7 de diciembre de 2021

Nuestra Señora que desata los nudos

En este gran día de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de María, celebramos también la advocación de nuestra Señora que desata los nudos. En esta advocación es representada como la Inmaculada, por ello su fiesta es también el 8 de diciembre. Esta imagen, surgida en 1700 en Alemania y traída a la Argentina en los años 90 por el entonces Padre Jorge Mario Bergoglio (hoy papa Francisco), cumple hoy, 8 de diciembre de 2021, 25 años de presencia en la parroquia de san José del Talar en el barrio porteño de Agronomía. Los invitamos a conocer su historia, devoción y pedirle por todas nuestras necesidades a la Virgen Santísima, María que desata los nudos.

Significado del nombre y la simbología del nudo

Nos dice san Ireneo de Lyon (180 dC) en "Contra las herejías": "El nudo de la desobediencia de Eva se desató por la obediencia de María, pues lo que Eva ató por su incredulidad, la Virgen María lo desató por su fe". Los nudos que María desata son una representación o símbolo de las consecuencias del pecado original y de nuestros propios pecados personales. Ella, como Madre nuestra, los toma entre sus manos y los va desatando, va resolviendo por su intercesión, su "omnipotencia suplicante" (es decir, María intercediendo por nosotros ante Dios puede conseguirlo todo), cada uno de aquellos problemas, situaciones que le presentamos y ponemos en sus manos maternas. Es por esta razón que tantos matrimonios y familias piden su intercesión en sus conflictos y necesidades particulares.

Simbología del cuadro

La figura central de todo el cuadro es María, representada como la Mujer del Apocalipsis, en el capítulo  12: "Apareció en el cielo un gran signo: una Mujer revestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en su cabeza. 
Estaba embarazada y gritaba de dolor porque iba a dar a luz". En la imagen, María está vestida del sol (representada en la luz alrededor de Ella), tiene la luna bajo sus pies y una corona de 12 estrellas que representan a los 12 apóstoles y que indica que es Madre de la Iglesia. Está embarazada de Jesús, ya que vemos que hay una cinta alrededor de su vientre. María pisa la serpiente, lo cual fue profetizado en el Génesis: "Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo. Él te aplastará la cabeza y tú le acecharás el talón" (Gn. 3, 15). Recuerda el triunfo definitivo de Cristo, al que está unida la Santísima Virgen, sobre el pecado y la muerte. Gracias a la redención de Cristo y a la colaboración de María en en plan de salvación, todos los hombres y mujeres tenemos acceso al Cielo, hemos sido salvados.

En la imagen está representada toda la Santísima Trinidad: arriba, la paloma que simboliza al Espíritu Santo (cfr. Lc. 3, 22), la luz que representa a Dios Padre y Jesús que está dentro del vientre de María, el Verbo hecho carne. 

A su izquierda se encuentra san Miguel arcángel entregándole una cinta llena de nudos, que simbolizan los problemas, pecados, sufrimientos, conflictos y necesidades de sus hijos en la tierra. Ella, con amor materno y delicadeza los va desatando con un rostro que nos muestra su quietud y tranquilidad, no se encuentra inactiva, sino que con la confianza en el poder de Dios ella intercede por nosotros y desata los nudos que el arcángel le presenta. La cinta, al pasar por su vientre materno donde está Jesús, el Verbo de Dios hecho carne, se vuelve completamente lisa y cae en las manos del arcángel san Gabriel, el cual mira a quien contempla el cuadro, demostrándole el poder de Dios a través de María. Debajo de la escena, en la oscuridad, se ve la imagen del arcángel san Rafael guiando al joven Tobías (ver el libro de Tobías del Antiguo Testamento). La presencia de los tres arcángeles y la multitud de ángeles y querubines que rodean a la Virgen María reflejan cómo estos seres espirituales interceden por nosotros, nos protegen del mal y nos ayudan a amar y servir mejor a Dios.

Origen y difusión
Este cuadro data de los años 1700, obra de  Johann Melchior Georg Schmittdner y se encuentra en la iglesia de San Pedro en Perlach. Fue allí donde en los años 80 el entonces padre Jorge Mario Bergoglio conoció la devoción, mientras estudiaba sobre la obra del teólogo Romano Guardini. El padre Bergoglio trajo entonces algunas estampas de la advocación y le encargó a una artista plástica, Ana Betta de Berti, que realizara una reproducción de la misma para entronizarla en una capilla de la Universidad del Salvador. Esta imagen era muy querida por Bergoglio, ya que desde entonces mandó a hacer estampas de la misma y las enviaba junto con sus cartas. Incluso, la estampa conmemorativa de su ordenación episcopal en 1992 fue la imagen de la Virgen que desata los nudos.
Imagen de la Virgen en la
Parroquia de San José del Talar

En septiembre de 1996 un grupo de fieles de la parroquia de San José del Talar, en el barrio porteño de Agronomía, que trabajaban cerca del entonces monseñor Bergoglio en la Universidad del Salvador, pidieron al párroco de dicha iglesia, el padre Rodolfo Arroyo si se podía entronizar una réplica de la misma imagen que tenían en la capilla de la universidad. Con la aprobación del Cardenal Antonio Quarracino, arzobispo en ese entonces de Buenos Aires, el 8 de diciembre de 1996 la imagen de nuestra Señora que desata los nudos fue entronizada en dicha parroquia. A partir de ese día muchísimos fieles se han acercado a la imagen para venerarla y confiarle a la Virgen María sus penas y sufrimientos. Se dice que llegaron a ser entre el 8 de diciembre de 1996 y el 8 de enero de 1997 más de 100.000 fieles los que se acercaron a esa pequeña parroquia, atraídos por la nueva advocación mariana. Desde ese momento se ha convertido en un verdadero Santuario Mariano de la arquidiócesis y de todo el país, ya que llegan allí peregrinos de muchas partes de Argentina e incluso del extranjero. Desde este Santuario han salido muchas réplicas de la imagen.

En mayo de 2021, el papa Francisco convocó a toda la Iglesia a rezar diariamente el santo Rosario por el fin de la pandemia. Miles de fieles se unieron en todo el mundo a los Santuarios Marianos que cada día rezaban por diferentes intenciones. El 31 de mayo, en los jardines vaticanos, el santo Padre clausuró el mes de mayo rezando el rosario frente a un cuadro de esta advocación, nuestra Señora que desata los nudos y coronó solemnemente una réplica de esta imagen y rezó la siguiente oración:
Oh, María, tú resplandeces siempre en nuestro camino como signo de salvación y de esperanza. Nosotros nos encomendamos a ti, salud de los enfermos, que junto a la Cruz quedaste asociada al dolor de Jesús, manteniendo firme tu fe. Tú, que sabes desatar los nudos de nuestra existencia y conoces los deseos de nuestro corazón, acude en nuestra ayuda. Estamos seguros de que, como en Caná de Galilea, harás que pueda volver la alegría y la fiesta a nuestras casas después de este momento de prueba. Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a cumplir la voluntad del Padre y hacer aquello que nos pedirá Jesús que ha tomado nuestros sufrimientos y ha cargado nuestros dolores para conducirnos, por medio de la Cruz, a la gloria de la resurrección. Amén.

Siguiendo el ejemplo del papa Francisco, en la Parroquia de San José del Talar, donde se venera esta advocación, el pasado 8 de noviembre de 2021 el Cardenal Mario Poli coronó solemnemente la imagen de nuestra Señora, como preparación para el próximo 8 de diciembre que se cumplirán 25 años de la presencia materna de la Virgen en la parroquia, convertida por el pueblo de Dios en santuario mariano. 

Popularmente esta advocación de María es invocada para pedir especialmente por conflictos matrimoniales y familiares. Son muchos los testimonios de familias y matrimonios que han sido salvados por la intercesión de la Virgen María. También se le pide por los hijos que están con dificultades y adicciones, por problemas económicos y cualquier conflicto o situación difícil, que debemos confiar con amor y confianza en las manos de María, para que ella lo tome y lo presente al Corazón de Jesús, que todo lo puede.

La imagen de María coronada como Reina.


Oración a nuestra Señora que desata los nudos

Santa María, llena de la presencia de Dios, durante los días de tu vida aceptaste con toda humildad la voluntad del Padre y el maligno nunca fue capaz de enredarte con sus confusiones. Ya junto a tu Hijo intercediste por nuestras dificultades y, con toda sencillez y paciencia, nos diste ejemplo de cómo desenredar la madeja de nuestras vidas. Al quedarte para siempre como Madre nuestra, pones en orden y haces más claros los lazos que nos unen al Señor.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, vos que con Corazón materno desatas los nudos que entorpecen nuestras vidas, te pedimos que nos recibas en tus manos y que nos libres de las ataduras y confusiones con que nos hostiga el que es nuestro enemigo. Por tu gracia, por tu intercesión, con tu ejemplo, líbranos de todo mal, Señora nuestra y desata los nudos que impiden que nos unamos a Dios para que, libres de toda confusión y error, lo hallemos en todas las cosas, tengamos en Él puestos nuestros corazones y podamos servirle siempre en nuestros hermanos. Amén. 

Los invitamos a rezar la novena a Nuestra Señora que desata los nudos, el siguiente librito virtual es un regalo nuestro para nuestra Señora en su 25º aniversario de la llegada de su imagen a Buenos Aires:

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