Apóstoles de mi amor, ustedes que se esfuerzan por seguir sinceramente a mi Hijo con un corazón puro, que sinceramente lo aman, sean los que ayuden, sean un ejemplo para quienes aún no han conocido el amor de Mi Hijo. Pero, hijos míos, no sólo con palabras sino también con obras y sentimientos puros con los que glorifican al Padre Celestial.
Apóstoles de mi amor, es tiempo de vigilia y a ustedes les pido amor; no para que juzguen a nadie, porque el Padre Celestial juzgará a todos. Les pido que amen, que difundan la verdad, porque la verdad es antigua, no es nueva, es eterna. Ella es la verdad. Ella da testimonio de la eternidad de Dios. Lleven la luz de mi Hijo y dispersen la oscuridad que quiere envolverlos cada vez más. No teman: por la gracia y el amor de mi Hijo, estoy con ustedes. Les doy las gracias.”
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