“Porque yo conozco muy bien los planes que tengo proyectados sobre ustedes -oráculo del Señor-: son planes de prosperidad y no de desgracia, para asegurarles un porvenir y una esperanza.
(Jeremías 29, 11)
Cuando le entregamos a Dios nuestros sueños Él les convierte en algo glorioso. Aquello que considerábamos una calamidad será solamente el catalizador de Su gloria. Aquél que fue marcado con algo que no esperaba descubrirá que aquello fue solamente el inicio de un plan mayor. Simón entregó sus sueños de ser pescador y se convirtió en Pedro el pescador de hombres. Jacob entregó sus sueños y se convirtió en Israel el patriarca. Hadasa se rindió a un plan mayor y se convirtió en Esther la que libró al pueblo de Dios. Moisés reusó ser un príncipe egipcio para convertirse en el libertador de Israel.
Ríndete a un plan mayor. Toda circunstancia que has vivido ha preparado tu destino divino. Aún las experiencias que más te han causado dolor son parte de un plan más grande, el plan de Dios. El SEÑOR sabe mejor que es aquello en lo que verdaderamente encontraremos propósito y trascendencia, por lo que hoy debes entregar tus sueños y obtener los suyos, que definitivamente son más grandes que los nuestros.
Fuente: destellodesugloria.org
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