Esposas muy queridas del Señor que,
encerradas en la cárcel del purgatorio,
sufrís indecibles penas careciendo de la presencia de Dios
hasta que os purifiquéis —como el oro en el crisol—,
de las reliquias que os dejaron las culpas.
¡Con cuánta razón desde aquellas voraces llamas
clamáis a vuestros amigos pidiendo misericordia!
Yo me compadezco de vuestro dolor
y quisiera tener caudal suficiente
para satisfacer por vosotras a la justicia divina.
Pero, siendo más pobre que vosotras mismas,
apelo a la piedad de los justos,
a los ruegos de los bienaventurados,
al tesoro inagotable de la Iglesia,
a la intercesión de María Santísima
y el precio infinito de la Sangre de Jesucristo.
Concédeles, Señor, a esas pobres almas
el deseado consuelo y descanso.
Pero confío también, almas agradecidas,
que tendré en vosotras poderosas medianeras
que me alcancen del Señor gracia
con que deteste mis culpas,
adelante en la virtud,
sojuzgue mis pasiones
y llegue a la eterna bienaventuranza
por toda la eternidad. Amén.
*: Garabandal es el pueblo cantábrico de España donde la Santísima Virgen María se apareció a cuatro niñas entre 1961 y 1965, también experimentaron apariciones de San Miguel Arcángel. Puedes saber más de estas maravillosas apariciones en www.garabandal.it
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