20 de septiembre de 2020

Novena a los Santos Ángeles

 Hoy 20 de septiembre iniciamos la Novena a los Santos Ángeles, rezando todos los días las siguientes oraciones. Rezamos por nuestras intenciones y para pedir el auxilio de los Ángeles sobre la Iglesia y el mundo entero.

Finalizamos el 29 de septiembre, fiesta de los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael.


Súplica Ardiente a los Santos Ángeles

Dictada a la Madre Gabriela Bitterlich (Opus Angelorum).

Dios Uno y Trino, Omnipotente y Eterno, antes de acudir a Tus siervos, los Santos Ángeles, para implorar su auxilio, nos postramos ante Tu presencia y te adoramos, Padre,  Hijo y Espíritu Santo.

¡Alabado seas y glorificado por toda la eternidad! Todos los Ángeles y los hombres que creaste Te adoren, Te amen y Te sirvan, Dios Santo, Fuerte e Inmortal.

Y Tú, oh María, Reina de todos los Ángeles, acepta benigna, los ruegos que les dirigimos a tus siervos y preséntalos al Altísimo, tú que eres la omnipotencia suplicante, la  medianera de las gracias, a fin de que obtengamos gracia, salvación y auxilio. Amén.

A ustedes, grandes y Santos Ángeles que Dios nos dio para nuestra protección y auxilio:

En nombre de Dios Uno y Trino, les suplicamos. ¡Dense prisa en socorrernos!

En nombre de la preciosa Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, les suplicamos, ¡Dense prisa en socorrernos!

Por el Santo Nombre de Jesús que todo lo puede, les suplicamos, ¡Dense prisa en socorrernos!

Por las llagas de Nuestros Señor Jesucristo, les suplicamos, ¡Dense prisa en socorrernos!

Por los  martirios de nuestro Señor Jesucristo, les suplicamos, ¡Dense prisa en socorrernos!

Por la Santa Palabra de Dios, les suplicamos, ¡Dense prisa en socorrernos!

Por el Corazón de Nuestro Señor Jesucristo, les suplicamos, ¡Dense prisa en socorrernos!

En nombre del amor que Dios tiene por nosotros, les suplicamos, ¡Dense prisa en socorrernos!

En nombre de la fidelidad que Dios tiene con nosotros, les suplicamos ¡Dense prisa en socorrernos!

En nombre de la  misericordia que Dios tiene con nosotros, les suplicamos ¡Dense prisa en socorrernos!

En nombre de María, la Reina de cielos y tierra, les suplicamos, ¡Dense prisa en socorrernos!

En nombre de María, su Reina y Señora, les suplicamos, ¡Dense prisa en socorrernos!

En nombre de María Santísima, Madre de Dios y Madre nuestra, les suplicamos, ¡Dense prisa en socorrernos!

Por su propia bienaventuranza, les suplicamos, ¡Dense prisa en socorrernos!

Por su propia fidelidad, les suplicamos, ¡Dense prisa en socorrernos!

Por su lucha en favor del Reino de Dios, les suplicamos, ¡Dense prisa en socorrernos!

Se lo suplicamos: ¡Protéjanos con su escudo!

Se lo suplicamos: ¡Defiéndanos con su espada!

Se lo suplicamos: ¡Ilumínenos con su luz!

Se lo suplicamos: ¡Sálvenos bajo el  manto protector de María Santísima!

Se lo suplicamos: ¡Guárdenos en el Corazón de María Santísima!

Se lo suplicamos: ¡Confíenos a las  manos de María Santísima!

Se lo suplicamos: ¡Muéstrenos el camino que nos lleva a la puerta de la vida: el Corazón abierto de Nuestro Señor!

Se lo suplicamos ¡Condúzcanos con seguridad a la Casa del Padre Celestial!

Ustedes, Nueve Coros de los Espíritus Bienaventurados, ¡Dense prisa en socorrernos!

Ustedes, compañeros especiales que Dios nos dio, ¡Dense prisa en socorrernos! 

Les suplicamos: ¡Dense prisa en socorrernos!

La Sangre Preciosísima de Nuestro Señor y Rey, se ha derramado por nosotros. Les suplicamos: -¡Dense prisa en socorrernos!

El Corazón de Nuestro Señor y Rey late amorosa ente por nosotros. Les suplicamos: -¡Dense prisa en socorrernos!

El Corazón Inmaculado de María, la Virgen Purísima, su Reina, palpita amorosamente por nosotros. Les suplicamos: -¡Dense prisa en socorrernos!

 

San Miguel Arcángel, Príncipe de los Ejércitos Celestiales, vencedor del dragón infernal; recibiste de Dios la fuerza y el poder de aniquilar, por la humildad, la soberbia del príncipe de las tinieblas. Te suplicamos insistentemente nos alcances la verdadera humildad de corazón, la fidelidad inquebrantable, para cumplir siempre la voluntad de Dios, la fortaleza en el sufrimiento y la necesidad. Socórrenos para que no desfallezcamos ante el trono de la justicia de Dios.

San Gabriel Arcángel, Ángel de la Encarnación, fiel  mensajero de Dios, abre nuestros oídos para que estén atentos a las  más leves advertencias o toques del Corazón amoroso de nuestro Señor. Permanece siempre junto a nosotros, te lo suplicamos, para que comprendamos debidamente la Palabra de Dios, la sigamos y obedezcamos y cumplamos dócilmente aquello que Dios quiere de nosotros.  Haz que estemos siempre disponibles y vigilantes para que el Señor, cuando llegue, no nos encuentre dormidos.

San Rafael Arcángel ¡Tú que eres lanza y bálsamo del amor de Dios, hiere, te lo suplicamos, nuestro corazón con el Amor ardiente de Dios. Deja que nunca sane ésta herida, para que perseveremos cada día en el camino de la caridad y que todo lo venzamos por el amor. Amén.

 

¡Ayúdenos, santos y poderosos hermanos, siervos ante  Dios! Defiéndanos de nosotros mismos, de nuestra cobardía y tibieza, de nuestro egoísmo y ambición, de nuestra envidia y desconfianza, de nuestras ansias de riqueza, bienestar y fama.

-Desátennos de las cadenas del pecado y del apego a las cosas temporales. Quítennos las vendas de los ojos, que nosotros mismos nos pusimos, para no tener que ver las necesidades de nuestro alrededor y poder así tranquilamente, ocuparnos de nosotros  mismos.

- Traspasen nuestro corazón con la Santa Ansiedad de Dios, para que no dejemos de buscarlo con ardor, contrición y amor. Contemplen la Sangre del Señor derramada por nuestra causa.

- Contemplen las lágrimas de su Reina  derramadas por nuestra causa. Contemplen en nosotros la imagen de Dios, desfigurada por nuestros pecados y que Él por amor imprimió en nuestras almas

- Ayúdenos a conocer, adorar, amar y servir a Dios.  Ayúdenos en el combate contra el poder de las tinieblas que sutilmente nos rodea y acecha. 

- Ayúdenos para que ninguno de nosotros se pierda y un día estemos reunidos en la eterna bienaventuranza! Amén

San Miguel, asístenos con tus Santos Ángeles, -¡Ayúdanos y ruega por nosotros!

San Gabriel, asístenos con tus Santos Ángeles, -¡Ayúdanos y ruega por nosotros!

San Rafael, asístenos con tus Santos Ángeles, -¡Ayúdanos y ruega por nosotros!




Oración a María Reina de los Ángeles

Dictada al P. Luis Cestac por la Virgen María.


Augusta Reina de los cielos, soberana señora de los Ángeles. Tú que desde los comienzos recibiste de Dios el poder y la misión  de aplastar la cabeza de Satanás,  te suplicamos humildemente: envíanos tus legiones celestiales para que bajo tus órdenes y poder ellas persigan a los demonios los combatan por todas partes repriman su audacia y les recluyan en los abismos. ¿Quién como Dios? Santos Ángeles y Arcángeles, defiéndannos y guárdennos. Oh, María, Reina de los Ángeles, manda a San Miguel Arcángel para defendernos en todas las situaciones de peligro del cuerpo y del alma. Amén 

 

Oración a San Miguel Arcángel

Escrita por el papa León XIII para ser rezada diariamente.

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímelo, Dios, pedimos suplicantes y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el Divino Poder a satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén.


¡SANTOS ÁNGELES, VENGAN EN NUESTRO AUXILIO A PROTEGERNOS DE TODOS LOS MALES Y PELIGROS DEL CUERPO Y EL ALMA!

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