Dice san Juan Pablo II (catequesis 27/6/1982): "La solemnidad del Sacratísimo Corazón de Jesús nos recuerda, sobre todo, los momentos en que este Corazón fue "traspasado por la lanza" y, mediante esto, abierto de manera "Visible" al hombre y al mundo. Al rezar las letanías - y en general al venerar al Corazón Divino -conocemos el misterio de la redención en toda su divina y, a la vez, humana profundidad. Simultáneamente, nos hacemos sensibles a la necesidad de reparación. Cristo nos abre su Corazón para que nos unamos con El en su reparación por la salvación del mundo. Hablar del Corazón Traspasado es decir toda la verdad de su Evangelio y de la Pascua. Tratemos de captar cada vez mejor este lenguaje. Aprendámoslo".
¡Unámonos al Corazón de Jesús! Dediquemos diariamente un tiempo, aunque sea breve, para contemplarlo, rezarle y ofrecerle sacrificios de reparación a su Sagrado Corazón.
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