25 de agosto de 2018

Santa Mariam de Belén

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"¡Oh Espíritu Santo, inspírame,
Amor de Dios, consúmeme!"


Breve biografía de Santa Mariam
Compilada por Centro María Reina de la Paz - Argentina.
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La familia de Mariam era muy católica, sus padres vivían muy cerca de Nazaret, donde Jesús vivió su infancia esos "años ocultos", en Abellin. Deseaban  profundamente tener hijos pero no podían y eran ya muy mayores. Entonces deciden peregrinar a Belén pidiéndole fervientemente a la Santísima Virgen y a san José, de quienes eran muy devotos, que les concedieran el don de tener un hijo. 
San José intercedió y les concedió dos hijos: Mariam y Pablo. La pequeña Mariam nació el 5 de enero de 1846, como un regalo de la Sagrada Familia en la víspera de la Epifanía del Señor, en el pueblo de Abellín, ubicado entre Nazaret y Jaffa, lugar donde aconteció la venida del Espíritu Santo sobre la Virgen María y los Apóstoles en el Cenáculo. 
A los tres años, queda huérfana de padre y madre, y se queda sola con Pablo. En Oriente, los hermanos son dados a sus parientes, y son separados entre las familias. Mariam no volverá nunca a ver a su hermanito Pablo y es enviada a vivir con unos tíos a Alejandría.

La vida de Mariam estuvo siempre llena de prodigios. Tenía el don de saber cosas, leer conciencias, predecir el futuro. Aún así, sus familiares no la comprendieron.
Jesús empieza a llamarla para sí y ella siente una vocación a consagrarse totalmente  a Él. Siendo ya joven, tiene la edad para casarse y arreglan un compromiso con un joven. La noche anterior a la fiesta de compromiso, Mariam decide cortarse el cabello, ya que en Oriente es una desgracia casarse con una mujer sin cabello. Su tío y sus familiares entonces la empiezan a tratar como esclava de las esclavas, dándole trabajos más duros y difíciles. 

Un día se entera de que una familia musulmana iría de viaje a un lugar cercano de donde vivía su hermano Pablo. Mariam decide ir a esta casa para pedir que le entreguen una carta. Mariam estaba totalmente cubierta de signos de tortura por parte de su familia y el padre de la familia musulmana le dice que vea cómo la tratan los cristianos, que mejor se hiciera musulmana. Llena del Espíritu Santo, la pequeña Mariam hace profesión de su fe diciéndole que Jesucristo es el único Dios verdadero y que jamás abandonaría su Fe. El hombre, lleno de ira, le corta el cuello con una cimitarra (especie de sable pequeño) y dándola por muerta la llevan a cueva para dejarla allí, fuera de la ciudad. Esto ocurrió el 7 de septiembre de 1858. ¡Pero la historia no se acaba aquí! Según se sabe, gracias a una revisión médica muchos años después, la cicatriz de Mariam era de 10 centímetros de largo y de 1 centímetro de profundidad. El mismo médico dijo que desde el punto de vista profesional era imposible que esa joven no podía estar viva.

Tiempo después, Mariam revelaría lo que ocurrió en ese momento, estuvo en el Cielo y tuvo una visión de Nuestra Madre del Cielo, la Santísima Virgen María, con Ángeles y Santos a su alrededor que la recibían, vio a sus padres y a la Santísima Trinidad. Escuchó después una voz: "Tú eres una virgen, pero tu libro aún no ha terminado". Luego se vio nuevamente en la cueva, donde diariamente era asistida por una bellísima mujer, vestida de azul, que sabemos que era la Virgen Santísima. Ella la curaba, la alimentaba y le hablaba diariamente. Nuestra Madre le dice que sería primero consagrada como Hija de San José y después sería hija de Santa Teresa de Jesús (carmelita descalza). Un día, Mariam había terminado de comer y tuvo ganas de comer un poco más, y se lo pidió a la Señora. Nuestra Señora le dijo: "Es suficiente por hoy. Vive siempre contenta", en estas palabras  se condensa la vida de Mariam: vivir contenta con la voluntad de Dios. Esa enseñanza la marcaría de por vida.

Recuperada de este atentado a su vida, la Virgen la manda con un sacerdote para que la oriente, a una iglesia. Luego se pone a trabajar como empleada en varias casas de Alejandría para ganar la dote y entra en la comunidad de Hermanas de San José de la Aparición en 1865. Viendo que su vida sobrenatural no concordaba con el trabajo apostólico de las hermanas, juzgaron que debía dedicarse a la vida contemplativa. Entonces, le proponen ir al Carmelo, cumpliéndose la profecía que le haría nuestra Madre. Viajará, entonces al Carmelo de Pau (Francia), recibiéndo el Santo Hábito Carmelita el 27 de julio de 1867.

En el Carmelo no fue hermana de coro, sino hermana lega. Su trabajo era muy sencillo, pero se destacó grandemente por su humildad, su servicialidad y su amor puesto en acción. Tuvo una gran cantidad de experiencias sobrenaturales, entre ellas ser atacada por el  mismo satanás. 
Por pedido del Vicario Apostólico de Mangalore, India, se dirige con un grupo de carmelitas hacia esa diócesis para fundar un nuevo Carmelo. Allí realiza su profesión perpetua el 21 de noviembre de 1871, tomando el nombre de "María de Jesús Crucificado".

La pequeña Mariam es fuertemente perseguida por otras hermanas que no comprendían las experiencias místicas, se cree incluso que todo es fruto de una posesión demoníaca y es enviada al Carmelo de Pau nuevamente. Nuestra pequeña santa no ve con odio ni rencor a sus hermanas: aprovecha esta oportunidad que Cristo le ofrece para santificarse.

En reiteradas locuciones, Jesús le pide que funde un Carmelo en Belén, Tierra Santa, en el mismo lugar donde el Rey David pastoreaba sus ovejas. El Señor le revela todos los detalles del lugar: medidas, proporciones, diseños... Se encarga desde los más pequeños detalles del edificio. Éste se edifica providencialmente y es establecido oficialmente en 1876. 
Mariam tuvo un accidente durante la construcción del Carmelo, lo cual la llevaría a sufrir largamente durante varios meses. Recibe los sacramentos de manos del Obispo, besa la Cruz y fallece santamente el 26 de agosto de 1878 en medio de sus hermanas del Carmelo, a los 33 años de edad.
Sus restos se encuentran y son venerados en el Carmelo de Belén.

Fue beatificada el 13 de octubre de 1983 por San Juan Pablo II y canonizada el 17 de mayo de 2015 (año de la Vida Consagrada), por el Papa Francisco. 

Así se cumplió una palabra que le dijo el demonio: ¡Será canonizada y yo no lo quiero!”. Es importante destacarlo, ya que esta pequeña santa de Belén fue escondida durante casi 100 años, sacada a la luz únicamente por Juan Pablo II para su beatificación. ¡No dejemos de conocerla, amarla, imitarla y pedir su poderosísima intercesión!


- Pueden profundizar en su biografía, espiritualidad y mensaje a través del libro de Sor Emmanuel Maillard "Mariam de Belén, la pequeña árabe", distribuye editorial Ágape en Argentina.

Algunas frases de Santa Mariam de Belén
(tomado del boletín "Children of Medjugorje", de Sor Emmanuel Maillard)

… “El alma humilde se vuelve luz; vive en la verdad, llega hasta Dios y Dios se abaja hasta ella. La humildad abre el camino para alcanzar las otras virtudes. El orgulloso es como el grano de trigo arrojado al agua: se hincha, aumenta de tamaño. Expongan ese grano al sol o al fuego: se secará, se quemará. El humilde es como el grano arrojado en tierra: desciende, se oculta, desaparece y muere; pero para reverdecer en el Cielo”.

… “Cosechamos las aceitunas con sumo cuidado y recogemos también las que caen al suelo para extraerles el aceite. Busquemos con igual diligencia toda ocasión de practicar la humildad. El aceite da luz; la humildad contiene la luz de Dios, nos hace ver a Dios”.

… “Observen las abejas que revolotean de flor en flor y luego vuelven a la colmena para fabricar la miel. Imítenlas, recojan por doquier el jugo de la humildad. La miel es dulce, la humildad sabe a Dios, nos hace gustar a Dios. Trabajen a diario para adquirir la humildad”.

…”Sólo el amor puede colmar el corazón del hombre. El justo se contenta con amor y un poco de tierra. Pero el malvado a pesar de todos los placeres, honores y riquezas tiene hambre, está siempre sediento. Nunca se sacia”.

… “Vean el gusano: a medida que va hundiendo en la tierra está más protegido. Al contrario si se deja ver, lo aplastan. Cuando llega el hielo, la tierra lo mantiene caliente. Al quemar el sol, encuentra en ella su refrigerio. Comprendan que al humilde todo le viene bien y lo hace feliz. Posee la paz en este mundo y gozará en el venidero”.

… “Tengan bien en cuenta esto: “¡hoy en tierra, mañana bajo tierra!”

… “Ovejitas, amen a quien les pega y no a quien las besa. Si se defienden cuando las golpean lo perderán todo, pero si abrazan a quienes las maltratan, Dios las guardará”.

… “El Señor no les reprocha el haber pecado, sino el no haberse humillado”.

… “No se detengan nunca ni en las faltas ni en los defectos de las hermanas. Escojan lo más difícil, lo más engorroso para aliviarlas. Piensen siempre bien de las demás. Discúlpenlas. Si ven que una hermana ha derramado aceite, piensen que está absorta en Dios y luego tomen un trapo para limpiar la mancha”.

… “Al Señor le disgusta la mezquindad en las ofrendas. Ofrézcanle y denle todo”.

… “Tengan sumo cuidado en conservar la quietud del corazón porque Satanás pesca en aguas turbias”.

… “Sé muy generosa. Cuando uno de tus ojos vea la maldad, ciérralo y abre el otro. ¡Cambia todo en bien!”

… “Sin María estaríamos perdidas. El enemigo lo perfora todo. María nos cuida mejor que la más amante de las madres”.


… “Cuando Jesús mira a sus elegidos su mirada hace que el corazón se derrita. ¡Oh, esa mirada!”»

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