Algunos meses más tarde su esposa lo convenció de irse a confesar con el Padre Pío a San Giovanni Rotondo. Se arrodilló en el confesionario del Padre y, luego de decir todos los pecados que se acordaba, el Padre le dijo: “¿Qué más recuerdas?” “Nada más”, contestó el hombre. “¿¿Nada más?? ¡¿Y qué hay del zapatazo que me diste en plena cara?!.


Por dos higos...
Una señora devota del Padre Pío comió un día un par de higos de más. Asaltada por los escrúpulos, pues le parecía que había cometido un pecado de gula, prometió que iría en cuánto pudiera a confesarse con el Padre Pío. Al tiempo se dirigió a San Giovanni Rotondo y al final de la confesión le dijo al padre muy preocupada: “Padre, tengo la sensación de que me estoy olvidando de algún pecado, quizá sea algo grave”. El Padre le dijo: “No se preocupe más. No vale la pena. ¡Por dos higos!”

Un saludo grande, grande...
Una hija espiritual del Padre Pío se había quedado en San Giovanni Rotondo tres semanas con el único propósito de poder confesarse con él. Al no lograrlo, ya se marchaba para Suiza profundamente triste, cuando se acordó que el Padre Pío daba todos los días la bendición desde la ventana de su celda. Se animó con la idea de que por lo menos recibiría su bendición antes de partir y salió corriendo hacia el convento. Por el camino iba diciendo para sus adentros: “quiero un saludo grande, grande, sólo para mí”. Cuando llegó se encontró con que la gente se había marchado pues el Padre había dado ya su bendición, los había saludado a todos agitando su pañuelo desde su ventana y se había retirado a descansar. Un grupo de mujeres que rezaban el Rosario se lo confirmaron. Era inútil esperar. La señora no se desanimó por eso y se arrodilló con las demás mujeres diciendo para sí: “no importa, yo quiero un saludo grande, grande, sólo para mí”. A los pocos minutos se abrió la ventana de la celda del Padre y éste, luego de dar nuevamente su bendición, se puso a agitar una sábana a modo de saludo en vez de usar su pañuelo. Todos se echaron a reír y una mujer comentó: “-¡Miren, el padre se ha vuelto loco!”. La hija espiritual del padre comenzó a llorar emocionada. Sabía que era el saludo “grande, grande” que había pedido para sí.

El mejor cuidador...
“Unos ladrones merodeaban en mi barrio, en Roma, y esto me impedía ir a visitar al Padre Pío. Al final me decidí después de haber hecho un pacto mental con él: “Padre, yo iré a visitarte si tú me cuidas la casa...”. 
Una vez en San Giovanni Rotondo, me confesé con el Padre y al día siguiente, cuando fui a saludarle, me reprendió: “¿Aún estás aquí? ¡Y yo que estoy sudando para sostenerte la puerta!”.
Me puse de viaje inmediatamente, sin haber comprendido qué había querido decirme. Habían forzado la cerradura, pero en casa no faltaba nada.”

Algunas frases de Padre Pío para el corazón...

Reza, espera y no te preocupes. La preocupación es inútil. Dios es misericordioso y escuchará tu oración... 

La oración es la mejor arma que tenemos; es la llave al corazón de Dios. Debes hablarle a Jesús, no solo con tus labios sino con tu corazón. En realidad, en algunas ocasiones debes hablarle solo con el corazón... 

Solo quiero ser un fraile que reza... 

El tiempo transcurrido en glorificar a Dios y en cuidar la salud del alma, no será nunca tiempo perdido. 

No hay tiempo mejor empleado que el que se invierte en santificar el alma del prójimo. 
Una sola cosa es necesaria: consolar tu espíritu y amar a Dios.

Dulce es el yugo de Jesús, liviano su peso, por lo tanto, no demos lugar al enemigo para insinuarse en nuestro corazón y robarnos la paz. 

La clave de la perfección es el amor. Quien vive de amor, vive en Dios, pues Dios es amor, como dice el Apóstol. 

No amar es como herir a Dios en la pupila de Su ojo. ¿Hay algo mas delicado que la pupila? 

Haré más desde el Cielo, de lo que puedo hacer aquí en la Tierra. 

Cuando se pasa ante una imagen de la Virgen hay que decir: Te saludo, María. Saluda a Jesús de mi parte.

El demonio es como un perro rabioso atado a la cadena; no puede herir a nadie más allá de lo que le permite la cadena. Mantente, pues, lejos. Si te acercas demasiado, te atrapará.

El sufrimiento de los males físicos y morales es la ofrenda más digna que puedes hacer a aquel que nos ha salvado sufriendo.

Los ángeles sólo nos tienen envidia por una cosa: ellos no pueden sufrir por Dios. Sólo el sufrimiento
nos permite decir con toda seguridad: Dios mío, mirad cómo os amo.

Salvar las almas orando siempre.

Con el estudio de los libros se busca a Dios; con la meditación se le encuentra.

¡Piensa siempre que Dios lo ve todo!

Es terrible la justicia de Dios. Pero no olvidemos que también su misericordia es infinita.

El ser tentado es signo de que el alma es muy grata al Señor.

Cuando el alma sufre y teme ofender a Dios, no le ofende y está muy lejos de pecar.

Si el pobre mundo pudiera ver la belleza del alma sin pecado, todos los pecadores, todos los incrédulos se convertirían al instante.


AGRADECEMOS EL MATERIAL A LA "WEB CATÓLICA DE JAVIER"



Anécdotas y frases de San Padre Pío...

Queridos amigos,
Acercándonos ya a la solemnidad litúrgica del Padre Pío (23 de septiembre), queremos recordarlo compartiendo algunas historias de sus dones sobrenaturales, regalo de Dios para acrecentar la fe en nosotros y ayudarnos a servir mayormente a quienes más lo necesitan.
Estas historias, quizás algo cómicas, otras algo fuertes, nos ayuden a crecer en la vida espiritual, siguiendo los consejos del Padre Pío...

¡Cuida por dónde caminas!
Un hombre fue a San Giovanni Rotondo para conocer al Padre Pío pero era tal la cantidad de gente
que había que tuvo que volverse sin ni siquiera poder verlo. Mientras se alejaba del convento sintió el maravilloso perfume que emanaba de los estigmas del padre y se sintió reconfortado.

Unos meses después, mientras caminaba por una zona montañosa, sintió nuevamente el mismo perfume. Se paró y quedó extasiado por unos momentos inhalando el exquisito olor. Cuando volvió en sí, se dio cuenta que estaba al borde de un precipicio y que si no hubiera sido por el perfume del padre hubiera seguido caminando... Decidió ir inmediatamente a San Giovanni Rotondo a agradecer al Padre Pío. Cuando llegó al convento, el Padre Pío, el cual jamás lo había visto, le gritó sonriendo:- “¡Hijo mío! ¡Cuida por dónde caminas!

De niños y caramelos...
“Hacía tanto tiempo que no iba a visitar al Padre Pío que me sentía obsesionada por la idea de que se hubiera olvidado de mí.
Una mañana, después de haberle confiado, como de costumbre, mi hija bajo su protección, fui a Misa. De regreso, encontré a la pequeña saboreando un caramelo. Sorprendida le pregunté quién le había dado el “melito”, como ella llamaba a los caramelitos, y muy contenta me señaló el retrato del Padre Pío que dominaba sobre el corralito donde dejaba a la pequeña durante mis breves ausencias.
No di ninguna importancia al episodio y no pensé más en él.

Después de algún tiempo, no logrando sacarme de la cabeza la idea de que el Padre Pío se hubiera olvidado de mí, pude finalmente ir a visitarlo. Inmediatamente después de la confesión, cuando fui a besarle la mano, me dijo riendo: “...¿también tú querías un “melito”?”.

¿Y el zapatazo...?
Una vez un paisano del Padre Pío tenía un fuertísimo dolor de muelas. Como el dolor no lo dejaba tranquilo su esposa le dijo: “¿Por qué no rezas al Padre Pío para que te quite el dolor de muelas?? Mira aquí está su foto, rézale”. El hombre se enojó y gritó furibundo: “¿Con el dolor que tengo quieres que me ponga a rezar???”. Inmediatamente cogió un zapato y lo lanzó con todas sus fuerzas contra la foto del Padre Pío.

Algunos meses más tarde su esposa lo convenció de irse a confesar con el Padre Pío a San Giovanni Rotondo. Se arrodilló en el confesionario del Padre y, luego de decir todos los pecados que se acordaba, el Padre le dijo: “¿Qué más recuerdas?” “Nada más”, contestó el hombre. “¿¿Nada más?? ¡¿Y qué hay del zapatazo que me diste en plena cara?!.


Por dos higos...
Una señora devota del Padre Pío comió un día un par de higos de más. Asaltada por los escrúpulos, pues le parecía que había cometido un pecado de gula, prometió que iría en cuánto pudiera a confesarse con el Padre Pío. Al tiempo se dirigió a San Giovanni Rotondo y al final de la confesión le dijo al padre muy preocupada: “Padre, tengo la sensación de que me estoy olvidando de algún pecado, quizá sea algo grave”. El Padre le dijo: “No se preocupe más. No vale la pena. ¡Por dos higos!”

Un saludo grande, grande...
Una hija espiritual del Padre Pío se había quedado en San Giovanni Rotondo tres semanas con el único propósito de poder confesarse con él. Al no lograrlo, ya se marchaba para Suiza profundamente triste, cuando se acordó que el Padre Pío daba todos los días la bendición desde la ventana de su celda. Se animó con la idea de que por lo menos recibiría su bendición antes de partir y salió corriendo hacia el convento. Por el camino iba diciendo para sus adentros: “quiero un saludo grande, grande, sólo para mí”. Cuando llegó se encontró con que la gente se había marchado pues el Padre había dado ya su bendición, los había saludado a todos agitando su pañuelo desde su ventana y se había retirado a descansar. Un grupo de mujeres que rezaban el Rosario se lo confirmaron. Era inútil esperar. La señora no se desanimó por eso y se arrodilló con las demás mujeres diciendo para sí: “no importa, yo quiero un saludo grande, grande, sólo para mí”. A los pocos minutos se abrió la ventana de la celda del Padre y éste, luego de dar nuevamente su bendición, se puso a agitar una sábana a modo de saludo en vez de usar su pañuelo. Todos se echaron a reír y una mujer comentó: “-¡Miren, el padre se ha vuelto loco!”. La hija espiritual del padre comenzó a llorar emocionada. Sabía que era el saludo “grande, grande” que había pedido para sí.

El mejor cuidador...
“Unos ladrones merodeaban en mi barrio, en Roma, y esto me impedía ir a visitar al Padre Pío. Al final me decidí después de haber hecho un pacto mental con él: “Padre, yo iré a visitarte si tú me cuidas la casa...”. 
Una vez en San Giovanni Rotondo, me confesé con el Padre y al día siguiente, cuando fui a saludarle, me reprendió: “¿Aún estás aquí? ¡Y yo que estoy sudando para sostenerte la puerta!”.
Me puse de viaje inmediatamente, sin haber comprendido qué había querido decirme. Habían forzado la cerradura, pero en casa no faltaba nada.”

Algunas frases de Padre Pío para el corazón...

Reza, espera y no te preocupes. La preocupación es inútil. Dios es misericordioso y escuchará tu oración... 

La oración es la mejor arma que tenemos; es la llave al corazón de Dios. Debes hablarle a Jesús, no solo con tus labios sino con tu corazón. En realidad, en algunas ocasiones debes hablarle solo con el corazón... 

Solo quiero ser un fraile que reza... 

El tiempo transcurrido en glorificar a Dios y en cuidar la salud del alma, no será nunca tiempo perdido. 

No hay tiempo mejor empleado que el que se invierte en santificar el alma del prójimo. 
Una sola cosa es necesaria: consolar tu espíritu y amar a Dios.

Dulce es el yugo de Jesús, liviano su peso, por lo tanto, no demos lugar al enemigo para insinuarse en nuestro corazón y robarnos la paz. 

La clave de la perfección es el amor. Quien vive de amor, vive en Dios, pues Dios es amor, como dice el Apóstol. 

No amar es como herir a Dios en la pupila de Su ojo. ¿Hay algo mas delicado que la pupila? 

Haré más desde el Cielo, de lo que puedo hacer aquí en la Tierra. 

Cuando se pasa ante una imagen de la Virgen hay que decir: Te saludo, María. Saluda a Jesús de mi parte.

El demonio es como un perro rabioso atado a la cadena; no puede herir a nadie más allá de lo que le permite la cadena. Mantente, pues, lejos. Si te acercas demasiado, te atrapará.

El sufrimiento de los males físicos y morales es la ofrenda más digna que puedes hacer a aquel que nos ha salvado sufriendo.

Los ángeles sólo nos tienen envidia por una cosa: ellos no pueden sufrir por Dios. Sólo el sufrimiento
nos permite decir con toda seguridad: Dios mío, mirad cómo os amo.

Salvar las almas orando siempre.

Con el estudio de los libros se busca a Dios; con la meditación se le encuentra.

¡Piensa siempre que Dios lo ve todo!

Es terrible la justicia de Dios. Pero no olvidemos que también su misericordia es infinita.

El ser tentado es signo de que el alma es muy grata al Señor.

Cuando el alma sufre y teme ofender a Dios, no le ofende y está muy lejos de pecar.

Si el pobre mundo pudiera ver la belleza del alma sin pecado, todos los pecadores, todos los incrédulos se convertirían al instante.


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17 de septiembre de 2016

Mensaje extraordinario de la Reina de la Paz dado el 16 de septiembre de 2016 en Medjugorje.

"Queridos hijos, también hoy los invito: no, no acepten lo que el mundo les ofrece y les da. ¡Decídanse por Jesús!, en Él está su paz y el gozo. Decídanse y ábranse a Él para que Él los guíe. En particular, queridos hijos, ábranse al Espíritu Santo; oro, queridos hijos por todos ustedes, para que se abran más. Oro por todos ustedes e intercedo por todos ustedes junto a mi hijo. ¡Gracias, queridos hijos, también hoy porque han respondido a mi llamado!”

16 de septiembre de 2016

¡Nuevos libros!


Hay tres nuevos libritos de oración para ayudarnos a adentrarnos en la devoción al Santísimo Sacramento, la Divina Misericordia y a San José.

Aquí pueden descargarlos...



12 de septiembre de 2016

Novenas a San Pío de Pietrelcina y San Miguel Arcángel

Para vivir este mes de septiembre con Padre Pío y San Miguel, hagamos novenas en su honor para pedir gracias que necesitemos. Pueden descargar las respectivas novenas haciendo click en la imagen de san Pío o San Miguel.
Las novenas fueron compiladas por nuestro Centro Misionero.

10 de septiembre de 2016

Para vivir el Año de la Misericordia...


Les compartimos un "Devocionario de la Divina Misericordia", con la historia, devoción, oraciones y documentos papales sobre la Misericordia.

Les invitamos a leerlo, descargarlo, imprimirlo y difundirlo libremente. Pueden verlo haciendo click en la imagen:


2 de septiembre de 2016

Mensajes de la Madre Teresa

¡Seguimos celebrando! Videos con mensajes desde el Corazón de Madre Teresa de Calcuta, editados por nuestro Centro Misionero. Pueden verlos aquí.
¡Dénse una vuelta por nuestro Canal de Youtube con Música de Medjugorje! Hacé click aquí

 


Actualización del libro de mensajes de Medjugorje


El Centro María Reina de la Paz de Argentina ha reeditado el ebook gratuito de mensajes de la Reina de la Paz: "Mensajes de la Reina de la Paz dados en Medjugorje (1981-2016)"

Esta nueva edición tiene una nueva portada, incluye todos los mensajes desde el 24 de junio de 1981 hasta el 2 de septiembre de 2016.

Pueden descargarlo de forma gratuita haciendo click en la imagen de abajo.


¡Madre Teresa de Calcuta, ruega por nosotros!

El próximo 4 de septiembre celebramos en toda la Iglesia la canonización de la Madre Teresa de Calcuta, fundadora de las Congregaciones "Misioneras de la Caridad" (de hermanas, hermanos,
sacerdotes, laicos, matrimonios y voluntarios). Una obra gigante realizada en la fuerza divina de Jesús y María.
Para recordarla y celebrarla, les compartimos esta historia sobre las apariciones de Jesús y María que recibió antes de la fundación de estos Institutos.

En 1947 la Madre Teresa de Calcuta tuvo una visión en tres partes.
En la primera escena, vio la difícil y dolorosa situación que padecían los pobres e incluso la gran pobreza interior que se escondía detrás de su pobreza material... ellos estaban tratando de llegar hasta ella.
En la segunda escena, la Madre Teresa vio a la misma multitud de pobres... Nuestra Señora (la Santísima Virgen María)  estaba allí en medio de ellos y la Madre Teresa que estaba de rodillas a su lado, le oyó decir:

"Cuida de ellos... son míos... llévalos a Jesús... llévalos a Jesús... No temas enseñarles a rezar el rosario... el rosario en familia, y todo estará bien... sin miedo... Jesús y yo estaremos contigo y tus hijos".

En la tercera escena estaban las mismas personas de nuevo y estaban cubiertos por tinieblas. Allí, en medio de una multitud angustiada que no parecía darse cuenta de su presencia, estaba Jesús en la Cruz. Nuestra Señora estaba delante de Él... y Jesús dijo a la Madre Teresa:

"Yo te lo he pedido... ella, mi madre, te lo ha pedido. ¿Vas a negarte a hacer esto por mí... cuidar de ellos, traerlos a mí?"

Luego de esto, toda la vida de la Madre Teresa estuvo dirigida a devolver el amor inconmensurable que el Padre derramó en Jesús crucificado, presente en la Eucaristía, que moraba en su corazón y se encontraba escondido en los más necesitados. Ella misma describirá la conciencia que tenía de cuánto era amada por Cristo… "La bofetada que recibió, el escupir en su cara, la coronación de espinas, la flagelación, quitarle su ropa, la crucifixión... poner su cruz en el centro, mostrando que Él era peor que los otros dos. El entierro en la tumba de otra persona, todos estos gestos y muchos otros, especialmente el terrible anhelo de ser amado, la terrible soledad, el terrible sentimiento de dolor de Su Madre. Todas estas son muestras del amor con que Él te amó, a ti y a mí". (Madre Teresa)

Podemos notar en estas visiones el papel central y decisivo que jugaría la Santísima Virgen María en cada aspecto de la vida y trabajo de la beata Madre Teresa, se comenta en el libro que documenta la referida vision de la Beata de Calcuta. La Virgen -afirma el autor- se convirtió en un puente entre la Madre Teresa y los pobres que clamaban a ella y entre los pobres y Jesús crucificado quien tenía sed de ellos, que anhelaba amarlos y ser amado por ellos, concluye.

(Extracto del libro "Mother Teresa: In the Shadow of Our Lady" de Joseph Langford, MC)


Mensaje de la Reina de la Paz del 2 de septiembre de 2016

“Queridos hijos, por voluntad de mi Hijo y con amor maternal, vengo a vosotros que pensáis en mi, que me invocáis y, de manera particular, por aquellos que no han conocido el amor de mi Hijo.
¿Tenéis corazones puros y abiertos? ¿Veis los dones, los signos de mi presencia y de mi amor?
Hijos míos, en esta vida terrena proceded siguiendo mi ejemplo.
Mi vida ha sido dolor, silencio, una inmensa fe y confianza en el Padre Celestial.
Nada sucede por casualidad, ni dolor ni alegría, ni sufrimiento ni amor.
Todas estas cosas son las gracias que mi Hijo os da y que os guían a la vida eterna.
Mi Hijo os pide el amor y la oración en Él. Lo que significa amar y orar en Él, yo como Madre os lo enseñaré. Orad en el silencio de vuestra alma y no solo recitando con los labios. Este es el más pequeño y hermoso gesto que podéis realizar en nombre de mi Hijo. Esto es paciencia, misericordia, aceptación del dolor y sacrificio realizado por los otros.
Hijos míos, mi Hijo os mira. Orad para poder ver también vosotros su Rostro, para que pueda mostrarse a vosotros. Hijos míos, yo os revelo la única verdad real; orad para poder comprenderla y para poder difundir el amor y la esperanza; para poder ser apóstoles de mi amor.
De manera particular mi Corazón materno ama a los pastores; orad por sus manos bendecidas.
Os doy las gracias”.

1 de septiembre de 2016

Septiembre, Mes de la Biblia



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Contemplaremos estos primeros 20 días "los Misterios del Rosario"
a la luz de la Palabra de Dios.

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