El 12 de abril de 1947 ocurrió en Roma una de las apariciones marianas más impresionantes de los últimos tiempos. La Virgen María se apareció a un enemigo de la Iglesia católica, Bruno Cornacchiola.
Este hombre nació en 1913, en una familia muy pobre de Roma. Su padre y su madre eran alcohólicos, su padre pasaba muchos períodos en la cárcel. Tuvo poca enseñanza académica, y cerca de los 14 años un sacerdote lo animó a que hiciera la primera comunión, él estuvo muy ilusionado, conociendo sobre la fe católica, pero los malos tratos que recibió de su madre hicieron que esa pequeña semilla no pudiera dar fruto. Se escapó de su casa y empezó a vivir muy mal.
Siendo ya mayor se casó con Yolanda Lo Gatto. Yolanda sufrió mucho en este período, Bruno constantemente la golpeaba y maltrataba, por su carácter y su pasado donde él mismo había recibido violencia intrafamiliar. Particularmente se burlaba de su profunda fe católica.
Bruno se integra en el partido comunista y es convencido por sus compañeros de infiltrarse en la guerra civil española colándose entre los fascistas que Italia enviaba a España para apoyar a Franco, con el fin de apoyar en realidad a la facción de izquierda española. Él parte rumbo a España mientras su esposa estaba embarazada. Ya allí, un alemán adventista lo convence de que el centro de todos los males es la Iglesia Católica y sobre todo, el Papa, incitándolo a un odio irracional por la Virgen María, la Eucaristía, el Papa, los sacerdotes y religiosas. En Toledo consigue un puñal en el que, a mano, graba la inscripción "muerte al Papa". Durante este período en España, Bruno mata a una gran cantidad de sacerdotes, religiosas, católicos, además de engañar constantemente a su esposa.
Regresa a Italia, su primera hija acababa de nacer pero no le dio importancia. Convence a Yolanda de que ambos se conviertan a la iglesia adventista, cosa a lo que ella accede después de que ambos hicieran la devoción de la comunión de los nueve primeros viernes de mes en honor al Sagrado Corazón de Jesús. Una vez pasados esos nueve meses, ingresaron en dicha iglesia.
Tuvieron varios hijos más, y Bruno progresó también en la iglesia adventista. Llegó un momento en que los pastores le pidieron que escribiera un sermón en el que hablara de los 'engaños' de la Iglesia católica en relación a los dogmas marianos. Fue entonces que decidió ir el 12 de abril de 1947 a Ostia, una zona de playa cercana a Roma con sus hijos para que ellos jugaran y él pudiera redactar dicho sermón. Yolanda se quedaría en la casa ya que Bruno la había golpeado muy brutalmente en la noche anterior. Al llegar con sus hijos al andén del tren ya se había ido, por ende se toman otro tren rumbo a Tre Fontane. En dicho lugar fue el martirio de san Pablo, que según cuentra la tradición al cortarle la cabeza rebotó tres veces en el suelo y brotaron tres fuentes de agua. Allí se encuentra también una abadía trapense.
Una vez llegados a Tre Fontane los niños van a jugar mientras Bruno está escribiendo. En un momento los niños pierden la pelota con la que jugaban, ellos lo llaman y él la empieza a buscar. De repente, él ve como sus hijos miran hacia dentro de una gruta que se encontraba por allí. Estaban de rodillas, como hipnotizados y repetían mecánicamente 'Bella Señora... Bella Señora..." Bruno creía que estaban siendo objeto de una especie de brujería, pues no puede moverlos ni le responden. Súbitamente, él siente como si cayera un velo de sus ojos y ve a una bellísima mujer con un vestido blanco, un manto verde y un lazo rosado en la cintura. En sus manos lleva un pequeño libro (la Sagrada Biblia) y está descalza. A su lado ve una sotana destruída y un crucifijo roto. La Virgen María le dice: "Soy la que está en la Trinidad divina. Soy la Virgen de la Revelación. Tú me has perseguido, ¡ya basta! Entra en el redil santo, el juramento de Dios es santo, los nueve viernes que hiciste antes de entrar en el redil de la mentira son los que te han salvado. Obedece a la autoridad del Santo Padre. (...) Mi cuerpo no podía haberse corrompido y no se corrompió… por mi Hijo y por los ángeles fui llevada en cielo". (El mensaje que la Virgen le da es mucho más extenso)
El crucifijo y la sotana destruídos son una imagen importante: representan a los sacerdotes que Bruno mató durante la guerra civil, pero también las vocaciones sacerdotales y religiosas que desertarían en el futuro. El crucifijo roto representaba literalmente un crucifijo y las imágenes religiosas que se encontraban en su casa que Bruno había destruído con odio frente a su esposa.
Esta primera aparición bastó para que Bruno se conmoviera y se transformara interiormente. Una vez que la Virgen se fue (el mensaje es mucho más largo), Bruno regresó con los niños a su casa. Habló con su esposa y le pidió perdón por los maltratos, las burlas y le dijo que volverían a la Iglesia católica.
Bruno consiguió hablar con un sacerdote que la Virgen le había indicado y él lo guió espiritualmente y junto con su familia regresó a la Iglesia católica. Recibió muchas apariciones, mensajes y sueños proféticos. Dedicó su vida a proclamar el Evangelio y la verdad revelada en la Iglesia católica, fundando una obra SACRI con el fin de promover la formación cristiana de los laicos. También dio su testimonio en toda Italia y otros países del extranjero, dando a conocer las apariciones de Tre Fontane y el mensaje de la Virgen.
Estas apariciones y la conversión de Bruno provocaron mucho revuelo y fueron conocidas de forma mundial. La Iglesia nunca se expidió oficialmente sobre la sobrenaturalidad de los hechos, pero personalmente el papa Pío XII creía en su autenticidad debido a un hecho muy sorprendente, que relataremos a continuación:
El 12 de abril de 1937 (exactamente diez años antes de la aparición) una mística llamada Luisa Sinapi (actualmente en proceso de beatificación), se encontraba en la zona de Tre Fontane, cerca de la gruta de las apariciones. Ella ve allí unos restos de un niño abortado que alguien había intentado ocultar. Mientras los sepulta allí, se le aparece la Virgen y le dice: «Regresaré a este lugar. Me serviré de un hombre que ahora persigue a la Iglesia, quiere matar al Papa. Ahora ve a San Pedro, encontrarás una señora, vestida así […]. Ella conducirá al hermano cardenal. Le llevarás mi mensaje. También le dirás al cardenal que pronto será el nuevo Papa». Luisa obedece y en la Plaza San Pedro se encuentra con Elisabetta Pacelli, la hermana del Cardenal Eugenio Pacelli, quien años después sería Pío XII. Cuando ocurrieron las apariciones, el santo Padre relacionó estos dos hechos y confió en su veracidad. Él mismo bendijo la imagen que se entronizó el 5 de octubre de 1947 en la gruta de las apariciones de Tre Fontane.
San Juan Pablo II aprobó el lugar como "Santuario de Santa María del Tercer Milenio de las Tres Fuentes", actualmente es un sitio de peregrinación y devoción mariana en Roma, donde acuden personas de todo el mundo. La gran cantidad de ex votos y placas de agradecimiento revelan la magnitud de milagros que han ocurrido en dicho lugar. La Virgen dijo que "con esta tierra de pecado obraré grandes prodigios", promesa que efectivamente se está cumpliendo.
Para profundizar y saber más sobre estas apariciones:
María, Virgen de la Revelación, ¡ruega por nosotros!
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