26 de noviembre de 2020

190º Aniversario de las Apariciones de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa

 Hoy, 27 de noviembre de 2020, celebramos el 190º Aniversario de las Apariciones de la Santísima Virgen María en la rue du Bac, en París. La Madre de Dios se manifestó a la hermana santa Catalina Labouré, una humilde hija de la Caridad de san Vicente de Paúl.

Aquí narramos brevemente su biografía y la historia de las apariciones. Pueden leer sobre esta y otras apariciones marianas a lo largo de la historia en el libro virtual gratuito "Apariciones Marianas", haciendo click aquí.

Breve historia de Santa Catalina y las Apariciones
Santa Catalina Labouré

Catalina Labouré nació el 2 de mayo de 1806 en Borgoña, Francia. Quedando sin madre muy
pequeña, frente a una familia numerosa, se refugia desde muy temprana edad en manos de la Santísima Virgen y la toma como madre suya de forma muy especial.  Se relata que, luego de la muerte de su madre, uno de sus hermanos la encontró, entre llantos, abrazada a una estatua de la Madre de Dios pidiéndole que ella fuera  su madre. Sintió fuertemente el llamado de Dios a la vida consagrada luego de una experiencia con un anciano quien se le aparece en sueños y le dice: “Es bueno, hija mía visitar a los enfermos. Hoy, me escapas: pero, un día vendrás hacia mí. Sepa que Dios tiene designios sobre ti. No lo olvides”.  Ingresa en la Congregación de las Hijas de la Caridad, fundadas por san Vicente de Paul, el mismo anciano que se le apareció en sueños, a quien reconoció por los cuadros que había en el Convento. La vocación principal de este instituto religioso era servir a los más necesitados, a los pobres, marginados, enfermos y excluidos. Hace su ingreso al postulantado en enero de 1830 y el 21 de abril fue enviada al noviciado en París, en la Rue du Bac 140 (dirección donde se hallaba el convento en París). 

Algunas experiencias místicas. Además del sueño previo a su ingreso al Instituto, santa Catalina tuvo una experiencia, siendo novicia, de cuando se trasladaron los restos de san Vicente de Paul a una nueva iglesia. Oyó interiormente una voz que decía: “El corazón de San Vicente está más consolado por haber obtenido de Dios, a través de la intercesión de la Santísima Virgen María, el que ninguna de las dos congregaciones perezca en medio de estas desgracias, sino que Dios hará uso de ellas para reanimar la fe”. Más adelante tuvo varias veces la experiencia de ver al Señor en la Eucaristía al ir a comulgar. Esto la hizo pensar en que tuvo visiones de san Vicente y de nuestro Señor, se cuestionó si más tarde no vería a la Santísima Virgen. 

Historia de las Apariciones

Primera Aparición.
Santa Catalina a los pies de
la Virgen
En la medianoche del 18 de julio de 1830, la novicia Catalina Labouré fue despertada por la voz de un niño vestido de blanco, de alrededor de cuatro años. Éste le dijo: “Levántate pronto y ven a la capilla; la Santísima Virgen te espera”. Vacilante, teme que alguna hermana la vea rompiendo las reglas, pero el niño le dice “No temas; son las 11:30, todas duermen muy bien. Ven yo te aguardo”. Se viste rápidamente y camina junto al niño, quien ilumina los lugares por donde pasan y que la
guía hacia la capilla. Santa Catalina escribirá más tarde: “Mi sorpresa fue más completa cuando, al entrar a la capilla, vi encendidas todas las velas y los cirios, lo que me recordaba la Misa de media noche” El pequeño guió a Catalina. Se arrodilló y aguardaba la aparición de nuestra Señora. En un momento el niño dijo: “He aquí a la Santísima Virgen”, la santa relata que escuchó un suave roce de telas de seda y vio a una Señora de extraordinaria belleza, y se fue a sentar en el sillón de la Sede que se encuentra sobre el presbiterio. Catalina se sentía sobrecogida por esta situación y narra: “Entonces, mirando a la Virgen, me puse en un instante a su lado, me arrodille en el presbiterio, con las manos apoyadas en las rodillas de la Santísima Virgen.  Allí pasé los momentos más dulces de mi vida; me sería imposible decir lo que sentí”. Entre ellas hablaron largamente de cosas privadas que la religiosa jamás escribió. Pero lo que si se conoce es el siguiente mensaje: “Dios quiere confiarte una misión; te costará trabajo, pero lo vencerás pensando que lo haces para la gloria de Dios. Tu conocerás cuan bueno es Dios. Tendrás que sufrir hasta que los digas a tu director. No te faltaran contradicciones;  más te asistirá la gracia; no temas. Háblale a tu director con confianza y sencillez; ten confianza no temas. Verás ciertas cosas; díselas. Recibirás inspiraciones en la oración. Los tiempos son muy calamitosos. Han de llover desgracias sobre Francia. El trono será derribado. El mundo entero se verá afligido por calamidades de todas clases (al decir esto la Virgen estaba muy triste). Vengan a los pies de este altar, donde se prodigaran gracias a todos los que las pidan con fervor; a todos, grandes y pequeños, ricos y pobres. Deseo derramar gracias sobre tu comunidad; lo deseo ardientemente. Me causa dolor el que haya grandes abusos en la observancia, el que no se cumplan las reglas, el que haya tanta relajación en ambas comunidades a pesar de que hay almas grandes en ellas. Díselo al que está encargado de ti, aunque no sea el superior. Pronto será puesto al frente de la comunidad. El deberá hacer cuanto pueda para restablecer el vigor de la regla. Cuando esto suceda otra comunidad se unirá a las de ustedes. Vendrá un momento en que el peligro será grande; se creerá que todo está perdido; entonces yo estaré contigo, ten confianza. Reconocerás mi visita y la protección de Dios y de San Vicente sobre las dos comunidades... Mas no será lo mismo en otras comunidades, en ellas habrá víctimas... (la Virgen llora). El clero de París tendrá muchas víctimas. Morirá el señor Arzobispo. Hija mía, será despreciada la cruz, y el Corazón de mi Hijo será otra vez traspasado; correrá la sangre por las calles (la Virgen estaba muy triste al decir esto). El mundo entero se entristecerá”. Santa Catalina piensa ¿Cuándo ocurrirá esto? y una voz
La Virgen con el mundo
en sus manos

interior asegura: "Cuarenta años y después la paz. La Virgen, después de estar con ella unas dos horas, desaparece de la vista de Sor Catalina como una sombra que se desvanece. 
Las profecías reveladas por la Santísima Virgen se cumplieron efectivamente. Una semana más tarde, la revolución de julio estallaba en las calles de París. Hubo saqueos, profanaciones a iglesias y asesinatos. Se destrona al rey Carlos X, sustituyéndolo por Luis Felipe I, conocido como ‘rey ciudadano’ y gran maestre de la masonería. Finalmente en 1846 el confesor de las Hijas de la Caridad, el P. Juan María Aladel, fue nombrado director y restablece la observancia estricta de la regla original y consigue que otra Congregación se una a las Hijas. En el año 1870, con la Comuna de París, un período de insurrección y descontrol, surgido gracias al socialismo auto gestionado, es fusilado el Arzobispo de París, Monseñor Darboy junto con otros sacerdotes. 

Segunda Aparición
Esta aparición se produce el 27 de noviembre de 1830, un sábado, en vísperas del primer domingo de Adviento. Se encontraba Santa Catalina rezando, cuando la Virgen se le apareció. Vestida de blanco, con una túnica cerrada hasta el cuello y  velo blanco.  Los pies estaban sobre un medio globo blanco, y aplastaba una serpiente verde. Sus manos estaban a la altura del pecho, sosteniendo un globo de oro coronado por una cruz. La actitud de María era suplicante, ofreciendo al Padre el globo (símbolo del mundo), miraba a la tierra y al cielo constantemente. En un momento, en sus dedos aparecieron anillos con perlas preciosas llenas de luz. La cantidad de anillos eran 15, como los misterios del Rosario. La Virgen le habló en forma de locución a Catalina diciéndole: “Este globo que ves representa al mundo entero, especialmente Francia y a cada alma en particular. Estos rayos simbolizan las gracias que yo derramo sobre los que las piden. Las perlas que noemiten rayos son las gracias de las almas que no piden”.
 Luego, desapareció el globo pequeño y la Virgen abrió sus brazos y los rayos de luz caían hacia el globo que estaba a sus pies. Apareció más tarde, un óvalo detrás de la Virgen y que en su borde decía: “Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a vos”. Oyó nuevamente la voz de nuestra Madre que le decía: “Haz que se acuñe una medalla según 
este modelo. Todos cuantos la lleven puesta recibirán grandes gracias. Las gracias serán más abundantes para los que la lleven con confianza”. Desapareció la imagen y en el mismo lugar apareció  una M, coronada de una cruz y debajo los Corazones de Jesús y María. El Corazón de Jesús estaba coronado de espinas y el Corazón de María traspasado por una espada. Alrededor de las imágenes había doce estrellas. La aparición de la Virgen se repitió dos veces en diciembre de 1830 y enero de 1831. María le dijo: “En adelante, ya no veras, hija mía; pero oirás mi voz en la oración”. Un día que Sor Catalina estaba inquieta por no saber que inscripción poner en el reverso de la medalla, durante la oración, la Virgen le dijo: “La M y los Dos Corazones son bastante elocuentes”.

Medalla mandada a hacer por la Santísima Virgen María

ANVERSO:
  • La Virgen, de acuerdo con la visión de santa Catalina está con los brazos abiertos y de los anillos que tiene en sus dedos salen los rayos de luz que simbolizan las gracias que María derrama sobre el mundo. Está pisando la serpiente que representa a satanás.
  • La frase, "Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a vos", recuerda el dogma de la Inmaculada Concepción, que María desde el primer momento que fue concebida fue librada del pecado original por los méritos de la Pasión de Jesús. 

REVERSO:
  • La M y la Cruz, representan a María al pie de la Cruz, unida íntimamente al sacrificio de Cristo como "corredentora", su participación es secundaria y colaboradora con Cristo para la redención de la humanidad. Recuerda también que debemos unirnos a Jesús, al sacrificio eucarístico (representado por la barra bajo la cruz y entre la M). 
  • Los Corazones de Jesús y María, Arca Segura y Refugio de todos los hombres. El Corazón de Jesús coronado de espinas y el Corazón de María traspasado por la espada según la profecía de Simeón. En Francia, Jesús le reveló a santa Margarita su Sagrado Corazón y fue en París al Padre Carlos Eléonor des Genettes la Virgen en una locución interior lo inspiró a consagrar su parroquia a su Inmaculado Corazón.
  • Las doce estrellas representan las 12 virtudes de la Santísima Virgen y así también a los doce apóstoles. Por ello, representan a María como Madre de la Iglesia. 

Un milagro de la Medalla Milagrosa
Alfonso Ratisbone era un abogado y banquero judío de 27 años. Era totalmente enemigo de los católicos pues su hermano se había convertido y se ordenó sacerdote. En 1842 debía viajar a Nápoles pero por error tomó un tren que lo llevó a Roma. Visitó allí a un amigo de la familia, el barón Teodoro de Bussiere, quien siendo protestante se convirtió al catolicismo. 

Teodoro lo recibió en su casa y se ofreció a mostrarle la Ciudad Eterna. Durante el curso de una reunión social, Ratisbone estaba hablando mal sobre los católicos. Su anfitrión lo escuchó y le dijo que si estaba tan seguro de lo que decía, que prometiera llevar consigo un obsequio que le iba a dar. Alfonso le preguntó que era y le respondió que era una medalla. El judío inmediatamente la rechazó, pero Teodoro le replicó: "De acuerdo con lo que piensa, aceptarla no debería importarle, en cambio a mí me daría una gran satisfacción". Se rió de su amigo y se la puso, Teodoro le dijo que rezara diariamente el Memorare (Acordaos). 

El barón pidió a muchas personas que rezaran por la conversión de Alfonso, un amigo suyo le dijo que si aceptó colocarse la medalla seguramente se convertiría. Este hombre murió repentinamente al poco tiempo, se supo después que éste había peregrinado varios días a la Basílica de Santa María, la Mayor para rezar por él. Teodoro se encontró en un momento con Alfonso y le pidió que lo acompañara a la Iglesia de Sant'Andrea della Valle para arreglar el funeral de ésta persona. Ratisbone narra así lo que sucedió después: "a los pocos momentos de encontrarme en la Iglesia, me sentí dominado por una turbación inexplicable. Levanté los ojos y me pareció que todo el edificio desaparecía de mi vista. Una de las capillas (la de San Miguel) había concentrado toda la luz, y en medio de aquel esplendor apareció sobre el altar, radiante y llena de majestad y de dulzura, la Virgen Santísima tal y como esta grabada en la medalla. Una fuerza irresistible me impulsó hacia la capilla. Entonces la Virgen me hizo una seña con la mano como indicándome que me arrodillara... La Virgen no me habló pero lo he comprendido todo."

En ese momento, don Teodoro lo encuentra de rodillas y rezando, besando la medalla. Más tarde, Alfonso será bautizado en la Iglesia del Gesú en Roma, agregando a su nombre el de "María". El Papa inicia una investigación y su conversión es declarada milagrosa. Ratisbone será después ordenado sacerdote y es destinado a París donde colaboró con su hermano. En 1848 funda a las Hermanas Misioneras de Nuestra Señora de Sión. Su eficaz labor apostólica consigue que 200 judíos y 32 protestantes abracen la plenitud de la revelación en Cristo, convirtiéndose al catolicismo. Trabajó también en Tierra Santa, donde murió en 1884 a los 70 años. 

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