Mensaje de la Reina de la Paz dado a Marija el 25 de diciembre de 2019
“¡Queridos hijos! Les traigo a mi Hijo Jesús para que los bendiga y les revele su amor que proviene del Cielo. El corazón de ustedes anhela una paz que, cada vez, está menos presente en la tierra. Es por eso que las personas están lejos de Dios y las almas están enfermas y avanzan hacia la muerte espiritual. Estoy con ustedes, hijitos, para guiarlos en el camino de salvación al que Dios los llama. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”
Mensaje recibido el 25 de diciembre de 2019 por Jakov Colo
“¡Queridos hijos! Hoy, en este día de gracia, de manera especial los invito a abrir sus corazones y a pedir a Jesús que fortalezca su fe. Hijitos, por medio de la oración con el corazón, de la fe y de las obras, ustedes sabrán lo que significa vivir una verdadera vida cristiana. A menudo, hijitos, su vida y sus corazones son abrumados por la oscuridad, el dolor y las cruces. No vacilen en la fe preguntándose el porqué toda vez que piensan que están solos y abandonados; más bien abran sus corazones, oren y crean firmemente. Entonces su corazón sentirá la cercanía de Dios y que Él nunca los abandona y que en cada momento está cerca de ustedes. A través de la oración y de la fe, Dios responderá a cada uno de sus porqués y convertirá en luz todos sus dolores, oscuridades y cruces. Gracias por haber respondido a mi llamado.
26 de diciembre de 2019
23 de diciembre de 2019
¡Feliz y Santa Navidad! Jesús ha nacido! Aleluya!
Queridos hermanos,
Acerquémonos al pesebre, donde Jesús ha nacido.
Pidamos a la Virgen que nos regale siempre de sus manos a Jesús
y a san José, pidámosle que nos enseñe a adorarlo en silencio
y a amar a Jesús y María con toda nuestra vida.
Que el Niño recién nacido en Belén
traiga la paz del cuerpo y el alma al mundo entero.
"Yo soy vuestra paz. Vivan mis mandamientos"
(Mensaje dado por JESÚS en Medjugorje, 25/12/2012)
¡Feliz y Santa Navidad!
2 de diciembre de 2019
Mensaje del 2 de diciembre de 2019
Mensaje de la Virgen del 2 de diciembre de 2019 en Medjugorje
“Queridos hijos, mientras los miro, a ustedes que aman a mi Hijo, mi Corazón se llena de ternura. Los bendigo con mi bendición maternal. Con mi bendición maternal también bendigo a sus pastores: a ustedes que pronuncian las palabras de mi Hijo, que bendicen con Sus manos y que tanto lo aman; que están dispuestos a realizar con alegría cualquier sacrificio por Él. Ustedes lo están siguiendo, a Él que fue el primer Pastor, el primer Misionero.
Hijos míos, apóstoles de mi amor, vivir y trabajar para otros, para todos los que ustedes aman a través de mi Hijo, es gozo y consuelo de la vida terrenal. Si mediante la oración, el amor y el sacrificio, el Reino de Dios está en sus corazones, su vida es alegre y serena. Para los que aman a mi Hijo y se aman entre sí por medio de Él, no son necesarias las palabras. Una mirada es suficiente para que se “escuchen” las palabras que no se pronuncian y los sentimientos que no se expresan. Donde reina el amor, el tiempo ya no cuenta. Nosotros estamos con ustedes.
Mi Hijo los conoce y los ama. El amor es lo que los conduce a mí, y por medio de ese amor, vendré a ustedes y les hablaré de las obras de la salvación. Quiero que todos mis hijos tengan fe y sientan mi amor maternal que los lleva a Jesús. Por eso, hijos míos, dondequiera que vayan, iluminen con amor y fe, como apóstoles del amor. Les doy las gracias”.
“Queridos hijos, mientras los miro, a ustedes que aman a mi Hijo, mi Corazón se llena de ternura. Los bendigo con mi bendición maternal. Con mi bendición maternal también bendigo a sus pastores: a ustedes que pronuncian las palabras de mi Hijo, que bendicen con Sus manos y que tanto lo aman; que están dispuestos a realizar con alegría cualquier sacrificio por Él. Ustedes lo están siguiendo, a Él que fue el primer Pastor, el primer Misionero.
Hijos míos, apóstoles de mi amor, vivir y trabajar para otros, para todos los que ustedes aman a través de mi Hijo, es gozo y consuelo de la vida terrenal. Si mediante la oración, el amor y el sacrificio, el Reino de Dios está en sus corazones, su vida es alegre y serena. Para los que aman a mi Hijo y se aman entre sí por medio de Él, no son necesarias las palabras. Una mirada es suficiente para que se “escuchen” las palabras que no se pronuncian y los sentimientos que no se expresan. Donde reina el amor, el tiempo ya no cuenta. Nosotros estamos con ustedes.
Mi Hijo los conoce y los ama. El amor es lo que los conduce a mí, y por medio de ese amor, vendré a ustedes y les hablaré de las obras de la salvación. Quiero que todos mis hijos tengan fe y sientan mi amor maternal que los lleva a Jesús. Por eso, hijos míos, dondequiera que vayan, iluminen con amor y fe, como apóstoles del amor. Les doy las gracias”.
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