"Hijos míos, como Madre, como Reina de la Paz, los invito a que acojan a mi Hijo para que Él pueda otorgarles la paz del alma, para que pueda darles lo que es justo, lo que es bueno para ustedes.
Hijos míos, mi Hijo los conoce. Vivió la vida del hombre y al mismo tiempo la de Dios - una vida extraordinaria: cuerpo humano, espíritu divino (NT: verdadero Dios y verdadero hombre).
Por eso, hijos míos, mientras mi Hijo los mira con sus ojos divinos, penetra en sus corazones. Con sus ojos, mansos y cálidos, se busca a sí mismo en ellos. ¿Podrá Él encontrarse allí, hijos míos?
Acójanlo, entonces los momentos de dolor y sufrimiento se convertirán en momentos de ternura y bendición.
Acójanlo, entonces tendrán paz en el alma; la difundirán a todos a su alrededor; eso es lo que ahora más necesitan. Escúchenme, hijos míos.
Oren por los pastores, cuyas manos han sido bendecidas por mi Hijo. Les doy las gracias."
Nota: Traducción corregida.
19 de marzo de 2019
5 de marzo de 2019
Mensaje del 2 de marzo de 2019
Mensaje de la Reina de la Paz del 2 de marzo de 2019 en Medjugorje, a través de Mirjana.
“Queridos hijos, los llamo ‘apóstoles de mi amor’. Les muestro a mi Hijo que es la verdadera paz y el verdadero amor. Como Madre, por gracia de Dios, deseo conducirlos hacia Él. Hijos míos, por eso los invito a que se examinen a partir de mi Hijo, que lo miren con el corazón y que con el corazón vean dónde están y hacia dónde va su vida.
Hijos míos, los invito a que comprendan que viven gracias a mi Hijo, a su amor y a su sacrificio. Le piden a mi Hijo que sea misericordioso con ustedes y yo los llamo a la misericordia. Le piden a Él que sea bueno con ustedes y que los perdone pero, hijos míos, ¿desde hace cuánto tiempo yo les ruego que perdonen y amen a todas las personas con las que se encuentren?
Cuando comprendan con el corazón mis palabras, comprenderán y conocerán el verdadero amor y podrán ser los apóstoles de ese amor, mis apóstoles, mis queridos hijos. Les doy las gracias”.
[Mirjana mencionó que la Virgen estaba triste].
“Queridos hijos, los llamo ‘apóstoles de mi amor’. Les muestro a mi Hijo que es la verdadera paz y el verdadero amor. Como Madre, por gracia de Dios, deseo conducirlos hacia Él. Hijos míos, por eso los invito a que se examinen a partir de mi Hijo, que lo miren con el corazón y que con el corazón vean dónde están y hacia dónde va su vida.
Hijos míos, los invito a que comprendan que viven gracias a mi Hijo, a su amor y a su sacrificio. Le piden a mi Hijo que sea misericordioso con ustedes y yo los llamo a la misericordia. Le piden a Él que sea bueno con ustedes y que los perdone pero, hijos míos, ¿desde hace cuánto tiempo yo les ruego que perdonen y amen a todas las personas con las que se encuentren?
Cuando comprendan con el corazón mis palabras, comprenderán y conocerán el verdadero amor y podrán ser los apóstoles de ese amor, mis apóstoles, mis queridos hijos. Les doy las gracias”.
[Mirjana mencionó que la Virgen estaba triste].
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