25 de enero de 2023

Novena a Nuestra Señora del Destierro

El próximo 17 de febrero se recuerda la fiesta de Nuestra Señora del Destierro, advocación mariana basada en el pasaje del Evangelio de San Mateo (2, 13-23) que recuerda la huida de la Sagrada Familia a Egipto.

En Brasil, esta devoción se encuentra muy difundida, unida a una antigua oración en la que se suplica a la Madre de Dios por la protección contra males y maldiciones. Es allí de donde es originaria la oración con una serie de promesas muy importantes (pueden ver la oración y sus promesas abajo). 


Este misterio de la vida de Cristo, unido a la Santísima Virgen María y a san José, nos debe llamar a una profunda compasión y misericordia hacia nuestros hermanos que huyen de sus tierras a causa de las pestes, guerras, persecuciones políticas o religiosas, violencia, devastación, problemas económicos y sociales, entre tantos otros. Jesús, al hacerse hombre, también sufrió el destierro, el tener que huir de su tierra porque, como el ángel del Señor anunció a san José en sueños "Herodes busca al Niño para matarlo" (Mt. 2, 13-18). 

Jesús mismo nos dice en el Evangelio que quienes reciben a un extranjero y lo alojan, a él lo reciben (cfr. Mateo 25). Por eso meditando en el misterio del destierro de Jesús junto a su Familia a Egipto, nos debemos comprometer con todos los desterrados, de forma que nuestra compasión se materialice en oración y obras concretas

Les proponemos, entonces, rezar desde el día 8 de febrero hasta el 17 de febrero, una novena a nuestra Señora del Destierro. Pediremos especialmente por la intención de todos los migrantes y refugiados, que huyen de su patria en búsqueda de una vida mejor. Pondremos en el Corazón de la Virgen María al pueblo de Ucrania, Rusia, Siria, Líbano, Venezuela, Afganistán y tantos otros países donde nuestros hermanos sufren el flagelo de la guerra, la persecución y tantos otros males.

¡RECEMOS UNA NOVENA A NUESTRA SEÑORA DEL DESTIERRO!

La novena se compone de rezar el santo Rosario (meditando los misterios) y rezar la "oración a nuestra Señora del Destierro"; pidiendo a la Virgen por esta intención antes mencionada. También sugerimos meditar los pasajes bíblicos referentes a la huida a Egipto y el capítulo 25 de Mateo (ver abajo).

Oración a Nuestra Señora del Destierro
Santísima Virgen María, Madre de nuestro Señor Jesucristo, Salvador del mundo, Reina del Cielo y de la tierra, Abogada de los pecadores, Auxiliadora de los cristianos, protectora de los pobres, consoladora de los tristes, amparo de los huérfanos y viudas, alivio de las almas en pena, socorro de los afligidos, desterradora de las indigencias, de las calamidades, de los enemigos corporales y espirituales, de la muerte cruel, de los eternos tormentos, de todo insecto y animal venenoso, de los malos pensamientos, de sueños pavorosos, de escenas terribles y visiones espantosas, del rigor del día del juicio, de las plagas, de los incendios, desastres, brujerías y maldiciones, de los malhechores, ladrones, asaltantes y asesinos: amada Madre mía, yo, postrado ahora a tus pies, con piadosísimas lágrimas, lleno de arrepentimiento de mis pesadas culpas, por tu intermedio pido perdón a Dios infinitamente bueno.
Ruega a tu Divino Hijo Jesús por nuestras familias, para que El destierre de nuestras vidas todos esos males, que nos dé el perdón de nuestros pecados y que nos enriquezca de Su Divina Gracia y Misericordia. Cúbrenos con tu divino manto maternal, oh divina estrella de los montes.
Destierra de todos nosotros los males y maldiciones. Ahuyenta de nosotros la peste y los desasosiegos. Que podamos, por tu intermedio, obtener de Dios la curación de todas las enfermedades, encontrar abiertas las puertas del cielo y contigo ser felices por toda la eternidad. Amén.


PROMESAS ATRIBUIDAS A ESTA ORACIÓN
Los que rezan a nuestra Señora del Destierro, por su promesa, serán protegidos contra el hambre, la peste, la guerra y las enfermedades contagiosas. A sus enemigos no tendrán poder de dañarlos ni robarles. Resistirán las tentaciones del demonio.
Todos los que tengan confianza en las misericordias de la Madre del Destierro serán felices en sus negocios y viajes, no morirán sin recibir el sacramento de la confesión y serán liberados de una muerte repentina. 

TEXTOS BIBLICOS PARA MEDITAR EN LA NOVENA

La huida a Egipto y el Destierrro de la Sagrada Familia (Mateo 2, 13-23)
"Después de la partida de los magos, el Angel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo». José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto. Allí permaneció hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por medio del Profeta: "Desde Egipto llamé a mi hijo". Al verse engañado por los magos, Herodes se enfureció y mandó matar, en Belén y sus alrededores, a todos los niños menores de dos años, de acuerdo con la fecha que los mayor le habían indicado. Así se cumplió lo que había sido anunciado por el profeta Jeremías: "En Ramá se oyó una voz, hubo lágrimas y gemidos: es Raquel, que llora a sus hijos y no quiere que la consuelen, porque ya no existen". Cuando murió Herodes, el Angel del Señor se apareció en sueños a José, que estaba en Egipto, y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, y regresa a la tierra de Israel, porque han muerto los que atentaban contra la vida del niño». José se levantó, tomó al niño y a su madre, y entró en la tierra de Israel. Pero al saber que Arquelao reinaba en Judea, en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allí y, advertido en sueños, se retiró a la región de Galilea, donde se estableció en una ciudad llamada Nazaret. Así se cumplió lo que había sido anunciado por los profetas: "Será llamado Nazareno".

A mí me lo hicieron (Mateo 25, 34-46)
"Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: "Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron; desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver". Los justos le responderán: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de paso, y te alojamos; desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?".  Y el Rey les responderá: "Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo". Luego dirá a los de su izquierda: "Aléjense de mí, malditos; vayan al fuego eterno que fue preparado para el demonio y sus ángeles, porque tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; estaba de paso, y no me alojaron; desnudo, y no me vistieron; enfermo y preso, y no me visitaron". Estos, a su vez, le preguntarán: "Señor, ¿cuando te vimos hambriento o sediento, de paso o desnudo, enfermo o preso, y no te hemos socorrido?". Y él les responderá: "Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron conmigo". Estos irán al castigo eterno, y los justos a la Vida eterna».

Fuentes:
El texto de la oración y sus promesas fue tomado, traducido y adaptado de la página oficial de la Arquidiócesis de San Pablo (Brasil) www.arquisp.org.br
Los textos bíblicos fueron tomados de "El Libro del Pueblo de Dios".

Mensaje del 25 de enero de 2023 en Medjugorje

 Mensaje de la Santísima Virgen María Reina de la Paz del 25 de enero de 2023 en Medjugorje; Bosnia Herzegovina
“Queridos hijos, oren conmigo por la paz, porque Satanás quiere la guerra y el odio en los corazones y en los pueblos. Por eso, oren y sacrifiquen sus días haciendo ayuno y penitencia, para que Dios les dé la paz. El futuro está en una encrucijada, porque el hombre moderno no quiere a Dios. Por ello la humanidad se dirige hacia la perdición. Ustedes, hijitos, son mi esperanza. Oren conmigo para que se haga realidad lo que comencé en Fátima y aquí. Oren y den testimonio de la paz en su entorno, y sean personas de paz. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”