27 de enero de 2020

¡Nueva edición del libro "Dios Padre"!

Queridos amigos,
Compartimos con ustedes la reedición del libro "Dios Padre", que contiene la historia de la devoción, apariciones y mensajes de Dios Padre a la Madre Eugenia Ravasio. Incluye oraciones y la Coronilla a Dios Padre. ¡Esperamos que lo disfruten y les ayude a aumentar el amor y devoción a nuestro Padre Celestial!

Pueden descargarlo de forma gratuita y en pdf, haciendo click en la siguiente imagen:


26 de enero de 2020

Mensaje de la Virgen del 25 de enero de 2020


Mensaje de la Virgen dado el 25 de enero de 2020 en Medjugorje

“Queridos hijos! Hoy los invito a que oren aún más, hasta que en su corazón sientan la santidad del perdón. Debe haber santidad en las familias, porque, hijitos, no hay futuro para el mundo sin amor ni santidad, porque ustedes se dan en santidad y en alegría a Dios Creador que los ama con inmenso amor. Por eso Él me envía a ustedes. Gracias por haber respondido a mi llamado.”

15 de enero de 2020

¡Consolemos el Corazón de la Virgen!

¡Consolemos las lágrimas del
Corazón de la Virgen!
El pasado 2 de noviembre de 2018, la Virgen nos dijo en su mensaje en Medjugorje: “Queridos hijos, mi Corazón materno sufre mientras miro a mis hijos que no aman la verdad, que la esconden; mientras miro a mis hijos que no oran con sentimientos y con obras. Estoy muy triste mientras le hablo a mi Hijo, que muchos hijos míos ya no tienen fe, que a Él no lo conocen, a mi Hijo".

Tanto en Medjugorje, como en Fátima y tantos otros lugares de apariciones, la Virgen está pidiendo que consolemos su Inmaculado Corazón de tantos odios, indiferencias e ingratitudes que se cometen contra el mismo Jesús en la Eucaristía y por los pecados del mundo entero. 

¿Cómo podemos consolar el Corazón de Jesús y de María? En primer lugar y ante todo, con la santidad de vida, dando a cada cosa que hacemos un espíritu de amor y reparación. Ofrecernos cada día, en cada acción, junto a los méritos de la Pasión de Jesús y por las manos de María al Padre para que reciba nuestro humilde ofrecimiento en consolación, reparación, desagravio y amor a Él. Además de esto, podemos ofrecer nuestras oraciones, especialmente el rezo del Santo Rosario diario, la Coronilla de la Divina Misericordia, las oraciones de reparación dictadas por el Cielo en Fátima (ver al final de este texto)... ¡hay tantas oraciones! También las obras de misericordia son un bálsamo para el Corazón de Jesús, ayudando a los que lo necesiten: pobres, enfermos, ancianos... de tantas formas, con la ayuda física, material, económica y sobre todo con la oración, siempre desde el amor, la caridad y la solidaridad.

Recordemos también el pedido apremiante que hicieron Jesús y María en la devoción de los primeros viernes y sábado de cada mes. A santa Margarita María de Alacoque, Jesús le pidió que se comulgara (estando en gracia de Dios), durante nueve primeros viernes con el fin de reparar todas las ofensas a su Sagrado Corazón. En Fátima, a sor Lucía de Jesús, la Virgen y el mismo Jesús, pidieron la comunión reparadora de los cinco primeros sábados con una serie de exigencias más: comulgar, confesarse (ese día o más tiempo), rezar el santo Rosario y meditar por 15 minutos los 20 misterios del santo Rosario, todo esto con espíritu de amor y reparación al Inmaculado Corazón de María.
Asimismo, Jesús pidió a la Beata Madre Pierina de Micheli, que todos los devotos de su Santa Faz llevaran su medalla y realizaran todos los martes una visita al Santísimo Sacramento, para reparar las ofensas que recibió en la Pasión y que continúa recibiendo todos los días en la Eucaristía. Para mayor información, ver aquí.

¡Estamos en tiempos donde el Señor y nuestra Madre son muy olvidados y ofendidos! Hagamos de nuestras vidas un bálsamo para consolar sus Corazones Traspasados por amor a la humanidad.

3 de enero de 2020

Mensaje de la Reina de la Paz dado el 2 de enero de 2020 en Medjugorje

Mensaje de la Reina de la Paz dado el 2 de enero de 2020 en Medjugorje

“Queridos hijos, sé que estoy presente en sus vidas y en sus corazones. Siento su amor, escucho sus oraciones y las dirijo a mi Hijo. Pero, hijos míos, mediante mi amor maternal, yo deseo estar en la vida de todos mis hijos. Quiero reunir a todos mis hijos a mi alrededor, bajo mi manto maternal. Por eso, los invito y los llamo a ustedes, apóstoles de mi amor, para que me ayuden. Hijos míos, mi Hijo pronunció las palabras “Padre Nuestro”, Padre Nuestro que estás en todas partes y en nuestros corazones, porque Él quiere enseñarles a orar con palabras y sentimientos. Desea que siempre sean mejores, que vivan el amor misericordioso que es oración y sacrificio ilimitado por los demás. Hijos míos, denle a mi Hijo amor por el prójimo, denle a su prójimo palabras de consuelo, de compasión y obras de justicia. Todo lo que dan a los demás, apóstoles de mi amor, es acogido por mi Hijo como un regalo. Y estoy con ustedes porque mi Hijo desea que mi amor, como un rayo de luz, reanime sus almas y los ayude en la búsqueda de la paz y de la felicidad eterna. Por eso, hijos míos, ámense los unos a los otros, permanezcan unidos por medio de mi Hijo. Sean hijos de Dios que, todos unidos, pronuncian el Padre Nuestro con un corazón pleno, abierto y puro. ¡Y no teman! Les doy las gracias.”