29 de junio de 2017

Triduo a Santa María, siempre virgen

Queridos amigos,
El próximo 2 de julio la Iglesia celebra a Santa María en el privilegio de su virginidad perpetua. Este dogma mariano data de los primeros tiempos de la Iglesia en el año 374 y se confirma en el Segundo Concilio de Constantinopla.

El Papa San Juan Pablo II nos dice sobre este dogma mariano en la catequesis del 28/8/1996, en la Plaza de San Pedro: "María santísima es la siempre Virgen. Esta prerrogativa suya es consecuencia de la maternidad divina, que la consagró totalmente a la misión redentora de Cristo". Pueden leer la catequesis completa haciendo click aquí.

Les invitamos a preparse para este día rezando un triduo breve a la Santísima Virgen, venerándola en este privilegio con que el mismo Dios la honró.
Los textos bíblicos están extraídos de la Liturgia de Santa María siempre Virgen, aprobados por la Iglesia y pueden solicitarlos al Hogar de la Madre.

DÍA 1. María, Virgen antes del parto.

Oración inicial: Oh María, siempre virgen, concebida sin pecado, por intercesión de tu Corazón Inmaculado, preserva puros mi cuerpo y mi alma para poder servir al Señor con todas mis potencias y posibilidades. Reina sin pecado concebida, virgen antes del parto de Jesús, te ruego que no me dejes caer nunca en la tentación, protégeme de todas las asechanzas del enemigo, especialmente de la impureza del cuerpo y del espíritu. Amén.

Palabra de Vida: (Isaías 7, 10-14)

En aquel tiempo, el Señor habló a Acaz:
-«Pide una señal al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo.»
Respondió Acaz
-«No la pido, no quiero tentar al Señor.»
Entonces dijo Dios:
-«Escucha, casa de David: ¿No os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará una señal:
Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo,
y le pondrá por nombre Emmanuel.»

Reflexión del día: Toda verdad que la Iglesia define como contenida en la Revelación, se puede hallar en el depósito de la Sagrada Escritura y de la Tradición.
En lo que respecta a la virginidad antes del parto, es fácil encontrarla expresada en la Escritura. Que María era virgen en el momento de la concepción de Cristo nos lo dice expresamente san Lucas con las palabras “el ángel Gabriel fue enviado… a una virgen” (Lc. 1, 26-27). Que la concepción de Cristo fue virginal se afirma también más adelante cuando a la objeción de María (“¿Cómo será esto pues no conozco varón?”). El ángel le indica el modo virginal de la concepción: el Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso lo que nacerá será llamado Santo, Hijo de Dios” (Lc. 1, 35). Que no hubo ninguna relación carnal antes del nacimiento de Jesús se desprende del pasaje de san Mateo: “Y sin que (José) la conociera, Ella (María) dio a luz un hijo al que él puso por nombre Jesús” (Mt. 1, 25). Es sabido que la expresión hebrea “sin que la conociera” significa precisamente “sin que José se uniera a Ella”.
Bastan estos textos para probar qué clara es la doctrina del Nuevo Testamento en este punto.
Si recurrimos al testimonio de la Tradición, a los Santos Padres, nada tiene de extraño que encontremos enérgicas afirmaciones de la Virginidad de María antes del parto, frente a las primeras
negaciones de paganos y herejes. Estos últimos no consiguieron hacer gran mella en la fe de la Iglesia, que tan sólidamente expresaba que Cristo “fue concebido por obra del Espíritu Santo y nació de María Virgen” desde los primeros símbolos de fe.

Oración final:

  • Santa María Purísima y siempre Virgen, ruega por nosotros.
  • El Ángel del Señor anunció a María
  • y ella concibió por obra y gracia del Espíritu Santo
  • Avemaría...
  • He aquí soy la Esclava del Señor
  • que se haga en mí según tu Palabra
  • Avemaría...
  • El Verbo se hizo carne
  • y habitó entre nosotros
  • Avemaría...
  • Oremos: Derrama, Señor, tu gracia en nuestras almas, para que aquellos que hemos conocido, por el anuncio del Ángel, la encarnación de tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, lleguemos por los méritos de su Pasión y de su Cruz a la Gloria de la Resurrección, por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.
  • Santa María Purísima y siempre Virgen, ruega por nosotros.

DÍA 2. María, virgen durante el parto.

Oración inicial: Virgen Castísima y Purísima, Reina del Cielo y de la Tierra, que fuiste preservada en tu virginidad durante el parto para demostrar la gloria de Dios con y en tu vida, por tu intercesión te ruego que oigas mis súplicas, mis ruegos y mis lamentos, te ofrezco todas mis acciones de gracias por el don inmenso de tu Maternidad Divina que trajo a nosotros el Verbo encarnado. Te ruego, oh Madre, que no dejes que me separe de tu Divino Hijo Jesús, acércame más a Él siempre y vive, obra y mora en mí, oh María, siempre virgen. Amén.


Palabra de Vida:  Apocalipsis  21, 1-5 a.


Yo, Juan, vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra han pasado, y el mar ya no existe.
Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, enviada por Dios, arreglada como una novia que se adorna para su esposo.
Y escuché una voz potente que decía desde el trono:
-«Ésta es la morada de Dios con los hombres:
acampará entre ellos.
Ellos serán su pueblo,
y Dios estará con ellos y será su Dios.
Enjugará las lágrimas de sus ojos.
Ya no habrá muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor.
Porque el primer mundo ha pasado.»
Y el que estaba sentado en el trono dijo:
-«Todo lo hago nuevo.»

Reflexión del día: "Los santos Padres gustaban de recordar el valor que la integridad corporal de María tenía como signo de realidades sobrenaturales. No era para ellos un mero accidente fisiológico, sino algo que Dios pudo querer precisamente por este carácter de signo.
María fue la primera destinataria. Era importante que llevara en su mismo cuerpo un motivo de credibilidad, dado por Dios, para fortaleza de su fe en la hora difícil de la prueba, sobre todo, en el momento decisivo en que estuvo junto a la cruz del Señor. En el momento desconcertante de la muerte de Cristo, San Gregorio Nacianceno pone estas palabras en boca de la Virgen: “Lo que fue anunciado (la Encarnación del Verbo) es tal y como fue anunciado. Estoy segura de no haber sido engañada por aquel anuncio, pues guardo en mí certísimas garantías”. Gracias a estas garantías, internas y externas, María permaneció ante la cruz firmísima en su fe.
Posteriormente, conocido teológicamente el secreto que María conservó para sí, el signo de su integridad corporal ha cobrado todo su valor significativo de las características de la acción de Dios".

Oración final: Igual que el día 1.

DÍA 3. María, virgen después del parto.

Oración inicial: Oh María, Madre de Dios hecho hombre y madre de todos los hombres, Reina y Abogada nuestra, que conservaste tu virginidad después del parto, que en la integridad corporal, Dios nos revela la integridad espiritual y moral que debemos llevar todos tus hijos e hijas dispersos por el mundo. Protégenos por tu integridad y por el poder que tienes sobre la serpiente maldita. Amén.

Palabra de Vida: "En la zarza que Moisés vio arder sin consumirse, reconocemos tu virginidad admirablemente conservada" (Éxodo 3, 1-8)

En aquellos días, Moisés pastoreaba el rebaño de su suegro Jetró, sacerdote de Madián; llevó el rebaño trashumando por el desierto hasta llegar al Horeb, el monte de Dios.
El ángel del Señor se le apareció en una llamarada entre las zarzas. Moisés se fijó: la zarza ardía sin consumirse.
Moisés se dijo:
-«Voy a acercarme a mirar este espectáculo admirable, a ver cómo es que no se quema la zarza.»
Viendo el Señor que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza:
-«Moisés, Moisés.»
Respondió él:
-«Aquí estoy.»
Dijo Dios:
-«No te acerques; quítate las sandalias de los pies, pues el sitio que pisas es terreno sagrado.»
Y añadió:
-«Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob.»
Moisés se tapó la cara, temeroso de ver a Dios.
El Señor le dijo:
-«He visto la opresión de mi pueblo en Egipto, he oído sus quejas contra los opresores, me he fijado en sus sufrimientos. Voy a bajar a librarlos de los egipcios, y a sacarlos de esa tierra, para llevarlos a una tierra fértil y espaciosa, tierra que mana leche y miel.»

Reflexión del día: La Virginidad después del parto significa que la Virgen perseveró en la integridad de la virginidad después del milagroso nacimiento de Jesucristo.
La Iglesia Católica, (y también la oriental), ha creído siempre, y se ha regocijado, en la perpetua virginidad de María. La Maternidad divina es el motivo supremo de que María esté adornada con la corona de la pureza. La Virgen María fue el templo divino e inmaculado en que se engendró el cuerpo de Cristo. ¡Qué desagradecida se mostraría María si, no contenta con aquel Hijo que Dios le había concedido, no preservara la virginidad que por gracia divina tenía aún después del Nacimiento!
Según Santo Tomás de Aquino, afirmar que María hubiese tenido con San José más hijos después del Nacimiento de Jesús, contradice la inviolable dignidad del mismo Jesús. Su naturaleza divina es, como Hijo único del Padre, absoluta y perfecta en todo sentido.

Oración final: Igual al día 1.


ALGUNAS REFLEXIONES Y ORACIONES A LA SIEMPRE VIRGEN.
Tomadas de la Liturgia de las Horas propia de Santa María, siempre Virgen.


...de las I Vísperas
   
 Pura y limpia sois María
sin pecado original,
como en parto de azucenas
o de flores de azahar,

     nació el Verbo de su vientre
con clara diafanidad,
sin romperlo ni mancharlo
como el sol por el cristal.

     Cual vidriera transparente
que deja pasar el sol,
vos sois la puerta de Oriente
por la que sólo Dios puede entrar

     Vos sois la zarza divina,
que verde se conservó
entre las llamas de fuego
y que dio a luz sin dolor.

...Preces

Tú que hiciste de María la madre de misericordia,
— haz que los que viven en peligro o están tentados sientan su protección maternal.

Tú que encomendaste a María la misión de madre de familia en el hogar de Jesús y de José,
— haz que por su intercesión todas las madres fomenten en sus hogares el amor y la santidad.

Tú que fortaleciste a María cuando estaba al pie de la cruz y la llenaste de gozo en la resurrección de su Hijo,
— levanta y robustece la esperanza de los decaídos.

Tú que hiciste que María meditara tus palabras en su corazón y fuera tu esclava fiel,
— por su intercesión haz de nosotros siervos fieles y discípulos dóciles de tu Hijo.

Tú que coronaste a María como reina del cielo,
— haz que los difuntos puedan alcanzar con todos los santos la felicidad de tu reino.



Para seguir reflexionando y orando con Santa María, siempre virgen y Madre de Dios...

  • Ícono de la Siempre Virgen (Escrito por las Siervas del Hogar de la Madre). Pueden verlo completo aquí.

¡Viva Santa María, la siempre Virgen!

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