31 de mayo de 2021

Junio, Mes del Corazón de Jesús

 

¡Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío!

"A pesar de toda oposición, este Divino Corazón triunfará.
¡Dichosos los que han sido instrumentos para establecer su reinado!"
(Santa Margarita María de Alacoque)

Que en este mes consagrado al Corazón de nuestro Maestro y Redentor trabajemos con mayor esmero y dedicación a llevar muchas almas a Él para que se encuentren con el Único que nos puede salvar, sanar, liberar, restaurar y dar la libertad verdadera.

Consagrémonos a nosotros, a nuestras familias, a nuestras ciudades y naciones, y al mundo entero al Sagrado Corazón de Jesús, Ancla de Salvación:

CONSAGRACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
(de los escritos de san Claudio de la Colombiere, confesor de santa Margarita María de Alacoque)

En reparación de tantos ultrajes y de tan crueles ingratitudes, oh adorable y amable Corazón de Jesús, y para evitar en cuanto de mí dependa el caer en semejante desgracia, te  ofrezco mi corazón con todos los sentimientos de que es capaz; yo me entrego enteramente a Ti.

Y desde este momento protesto sinceramente que deseo olvidarme de mí mismo, y de todo lo que pueda tener relación conmigo para remover el obstáculo que pudiera impedirme la entrada en ese divino Corazón, que tiene la bondad de abrirme y donde deseo entrar para vivir y morir en él con tus más fieles servidores, penetrado enteramente y abrasado de tu amor.

Ofrezco a este Corazón todo el mérito, toda la satisfacción de todas las misas, de todas las oraciones, de todos los actos de mortificación, de todas las prácticas religiosas, de todos los actos de celo, de humildad, de obediencia y de todas las demás virtudes que practicare hasta el último instante de mi vida.

No sólo entrego todo esto para honrar al Corazón de Jesús y sus admirables virtudes sino que también le pido humildemente que acepte la completa donación que le hago, y disponga de ella de la manera que más le agrade y en favor de quien le plazca.

Y como ya tengo cedido a las santas almas que están en el Purgatorio todo lo que haya en mis acciones, capaz de satisfacer a la divina justicia, deseo que esto les sea distribuido según el beneplácito del Corazón de Jesús.

¡Sagrado Corazón de Jesús! Enséñame el perfecto olvido de mí mismo, puesto que este es el único camino por el cual se puede entrar en Ti. Ya que todo lo que yo haga en lo sucesivo será tuyo, haz de manera que no haga yo nada que no sea digno de Ti.

Enséñame lo que debo hacer para llegar a la pureza de tu amor, cuyo deseo me has inspirado. Siento en mí una grande voluntad de agradarte y una impotencia aún mayor de lograrlo, sin una luz y socorro muy particulares que no puedo esperar sino de Ti.

Haz en mí tu voluntad, Señor. Me opongo a ella, lo siento, pero de veras querría no oponerme. A Ti te toca hacerlo todo, divino Corazón de Jesucristo; Tú solo tienes toda la gloria de mi santificación, si me hago santo. Esto me parece más claro que el día; pero será para Ti una grande gloria, y solamente por esto quiero desear la perfección. 
Así sea.


¡SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, EN VOS CONFÍO!

"El Corazón de Jesús no encuentra en el corazón de los hombres más que dureza, olvido, desprecio, ingratitud. Ama y no es amado y ni siquiera es conocido su amor; porque no se dignan los hombres recibir los dones por los que quiere atestiguarlo, ni escuchar las amables e íntimas manifestaciones que quiere hacer a nuestro corazón"
(San Claudio de la Colombiere) 

30 de mayo de 2021

Fiesta de la Visitación de la Virgen María y de la Señora de todos los pueblos.

 El 31 de mayo la Liturgia celebra la fiesta de la Visitación de Nuestra Señora a su prima santa Isabel. Este pasaje del Evangelio de san Lucas nos recuerda que María, una vez que se enteró por la voz del Ángel del embarazo de su prima fue "sin demora" al pueblo de la montaña, Ain Karem, no con el fin de 'constatar' si el hecho era cierto, sino con el fin de ir a servir a su prima que la necesitaba, totalmente impulsada por el Amor de Cristo que ya había sido engendrado en Ella por el Espíritu Santo. 

Para contemplar más profundamente el misterio de la Visitación, les compartimos el siguiente texto escrito por la beata mística mexicana Concepción Cabrera de Armida, en el libro "Abiertos al Espíritu":

Oculta e ignorada vivió siempre María; pero luego que la visitó el Espíritu Santo y hospedó al Verbo, Hijo del Padre, en sus virginales entrañas, impulsada por el Divino Espíritu, "Maria salió con gran presteza a una ciudad de Judá".  La caridad inflamaba el corazón de María; la consumía el ansia de servir, de comunicar el Fuego divino que la devoraba, porque el sello de la caridad verdadera es la abnegación, el olvido propio, el sacrificio; y todo esto se refleja en el amor al prójimo.
¿Y yo? ¿No retardo por respetos humanos, comodidad o egoísmo, hacer el bien a los demás? ¡Cuántas veces evitamos sacrificios que deberíamos afrontar, no sólo en bien de los cuerpos, sino sobre todo de las almas.
¿De dónde proviene esto? De que nos falta el amor, es decir, el Espíritu Santo; de que vivimos alejados de su influencia bienhechora.
Por eso vegetamos en vez de vivir y hacer obras para la vida eterna, porque un alma que ama a Dios une las buenas obras, los vencimientos y todas las virtudes al amor. ¿Y Quién es el Amor, sino el Espíritu Santo? Santa Isabel va a recibir la plenitud del Espíritu Santo por María -en su visita, en su acercamiento, en sus confidencias y en su amor-. "Cuando Isabel oyó la salutación de María, fue llena del Espíritu Santo". 

"¡Qué timbre tan dulce y atractivo tendría el acento de la que ya era la Madre de Dios! ¿Y quién es digno de oír la voz de sus consejos, sino el alma pura y sacrificada que sabe copiar sus virtudes, amarla como a la más santa de las madres y que se desvive por complacerla? Nunca el Espíritu Santo desciende a un alma que no ame a María.
¡Qué dicha tan grande la que otorgó María a Isabel sirviéndola; al hacerla testigo de aquel desbordamiento de humildad y gratitud, expresado en el MAGNÍFICAT, que Isabel escuchó extasiada!
María fue a la montaña impulsada por el Espíritu Santo, y Jesús iba con Ella. ¡Llevaba consigo al Espíritu y al Verbo, inseparables del Padre!... ¡Toda la Trinidad Santísima, de Quien era tan amada, habitaba en Ella!
Apenas habló María a Isabel, cuando Juan Bautista y su madre recibieron al Espíritu Santo; es decir, que la palabra de María le atrae; que a donde va, lo lleva, porque lleva a Jesús; y Jesús, el Verbo divino, es inseparable del Padre y del Espíritu Santo, porque de las tres divinas Personas, UNA sola es la substancia, sólo UNA la esencia. Ese niño, Juan, bajo la acción del Espíritu Santo, que recibió al mismo tiempo que su madre, preparó el camino al Mesías; convertirá a millares de hombres, bautizará a Jesús, al que dará sus primeros apóstoles, y morirá mártir.
¡Cuántas gracias recibió Juan Bautista con poseer al Espíritu Santo y qué poderosa es su acción de amor cuando el alma corresponde a sus fines!

Oración ¡María, Madre de mi corazón, a quien tanto amo!, tú que llevaste al Espíritu Santo a aquellos corazones fieles, dámelo a mí, tráelo a mí y a los míos, para nuestra santificación.
Recuerda aquellos días felices en que el Espíritu Santo te asoció al primer apostolado de tu Hijo divino, entregando el Espíritu Santo a Juan Bautista como te asociará hasta el fin del mundo para santificar las almas con tu piadosa cooperación. Si por ti baja Jesús a las almas, por ti subiré yo al Espíritu Santo para más conocerlo y amarlo; para recibir sus divinas inspiraciones, porque todas, Madre, todas hallan eco en tu corazón de Esposa. Amén.

29 de mayo de 2021

Santísima Trinidad

En el día de hoy la Liturgia nos invita a celebrar y poner nuestra mirada en el centro de nuestra Fe: Dios, que es uno y trino. 

Santa Isabel de la Trinidad (1880-1906), una carmelita descalza, profesaba una especial devoción por el misterio de la Santísima Trinidad, y nos dejó esta oración:

Ícono de la Trinidad 
Andrei Rublev
ORACIÓN A LA SANTÍSIMA TRINIDAD
escrita por santa Isabel de la Trinidad

¡Oh, Dios mío, Trinidad a quien adoro! Ayúdame a olvidarme totalmente de mí para esta establecerme en ti, inmóvil y tranquila como si mi alma viviera ya en la eternidad. Que nada pueda alterar mi paz, ni apartarme de Ti, oh, mi Inmutable, sino que, cada momento de mi vida, me sumerja más profundamente en tu divino Misterio.
Pacifica mi alma. Haz de ella tu cielo, tu morada predilecta, el lugar de tu descanso. Que nunca te deje solo sino que, vivificada por la fe, permanezca con todo mi ser en tu compañía, en completa adoración y entregada, sin reservas, a tu acción creadora.

¡Oh, mi Cristo adorado, crucificado por amor ! Quisiera ser una esposa para tu corazón. Quisiera glorificarte y amarte... hasta morir de amor. Pero reconozco mi impotencia. Por eso, te pido que me revistas de Ti mismo, que identifiques mi alma con todos los sentimientos de tu alma, que me sumerjas en Ti y que me invadas ; que, tu ser sustituya mi ser para que mi vida sea solamente una irradiación de tu propia vida. Ven a mi como Adorador, como Reparador y como Salvador.

¡Oh, Verbo eterno, Palabra de mi Dios ! Quiero pasar mi vida escuchándote. Quiero permanecer atenta a tus inspiraciones para que seas mi único Maestro. Quiero vivir siempre en tu presencia y morar bajo tu luz infinita, a través de todas las noches, vacíos y fragilidades. ¡ Oh, mi Astro querido! Ilumíname con tu esplendor fulgurante de tal modo que ya no pueda apartarme de tu divina irradiación.

¡Oh, Fuego abrasador, Espíritu de amor!, desciende a mi para que se realice en mi alma como una encarnación del Verbo. Que yo sea para Él una humanidad suplementaria donde renueve su misterio. Y, Tú, ¡oh Padre!, protege a tu pobre y débil criatura. Cúbrela con tu sombra. Contempla solamente en ella a tu Hijo muy amado, en quien has puesto tu complacencia.

¡Oh, mis Tres, mi Todo, mi Bienaventuranza, Soledad infinita, Inmensidad donde me pierdo! Me entrego a Ti como victima. Sumérgete en mi para que yo quede inmersa en Ti, en espera de ir a contemplar en Tu luz, el abismo de toda tu grandeza.

25 de mayo de 2021

Mensaje del 25 de mayo 2021 en Medjugorje

 Mensaje de la Reina de la Paz del 25 de mayo de 2021 en Medjugorje

"¡Queridos hijos! Los miro y los invito: regresen a Dios porque Él es amor y por amor me ha enviado con el fin de guiarlos en el camino de la conversión. Dejen el pecado y el mal, decídanse por la santidad y la alegría reinará; y ustedes serán mis manos extendidas en este mundo extraviado. Deseo que sean oración y esperanza para aquellos que no han conocido al Dios del amor. Gracias por haber respondido a mi llamado"

23 de mayo de 2021

María, Madre de la Iglesia

 
El lunes siguiente a Pentecostés la Iglesia celebra la Fiesta de María, Madre de la Iglesia. Su origen se remonta a la tercera sesión del Concilio Vaticano II, el 21 de noviembre de 1964 cuando el papa san Pablo VI declaró que  “Madre de la Iglesia, es decir, de todo el pueblo cristiano, tanto de los fieles como de los pastores que la llaman la Madre Santísima”. En 1975 se establece la fiesta litúrgica y en 1980 la invocación fue incluída por san Juan Pablo II en las letanías marianas. El 11 de febrero de 2018 el papa Francisco estableció esta fiesta para toda la Iglesia en el mundo entero y con carácter de memoria obligatoria. 

En este día pidamos a la Santísima Virgen María, Madre de Dios y Madre de la Iglesia que nos ayude a vivir en el corazón de la Madre Iglesia, que cada uno de nosotros, bautizados, seamos imagen de Cristo resucitado en el mundo y que acerquemos muchas almas a Él con nuestro testimonio de vida y nuestra oración. Que nos sepamos parte y amemos a la Iglesia, oremos por la conversión de todos los que están dentro y fuera de ella. Oremos por los pastores, por el Papa, los obispos y sacerdotes para que sean santos y que guíen a las ovejas que Cristo les ha confiado, a la santidad. Pidamos por todos los laicos y consagrados, para que sean conscientes de la gracia bautismal y de su misión en el corazón del mundo. 


Recemos juntos la siguiente oración... 
Oración
María, Reina y Madre nuestra, te pedimos por todos tus hijos e hijas que somos el Pueblo de Dios, la Iglesia de tu Hijo Jesús. Fortalece nuestra fe, sostén nuestra esperanza y aumenta nuestra caridad. Que seamos lo que Jesús nos confió ser: el lugar de encuentro con Dios.
María, Madre de la Iglesia, enséñanos a amarla profundamente y a trabajar en ella con fidelidad plena y confianza permanente. Amén.

La imagen de Mater Ecclesiae en la Plaza San Pedro

Para la Semana Santa de 1980, san Juan Pablo II recibió un grupo de jóvenes en Roma para un encuentro internacional. En dicha audiencia, uno de los jóvenes dijo al Papa que había visto que en la Plaza San Pedro se podían ver las estatuas de muchos santos y santas, pero que faltaba una imagen de la Virgen. Él respondió "¡Bien, muy bien! Habrá que completar la plaza". Un grupo de sacerdotes se puso al corriente de lo que deseaba el Papa y le presentaron un proyecto de un arquitecto de dónde colocar dicha imagen. En 1981, luego del atentado que recibió y fue salvado por intercesión de nuestra Señora, el Papa tuvo un mayor deseo de colocar una imagen de la Virgen en la Plaza, por lo que dicho proyecto fue tenido en cuenta. El 7 de diciembre de 1981 se colocó el mosaico que se ve a la derecha de este texto, en uno de los edificios que dan a la Plaza San Pedro y al día siguiente, Solemnidad de la Inmaculada, durante el rezo del Ángelus san Juan Pablo II lo bendijo y expresó: "Que todos los que vengan a esta Plaza de San Pedro eleven hacia Ella la mirada, para dirigirle, con sentimiento de filial confianza, el propio saludo y la propia oración".

MARÍA, MATER ECCLESIAE
¡¡RUEGA POR NOSOTROS!!




22 de mayo de 2021

¡Ven Espíritu Santo!

En este día en que la Iglesia celebra la Solemnidad de Pentecostés, el don de Jesús resucitado a su Iglesia para transformarla y enviarla a la misión, pidamos la gracia de que el Divino Espíritu se derrame sobre el mundo entero, lo renueve, lo transforme y lo devuelva al Padre por Cristo en el Espíritu Santo. ¡Que el Señor renueve el milagro de Pentecostés sobre el mundo entero!

¡Ven Espíritu Divino!

Consagrémonos, por medio de María, al Espíritu Santo:

Consagración personal al Espíritu Santo
por medio de María

Divino Espíritu Santo, por medio de la Santísima Virgen María, tu Esposa, te pido que recibas la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, para que de ahora en adelante en cada momento de mi vida y en cada una de mis acciones seas quien me dirija, me ilumine y me fortalezca. 

Por las manos de tu Amadísima Esposa, María Santísima, me abandono a ti sin reservas a tu divino obrar y quiero ser dócil a tus inspiraciones y mociones, a ejemplo suyo.

¡Dulce Huésped del Alma! Fórmame con María y en María, según el modelo de tu Amado Jesús. 
¡Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio ahora y siempre por los siglos de los siglos! 
Amén.

Ven Espíritu Santo, ven por medio de la poderosa intercesión del Inmaculado Corazón de María, tu Amadísima Esposa, ven. 


21 de mayo de 2021

[MAÑANA] Jornada Mundial de Oración de la Señora de todos los pueblos

 Mañana, 22 de mayo, víspera de Pentecostés, tendrá lugar en la Capilla de la Señora de todos los pueblos la Jornada Mundial de Oración. 

Se transmitirá en vivo en el siguiente link: Prayer Day

Les dejamos el horario en la hora de Buenos Aires (Argentina)

4:00 hs. Adoración Eucarística
5:00 hs. Conferencia del Padre Paul María Sigl sobre
            Dios nos da a través de María, la Madre de
            todos los Pueblos, consolación, protección y esperanza
6.30 hs. Pausa
8.30 hs. Adoración Eucarística
9.00 hs. Segunda parte de la conferencia
10.00 hs. Hora Santa de la Divina Misericordia
11.00 hs. SANTA MISA
            Celebrante principal y predicador: Obispo Jan Hendriks,
             Diócesis de Haarlem-Ámsterdam
             Concelebrada por: Obispo emérito Jozef Punt
Cierre: Solemne consagración al Inmaculado Corazón de María



 

Novena de Pentecostés | Día 9

 DÍA 9
EL ESPÍRITU Y LA ESPOSA DICEN ¡VEN!

PALABRA DE DIOS (Apocalipsis 22, 17)

“ El Espíritu y la Esposa dicen: «¡Ven!», y el que escucha debe decir: «¡Ven!». Que venga el que tiene sed, y el que quiera, que beba gratuitamente del agua de la vida”.


REFLEXIÓN (San Juan Pablo II, “Dominum et vivificantem”) 


“La Iglesia persevera en oración con María. Esta unión de la Iglesia orante con la Madre de Cristo forma parte del misterio de la Iglesia desde el principio: la vemos presente en este misterio como está presente en el misterio de su Hijo. Nos lo dice el Concilio: « La Virgen Santísima... cubierta con la sombra del Espíritu Santo... dio a la luz al Hijo, a quien Dios constituyó primogénito entre muchos hermanos (cf. Rom 8, 29), esto es, los fieles, a cuya generación y educación coopera con amor materno »; ella, « por sus gracias y dones singulares, ... unida con la Iglesia... es tipo de la Iglesia ». « La Iglesia, contemplando su profunda santidad e imitando su caridad... se hace también madre » y « la imitación de la Madre de su Señor, por la virtud del Espíritu Santo, conserva virginalmente una fe íntegra, una esperanza sólida y una caridad sincera ». Ella (la Iglesia) « es igualmente virgen, que guarda ... la fe prometida al Esposo ».

De este modo se comprende el profundo sentido del motivo por el que la Iglesia, unida a la Virgen Madre, se dirige incesantemente como Esposa a su divino Esposo, como lo atestiguan las palabras del Apocalipsis que cita el Concilio: « El Espíritu y la Esposa dicen al Señor Jesús: « ¡Ven! ». La oración de la Iglesia es esta invocación incesante en la que el Espíritu mismo intercede por nosotros »; en cierta manera él mismo la pronuncia con la Iglesia y en la Iglesia. En efecto, el Espíritu ha sido dado a la Iglesia para que, por su poder, toda la comunidad del pueblo de Dios, a pesar de sus múltiples ramificaciones y diversidades, persevere en la esperanza: aquella esperanza en la que « hemos sido salvados ». Es la esperanza escatológica, la esperanza del cumplimiento definitivo en Dios, la esperanza del Reino eterno, que se realiza por la participación en la vida trinitaria. El Espíritu Santo, dado a los Apóstoles como Paráclito, es el custodio y el animador de esta esperanza en el corazón de la Iglesia”.




20 de mayo de 2021

Novena de Pentecostés | Día 8

 DÍA 8
RECIBAN EL ESPÍRITU SANTO



PALABRA DE DIOS (Juan 20, 19-23)

“Al atardecer de ese mismo día, el primero de la semana, estando cerradas las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, por temor a los judíos, llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: «¡La paz esté con ustedes!». Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor. Jesús les dijo de nuevo: «¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes» Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió «Reciban al Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan»”.


REFLEXIÓN (San Juan Pablo II, “Dominum et vivificantem” #42)

“Jesús confiere a los apóstoles el poder de perdonar los pecados, para que lo transmitan a sus sucesores en la Iglesia. Sin embargo, este poder concedido a los hombres presupone e implica la acción salvífica del Espíritu Santo. Convirtiéndose en « luz de los corazones », es decir de las conciencias, el Espíritu Santo « convence en lo referente al pecado », o sea hace conocer al hombre su mal y, al mismo tiempo, lo orienta hacia el bien. Merced a la multiplicidad de sus dones por lo que es invocado como el portador « de los siete dones », todo tipo de pecado del hombre puede ser vencido por el poder salvífico de Dios. En realidad —como dice San Buenaventura— « en virtud de los siete dones del Espíritu Santo todos los males han sido destruidos y todos los bienes han sido producidos ».

Bajo el influjo del Paráclito se realiza, por lo tanto, la conversión del corazón humano, que es condición indispensable para el perdón de los pecados. Sin una verdadera conversión, que implica una contrición interior y sin un propósito sincero y firme de enmienda, los pecados quedan « retenidos », como afirma Jesús, y con Él toda la Tradición del Antiguo y del Nuevo Testamento. En efecto, las primeras palabras pronunciadas por Jesús al comienzo de su ministerio, según el Evangelio de Marcos, son éstas: « Convertíos y creed en la Buena Nueva ». La confirmación de esta exhortación es el « convencer en lo referente al pecado » que el Espíritu Santo emprende de una manera nueva en virtud de la Redención, realizada por la Sangre del Hijo del hombre. Por esto, la Carta a los Hebreos dice que esta « sangre purifica nuestra conciencia ». Esta sangre, pues, abre al Espíritu Santo, por decirlo de algún modo, el camino hacia la intimidad del hombre, es decir hacia el santuario de las conciencias humanas.


19 de mayo de 2021

Novena de Pentecostés | Día 7

 DÍA 7
LES ENVIARÉ MI ESPÍRITU


PALABRA DE DIOS (Juan 16, 5-16)

“Ahora me voy al que me envió, y ninguno de ustedes me pregunta: «¿A dónde vas?». Pero al decirles esto, ustedes se han entristecido. Sin embargo, les digo la verdad: les conviene que yo me vaya, porque si no me voy, el Paráclito no vendrá a ustedes. Pero si me voy, se lo enviaré. Y cuando él venga, probará al mundo dónde está el pecado, dónde está la justicia y cuál es el juicio. El pecado está en no haber creído en mí.  La justicia, en que yo me voy al Padre y ustedes ya no me verán. Y el juicio, en que el Príncipe de este mundo ya ha sido condenado. Todavía tengo muchas cosas que decirles, pero ustedes no las pueden comprender ahora.  Cuando venga el Espíritu de la Verdad, él los introducirá en toda la verdad, porque no hablará por sí mismo, sino que dirá lo que ha oído y les anunciará lo que irá sucediendo. El me glorificará, porque recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes. Todo lo que es del Padre es mío. Por eso les digo: «Recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes».”


REFLEXIÓN (San Juan Pablo II, “Dominum et vivificantem” #67) 

“El Espíritu Santo, en su misterioso vínculo de comunión divina con el Redentor del hombre, continúa su obra; recibe de Cristo y lo transmite a todos, entrando incesantemente en la historia del mundo a través del corazón del hombre. En este viene a ser —como proclama la Secuencia de la solemnidad de Pentecostés— verdadero « padre de los pobres, dador de sus dones, luz de los corazones »; se convierte en « dulce huésped del alma », que la Iglesia saluda incesantemente en el umbral de la intimidad de cada hombre. En efecto, él trae « descanso » y « refrigerio » en medio de las fatigas del trabajo físico e intelectual; trae « descanso » y « brisa » en pleno calor del día, en medio de las inquietudes, luchas y peligros de cada época; trae por último, el « consuelo » cuando el corazón humano llora y está tentado por la desesperación.

Por esto la misma Secuencia exclama: « Sin tu ayuda nada hay en el hombre, nada que sea bueno ». En efecto, sólo el Espíritu Santo « convence en lo referente al pecado » y al mal, con el fin de instaurar el bien en el hombre y en el mundo: para « renovar la faz de la tierra ». Por eso realiza la purificación de todo lo que « desfigura » al hombre, de todo « lo que está manchado »; cura las heridas incluso las más profundas de la existencia humana; cambia la aridez interior de las almas transformándolas en fértiles campos de gracia y santidad. « Doblega lo que está rígido », « calienta lo que está frío », « endereza lo que está extraviado » a través de los caminos de la salvación”


Decenario al Espíritu Santo

Francisca Javiera
del Valle
 El presente libro fue escrito por una mística española, Francisca Javiera del Valle, que recibió especiales revelaciones privadas del Espíritu Santo. En este devocionario encontraremos una forma práctica de aprender del Espíritu Santo, quién es, qué hace en nosotros y pedir su asistencia permanente en nuestra vida. 

La edición que presentamos está tomada tal cual de sus escritos, con unas ínfimas correcciones en cuanto a la redacción, y lo único que se cambió fueron las oraciones (acto de contrición, oración inicial, letanías y oración final) al uso y costumbres del español latinoamericano para que puedan ser rezadas con mayor fluidez. 


¡Ven Espíritu Santo, ven que tu Iglesia no vive sin ti!

18 de mayo de 2021

Novena de Pentecostés | Día 6

 DÍA 6
SE ESTREMECIÓ DE GOZO MOVIDO POR EL ESPÍRITU

PALABRA DE DIOS (Lucas 10, 21-23)

“ En aquel momento Jesús se estremeció de gozo, movido por el Espíritu Santo, y dijo: «Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido. Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre, como nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar». Después, volviéndose hacia sus discípulos, Jesús les dijo a ellos solos: «¡Felices los ojos que ven lo que ustedes ven!”


REFLEXIÓN (San Juan Pablo II, “Dominum et vivificantem” #20) 

“Jesús se alegra por la paternidad divina, se alegra porque le ha sido posible revelar esta paternidad; se alegra, finalmente, por la especial irradiación de esta paternidad divina sobre los « pequeños ». Y el evangelista califica todo esto como « gozo en el Espíritu Santo ».

Este « gozo », en cierto modo, impulsa a Jesús a decir todavía: « Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; y quien es el Padre sino el Hijo, y aquél a quien se lo quiera revelar ».

Lo que durante la teofanía del Jordán vino en cierto modo « desde fuera », desde lo alto aquí proviene « desde dentro », es decir, desde la profundidad de lo que es Jesús. Es otra revelación del Padre y del Hijo, unidos en el Espíritu Santo. Jesús habla solamente de la paternidad de Dios y de su propia filiación; no habla directamente del Espíritu que es amor y, por tanto, unión del Padre y del Hijo. Sin embargo, lo que dice del Padre y de sí como Hijo brota de la plenitud del Espíritu que está en él y que se derrama en su corazón, penetra su mismo « yo », inspira y vivifica profundamente su acción. De ahí aquel « gozarse en el Espíritu Santo ». La unión de Cristo con el Espíritu Santo, de la que tiene perfecta conciencia, se expresa en aquel « gozo », que en cierto modo hace « perceptible » su fuente arcana. Se da así una particular manifestación y exaltación, que es propia del Hijo del Hombre, de Cristo-Mesías, cuya humanidad pertenece a la persona del Hijo de Dios, sustancialmente uno con el Espíritu Santo en la divinidad.

En la magnífica confesión de la paternidad de Dios, Jesús de Nazaret manifiesta también a sí mismo su « yo » divino; efectivamente, él es el Hijo « de la misma naturaleza », y por tanto « nadie conoce quien es el Hijo sino el Padre; y quien es el Padre sino el Hijo », aquel Hijo que « por nosotros los hombres y por nuestra salvación » se hizo hombre por obra del Espíritu Santo y nació de una virgen, cuyo nombre era María”


17 de mayo de 2021

Novena de Pentecostés | Día 5

 DÍA 5
EL ESPÍRITU ME HA CONSAGRADO

PALABRA DE DIOS (Lucas 4, 16-22)

“Jesús fue a Nazaret, donde se había criado; el sábado entró como de costumbre en la sinagoga y se levantó para hacer la lectura. Le presentaron el libro del profeta Isaías y, abriéndolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: "El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. El me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor". Jesús cerró el Libro, lo devolvió al ayudante y se sentó. Todos en la sinagoga tenían los ojos fijos en él. Entonces comenzó a decirles: «Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír». Todos daban testimonio a favor de él y estaban llenos de admiración por las palabras de gracia que salían de su boca”. 


REFLEXIÓN (San Juan Pablo II, “Dominum et vivificantem” #16 y #17) 

“Los textos proféticos expuestos aquí deben ser leídos por nosotros a la luz del Evangelio, como a su vez el Nuevo Testamento recibe una particular clarificación por la admirable luz contenida en estos textos veterotestamentarios. El profeta presenta al Mesías como aquél que viene por el Espíritu Santo, como aquél que posee la plenitud de este Espíritu en sí y, al mismo tiempo, para los demás, para Israel, para todas las naciones y para toda la humanidad. La plenitud del Espíritu de Dios está acompañada de múltiples dones, los de la salvación, destinados de modo particular a los pobres y a los que sufren, a todos los que abren su corazón a estos dones, a veces mediante las dolorosas experiencias de su propia existencia, pero ante todo con aquella disponibilidad interior que viene de la fe. Esto intuía el anciano Simeón, « hombre justo y piadoso » ya que « estaba en él el Espíritu Santo », en el momento de la presentación de Jesús en el Templo, cuando descubría en él la « salvación preparada a la vista de todos los pueblos » a costa del gran sufrimiento —la Cruz— que había de abrazar acompañado por su Madre. Esto intuía todavía mejor la Virgen María, que « había concebido del Espíritu Santo », cuando meditaba en su corazón los « misterios » del Mesías al que estaba asociada.

Conviene subrayar aquí claramente que el « Espíritu del Señor », que « se posa » sobre el futuro Mesías, es ante todo un don de Dios para la persona de aquel Siervo del Señor. Pero éste no es una persona aislada e independiente, porque actúa por voluntad del Señor en virtud de su decisión u opción. Aunque a la luz de los textos de Isaías la actuación salvífica del Mesías, Siervo del Señor, encierra en sí la acción del Espíritu que se manifiesta a través de él mismo, sin embargo en el contexto veterotestamentario no está sugerida la distinción de los sujetos o de las personas divinas, tal como subsisten en el misterio trinitario y son reveladas luego en el Nuevo Testamento. Tanto en Isaías como en el resto del Antiguo Testamento la personalidad del Espíritu Santo está totalmente « escondida »: escondida en la revelación del único Dios, así como también en el anuncio del futuro Mesías”


16 de mayo de 2021

Novena de Pentecostés | Día 4

DÍA 4
EL ESPÍRITU DESCENDIÓ SOBRE ÉL 

PALABRA DE DIOS (Lucas 4, 21-22)


“Todo el pueblo se hacía bautizar, y también fue bautizado Jesús. Y mientras estaba orando, se abrió el cielo, y el Espíritu Santo descendió sobre él en forma corporal, como una paloma. Se oyó entonces una voz del cielo: «Tú eres mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección»”.


REFLEXIÓN (San Juan Pablo II, “Dominum et vivificantem” #19) 


“Juan Bautista anuncia al Mesías-Cristo no sólo como el que « viene » por el Espíritu Santo, sino también como el que « lleva » el Espíritu Santo, como Jesús revelará mejor en el Cenáculo. Juan es aquí el eco fiel de las palabras de Isaías, que en el antiguo Profeta miraban al futuro, mientras que en su enseñanza a orillas del Jordán constituyen la introducción inmediata en la nueva realidad mesiánica. Juan no es solamente un profeta sino también un mensajero, es el precursor de Cristo. Lo que Juan anuncia se realiza a la vista de todos. Jesús de Nazaret va al Jordán para recibir también el bautismo de penitencia. Al ver que llega, Juan proclama: « He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo ». Dice esto por inspiración del Espíritu Santo, atestiguando el cumplimiento de la profecía de Isaías. Al mismo tiempo confiesa la fe en la misión redentora de Jesús de Nazaret. « Cordero de Dios » en boca de Juan Bautista es una expresión de la verdad sobre el Redentor, no menos significativa de la usada por Isaías: « Siervo del Señor »”.

“Es una teofanía trinitaria que atestigua la exaltación de Cristo con ocasión del bautismo en el Jordán, la cual no sólo confirma el testimonio de Juan Bautista, sino que descubre una dimensión todavía más profunda de la verdad sobre Jesús de Nazaret como Mesías. El Mesías es el Hijo predilecto del Padre. Su exaltación solemne no se reduce a la misión mesiánica del « Siervo del Señor ». A la luz de la teofanía del Jordán, esta exaltación alcanza el misterio de la Persona misma del Mesías. Él es exaltado porque es el Hijo de la divina complacencia. La voz de lo alto dice: « mi Hijo »”.


Las profecías sobre las apariciones de Medjugorje

Un día como hoy, 16 de mayo, pero en 1981, hace exactamente 40 años, en Roma tuvo lugar un evento sobrenatural. Habían pasado tres días del atentado a san Juan Pablo II,  salvado milagrosamente por intervención de la Virgen María.
Ese 16 de mayo,  la Renovación Carismática estaba reunida esos días en una asamblea especial. 

Un sacerdote de Medjugorje estaba presente en dicha asamblea, y se levantó para pedir oración por los jóvenes de su país, la entonces Yugoslavia, que se integraban masivamente a las filas del partido comunista, alejándose de la Iglesia Católica. En ese momento, una religiosa clarisa, la Hna. Briege Mckenna oró sobre él y tuvo la siguiente visión, según su propio relato:  "Vi una iglesia blanca con dos torres gemelas. El padre estaba sentado en la sede del santuario de esta iglesia y ríos de agua viva fluían desde el altar. Mucha gente iba y recogía el agua con sus manos y la bebía". *
Esta visión fue muy significativa, ya que la Iglesia a la que hace referencia la visión, de acuerdo al propio testimonio de la hermana, era exactamente la de la parroquia Santiago Apóstol de Medjugorje que pudo visitar una vez iniciadas las apariciones. También la imagen de los pererginos que se acercan a Medjugorje y de allí reciben "el Agua viva" que es Jesús mismo y las gracias que brotan especialmente de la Santa Misa y la Adoración Eucarística celebradas diariamente en la parroquia.

También el siervo de Dios Padre Emiliano Tardiff recibió una palabra profética en esa misma asamblea carismática: No te preocupes, dentro de poco enviaré a mi Madre”.  Él mismo decía: “En ese momento yo no tenía la menor noción del alcance de esa profecía. Lo único que hice fue transmitir dócilmente lo que había recibido”.
Siervo de Dios
P. Emiliano Tardiff


Apenas un mes y unos días mas tarde, el 24 de junio de 1981 la Virgen María se apareció por primera vez en Medjugorje a seis jóvenes y al día siguiente a los que serían los seis videntes que siguen viendo a la Virgen, algunos todos los días y otros una vez al año. 

Tanto el padre Tardiff como la Hna. Briege Mackenna profetizaron ese día una de las apariciones marianas más importantes de nuestro tiempo que aún continúan en nuestros días. Demos gracias a Dios que nos envía a su Madre Santísima para llamarnos a reconciliarnos con Dios y entre los hermanos y pidamos por el don de la paz, tan necesario para nuestros tiempos.

Nuestra Señora nos dijo en Medjugorje: "Queridos hijos, para que haya paz en el mundo debe haber paz en sus corazones". Ella misma nos da la 'solución' para que tengamos paz en nuestros corazones: la oración, la confesión mensual, adorar y recibir a Jesús en la Eucaristía, el rezo del rosario, la lectura de la Palabra de Dios, la decisión definitiva por la santidad en nuestra vida cotidiana... todo esto que ella nos pide en sus mensajes traerá la paz a nuestros corazones, a nuestras familias, a nuestros ambientes donde trabajamos, a nuestras comunidades y parroquias... la santidad personal transforma y redunda en santidad comunitaria. ¡Decidámonos por Dios y respondamos a los mensajes de la Virgen!

* tomado del libro "Los milagros sí ocurren" de Sister Briege Mckenna 

15 de mayo de 2021

Jornada de Oración de la Señora de todos los pueblos


 Jornada de oración 
En directo desde la Capilla de la Señora de todos los Pueblos - Amsterdam

Con el fin de celebrar esta fiesta tan importante, los invitamos a participar virtualmente en la Jornada de oración y a reunirnos alrededor de la Virgen el 22 de mayo a través de la transmisión por internet, con traducción simultánea en español.

Puedes acceder al programa completo en www.prayerday.info


Sor Emmanuel comparte con nosotros un medio seguro para atraer al Espíritu Santo a nuestro mundo tan herido por el miedo. Este video hará crecer nuestra adhesión a la Santísima Virgen y, por medio de Ella, al Espíritu de Paz que tanto anhelamos. ¡Urge! Para dar un renovado aliento a tantos cristianos desanimados ante las pruebas, difundámoslo cuanto antes. 

Link para visualizar el video: https://youtu.be/kuldltan2qA




Novena de Pentecostés | Día 3

 DIA 3
LLENA DEL ESPÍRITU SANTO EXCLAMÓ

PALABRA DE DIOS (Lucas 1, 39-55)

“En aquellos días, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: «¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor».
María dijo entonces: «Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi salvador,  porque él miró con bondad la pequeñez de tu servidora. En adelante todas las generaciones me llamarán feliz, porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas: ¡su Nombre es santo! Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que lo temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón. Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes. Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías. Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y de su descendencia para siempre».

REFLEXIÓN (San Juan Pablo II, “Dominum et vivificantem” #51) 

“El Espíritu Santo, que cubrió con su sombra el cuerpo virginal de María, dando comienzo en ella a la maternidad divina, al mismo tiempo hizo que su corazón fuera perfectamente obediente a aquella autocomunicación de Dios que superaba todo concepto y toda facultad humana. « ¡Feliz la que ha creído! »; así es saludada María por su parienta Isabel, que también estaba « llena de Espíritu Santo », En las palabras de saludo a la que « ha creído », parece vislumbrarse un lejano (pero en realidad muy cercano) contraste con todos aquellos de los que Cristo dirá que « no creyeron », María entró en la historia de la salvación del mundo mediante la obediencia de la fe. Y la fe, en su esencia más profunda, es la apertura del corazón humano ante el don: ante la autocomunicación de Dios por el Espíritu Santo. Escribe San Pablo: « El Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, allí está la libertad ». Cuando Dios Uno y Trino se abre al hombre por el Espíritu Santo, esta « apertura » suya revela y, a la vez, da a la creatura-hombre la plenitud de la libertad. Esta plenitud, de modo sublime, se ha manifestado precisamente mediante la fe de María, mediante « la obediencia a la fe ». Sí, «¡feliz la que ha creído!»”

ORACIÓN (Padre José Kentenich)

Te vemos, Madre, apresurarte con Jesús para acudir donde Isabel y servirla, cuando en júbilo es colmada por el Espíritu Santo y siente en sus entrañas cómo es santificado su Hijo. Nosotros también queremos, con callada servicialidad, regalar a la redención nuestras fuerzas y tiempo.





14 de mayo de 2021

Novena de Pentecostés | Día 2

 DÍA 2
EL ESPÍRITU DESCENDERÁ
SOBRE TI


PALABRA DE DIOS (Lucas 1, 26-38) 

“En el sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María. El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: «¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo».

Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero el Ángel le dijo: «No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin». María dijo al Ángel: «¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?». El Ángel le respondió: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios»”. 

REFLEXIÓN (San Juan Pablo II, “Dominum et vivificantem” #49)

“La Iglesia desde el principio profesa el misterio de la encarnación, misterio-clave de la fe, refiriéndose al Espíritu Santo. Dice el Símbolo Apostólico: « que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo; nació de Santa María Virgen ». Y no se diferencia del Símbolo niceno-constantinopolitano cuando afirma: « Y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María la Virgen, y se hizo hombre ».

« Por obra del Espíritu Santo » se hizo hombre aquél que la Iglesia, con las palabras del mismo Símbolo, confiesa que es el Hijo consubstancial al Padre: « Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado ». Se hizo hombre «encarnándose en el seno de la Virgen María ». Esto es lo que se realizó « al llegar la plenitud de los tiempos»”

ORACIÓN (Beata Concepción Cabrera de Armida)

¡Oh Espíritu Santo, benigno y paráclito que te complaces en aliviar nuestros males! ¡Oh fuego celestial que fecundas cuanto tocas!, ¡ven a extender por todo el mundo el amor a la Cruz! Derrama sobre nosotros tu suave unción; suscita vocaciones de laicos, religiosos y sacerdotes. Presérvanos de todo mal y llénanos de celestiales riquezas. Amén. Crea en mí, Dios mío, un corazón puro y renuévame por dentro con Espíritu firme. Amén



13 de mayo de 2021

Novena de Pentecostés | Día 1



ORACIONES PARA CADA DÍA DE LA NOVENA

Oración Inicial (por el nuevo Pentecostés de Amor, de la Venerable Marta Robin)




Señor, envía tu Espíritu y todo será creado, y renovarás la faz de la tierra.
Señor, renueva tu Primer Pentecostés. Concede, Jesús, a todos tus amados sacerdotes, la gracia del discernimiento de espíritus. Llénalos con tus dones, aumenta su amor, haz de ellos, apóstoles valientes y verdaderos santos entre los hombres.

Espíritu Santo, Dios de Amor, ven, como un viento poderoso a nuestras catedrales, a nuestras iglesias, a nuestras capillas, a nuestros cenáculos, en las casas más lujosas como en las casas más humildes. Llena toda la tierra con tu consuelo y amor.

Ven Espíritu de Amor, trae al mundo la frescura de tu fuego santificador. ¡Envuelve a todos los hombres en el resplandor de tu Gracia! Llévalos a todos al esplendor de tu Gloria, ven a reconfortarnos en el presente, tan pesado de ansiedad, aclara en futuro incierto de muchos, fortalece a los que todavía vacilan en los caminos divinos.

Espíritu de Luz, disipa todas las tinieblas en la tierra, guía todas las ovejas errantes al redil divino, perfora las nubes de tu misteriosa claridad, revélate a los hombres y este día será el anuncio de una nueva aurora.
Amén

Oración final (Veni Creator Spiritus)
Ven, Espíritu Creador,
visita las almas de tus fieles
llena con tu divina gracia,
los corazones que creaste.
Tú, a quien llamamos Paráclito,
don de Dios Altísimo,
fuente viva, fuego,
caridad y espiritual unción.
Tú derramas sobre nosotros los siete dones;
Tú, dedo de la diestra del Padre; 
Tú, fiel promesa del Padre;
que inspiras nuestras palabras.
Ilumina nuestros sentidos;
infunde tu amor en nuestros corazones;
y, con tu perpetuo auxilio,
fortalece la debilidad de nuestro cuerpo.
Aleja de nosotros al enemigo,
danos pronto la paz,
sé nuestro director y nuestro guía,
para que evitemos todo mal.
Por ti conozcamos al Padre,
al Hijo revélanos también;
Creamos en ti, su Espíritu,
por los siglos de los siglos
Gloria a Dios Padre,
y al Hijo que resucitó,
y al Espíritu Paráclito,
por los siglos de los siglos. Amén.



 DÍA 1
EN EL PRINCIPIO...

de la Palabra de Dios (Génesis 1, 2)

“Al principio Dios creó el cielo y la tierra.  La tierra era algo informe y vacío, las tinieblas cubrían el abismo, y el soplo de Dios se cernía sobre las aguas”. 

Reflexión (San Juan Pablo II, “Dominum et vivificantem” #12)

“Así leemos ya en las primeras páginas del libro del Génesis: « En el principio creó Dios los cielos y la tierra ... y el Espíritu de Dios (ruah Elohim) aleteaba por encima de las aguas ». Este concepto bíblico de creación comporta no sólo la llamada del ser mismo del cosmos a la existencia, es decir, el dar la existencia, sino también la presencia del Espíritu de Dios en la creación, o sea, el inicio de la comunicación salvífica de Dios a las cosas que crea. Lo cual es válido ante todo para el hombre, que ha sido creado a imagen y semejanza de Dios: « Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra ». « Hagamos », ¿se puede considerar que el plural, que el Creador usa aquí hablando de sí mismo, sugiera ya de alguna manera el misterio trinitario, la presencia de la Trinidad en la obra de la creación del hombre? El lector cristiano, que conoce ya la revelación de este misterio, puede también descubrir su reflejo en estas palabras. En cualquier caso, el contexto nos permite ver en la creación del hombre el primer inicio de la donación salvífica de Dios a la medida de su « imagen y semejanza », que ha concedido al hombre”

Oración (beata Concepción Cabrera de Armida)

¡Oh Espíritu Paráclito, bondad inefable, que suavísimamente abrasas las almas en fuego celestial! Aquí venimos tus hijos a implorar tu protección poderosa y todos tus dones, para emplearlos en saber amar a Jesús.
Ven a nuestra inteligencia para que reine en ella la luz purísima de Jesús.
Ven a nuestra voluntad para que en ella reine la santidad de Jesús.
Ven a nuestro corazón para que en él reine el amor a Jesús.
Ven, por fin, a nuestro ser, para que lo absorba la vida divina de Jesús.
Tú que eres la fuente de gracia, derramala abundantemente en nuestros corazones.
¡Oh divino Espíritu, fuente de infinita pureza!, límpianos del pecado, renueva nuestras almas en Cristo y escucha propicio las peticiones que ahora te hacemos. Amén.