30 de mayo de 2021

Fiesta de la Visitación de la Virgen María y de la Señora de todos los pueblos.

 El 31 de mayo la Liturgia celebra la fiesta de la Visitación de Nuestra Señora a su prima santa Isabel. Este pasaje del Evangelio de san Lucas nos recuerda que María, una vez que se enteró por la voz del Ángel del embarazo de su prima fue "sin demora" al pueblo de la montaña, Ain Karem, no con el fin de 'constatar' si el hecho era cierto, sino con el fin de ir a servir a su prima que la necesitaba, totalmente impulsada por el Amor de Cristo que ya había sido engendrado en Ella por el Espíritu Santo. 

Para contemplar más profundamente el misterio de la Visitación, les compartimos el siguiente texto escrito por la beata mística mexicana Concepción Cabrera de Armida, en el libro "Abiertos al Espíritu":

Oculta e ignorada vivió siempre María; pero luego que la visitó el Espíritu Santo y hospedó al Verbo, Hijo del Padre, en sus virginales entrañas, impulsada por el Divino Espíritu, "Maria salió con gran presteza a una ciudad de Judá".  La caridad inflamaba el corazón de María; la consumía el ansia de servir, de comunicar el Fuego divino que la devoraba, porque el sello de la caridad verdadera es la abnegación, el olvido propio, el sacrificio; y todo esto se refleja en el amor al prójimo.
¿Y yo? ¿No retardo por respetos humanos, comodidad o egoísmo, hacer el bien a los demás? ¡Cuántas veces evitamos sacrificios que deberíamos afrontar, no sólo en bien de los cuerpos, sino sobre todo de las almas.
¿De dónde proviene esto? De que nos falta el amor, es decir, el Espíritu Santo; de que vivimos alejados de su influencia bienhechora.
Por eso vegetamos en vez de vivir y hacer obras para la vida eterna, porque un alma que ama a Dios une las buenas obras, los vencimientos y todas las virtudes al amor. ¿Y Quién es el Amor, sino el Espíritu Santo? Santa Isabel va a recibir la plenitud del Espíritu Santo por María -en su visita, en su acercamiento, en sus confidencias y en su amor-. "Cuando Isabel oyó la salutación de María, fue llena del Espíritu Santo". 

"¡Qué timbre tan dulce y atractivo tendría el acento de la que ya era la Madre de Dios! ¿Y quién es digno de oír la voz de sus consejos, sino el alma pura y sacrificada que sabe copiar sus virtudes, amarla como a la más santa de las madres y que se desvive por complacerla? Nunca el Espíritu Santo desciende a un alma que no ame a María.
¡Qué dicha tan grande la que otorgó María a Isabel sirviéndola; al hacerla testigo de aquel desbordamiento de humildad y gratitud, expresado en el MAGNÍFICAT, que Isabel escuchó extasiada!
María fue a la montaña impulsada por el Espíritu Santo, y Jesús iba con Ella. ¡Llevaba consigo al Espíritu y al Verbo, inseparables del Padre!... ¡Toda la Trinidad Santísima, de Quien era tan amada, habitaba en Ella!
Apenas habló María a Isabel, cuando Juan Bautista y su madre recibieron al Espíritu Santo; es decir, que la palabra de María le atrae; que a donde va, lo lleva, porque lleva a Jesús; y Jesús, el Verbo divino, es inseparable del Padre y del Espíritu Santo, porque de las tres divinas Personas, UNA sola es la substancia, sólo UNA la esencia. Ese niño, Juan, bajo la acción del Espíritu Santo, que recibió al mismo tiempo que su madre, preparó el camino al Mesías; convertirá a millares de hombres, bautizará a Jesús, al que dará sus primeros apóstoles, y morirá mártir.
¡Cuántas gracias recibió Juan Bautista con poseer al Espíritu Santo y qué poderosa es su acción de amor cuando el alma corresponde a sus fines!

Oración ¡María, Madre de mi corazón, a quien tanto amo!, tú que llevaste al Espíritu Santo a aquellos corazones fieles, dámelo a mí, tráelo a mí y a los míos, para nuestra santificación.
Recuerda aquellos días felices en que el Espíritu Santo te asoció al primer apostolado de tu Hijo divino, entregando el Espíritu Santo a Juan Bautista como te asociará hasta el fin del mundo para santificar las almas con tu piadosa cooperación. Si por ti baja Jesús a las almas, por ti subiré yo al Espíritu Santo para más conocerlo y amarlo; para recibir sus divinas inspiraciones, porque todas, Madre, todas hallan eco en tu corazón de Esposa. Amén.


Señora de todos los pueblos
Este día también celebramos la fiesta de la Señora de todos los pueblos. En las reportadas apariciones de Ámsterdam, 1945-1951, la Virgen María se dio el título de "Señora de todos los pueblos" o Madre de todos los pueblos, deseando que su imagen y la siguiente oración fueran difundidas por el mundo entero, invitándonos a pedir el don del Espíritu Santo sobre toda la humanidad. La oración es la siguiente:

Señor Jesucristo,
Hijo del Padre, manda ahora
 tu Espíritu sobre la tierra.
Haz que el Espíritu Santo habite 
en el corazón de todos los pueblos.
Que la Señora de todos los pueblos,
la Santísima Virgen María,
sea nuestra Abogada.
Amén

Roguemos al Padre Eterno que por la mediación de Cristo Redentor y de la Santísima Virgen María, Madre y Señora de todos los pueblos, envíe al Espíritu Santo de nuevo a toda la humanidad, para que seamos salvados, renovados, transformados y santificados.

Para mayor información y actualidades sobre la Señora de todos los pueblos, pueden hacer click en el siguiente link: https://theladyofallnations.info/es/

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