10 de octubre de 2015

Nuestra Señora del Pilar y de Aparecida



Queridos amigos,
El próximo 12 de octubre celebraremos la fiesta de Nuestra Señora del Pilar, la primera aparición mariana de la historia de la Iglesia. María se apareció al Apóstol Santiago para invitarlo y alentarlo a la evangelización de España. El nexo con Medjugorje es el mismo Apóstol, a quien le está consagrada la Iglesia Parroquial, María desde Medjugorje nos llama a la Evangelización y conversión del corazón. Conozcamos más de esta aparición mariana tan hermosa...
También este mismo día celebramos a Nuestra Señora de Aparecida, patrona y protectora de nuestra hermana Patria de Brasil, visitada en 2013 por el santo Padre Francisco en el contexto de la Jornada Mundial de la Juventud de Río...


Santiago Apóstol.
Historia de la Virgen del Pilar

La tradición, tal como ha surgido de unos documentos del siglo XIII que se conservan en la catedral de Zaragoza, se remonta a la época inmediatamente posterior a la Ascensión de Jesucristo, cuando los apóstoles, fortalecidos con el Espíritu Santo, predicaban el Evangelio. Se dice que, por entonces (40 AD), el Apóstol Santiago el Mayor, hermano de San Juan e hijo de Zebedeo, predicaba en España. Aquellas tierras no habían recibido el evangelio, por lo que se encontraban atadas al paganismo.
Santiago obtuvo la bendición de la Santísima Virgen para su misión.

Los documentos dicen textualmente que Santiago, "pasando por Asturias, llegó con sus nuevos discípulos a través de Galicia y de Castilla, hasta Aragón, el territorio que se llamaba Celtiberia, donde está situada la ciudad de Zaragoza, en las riberas del Ebro. Allí predicó Santiago muchos días y, entre los muchos convertidos eligió como acompañantes a ocho hombres, con los cuales trataba de día del reino de Dios, y por la noche, recorría las riberas para tomar algún descanso".

En la noche del 2 de enero del año 40, Santiago se encontraba con sus discípulos junto al río Ebro cuando "oyó voces de ángeles que cantaban Ave, María, gratia plena y vio aparecer a la Virgen Madre de Cristo, de pie sobre un pilar de mármol". La Santísima Virgen, que aún vivía en carne mortal, le pidió al Apóstol que se le construyese allí una iglesia, con el altar en torno al pilar donde estaba de pie y prometió que "permanecerá este sitio hasta el fin de los tiempos para que la virtud de Dios obre portentos y maravillas por mi intercesión con aquellos que en sus necesidades imploren mi patrocinio".

Nuestra Señora del Pilar
Desapareció la Virgen y quedó ahí el pilar. El Apóstol Santiago y los ocho testigos del prodigio comenzaron inmediatamente a edificar una iglesia en aquel sitio y, con el concurso de los conversos, la obra se puso en marcha con rapidez. Pero antes que estuviese terminada la Iglesia, Santiago ordenó presbítero a uno de sus discípulos para servicio de la misma, la consagró y le dio el título de Santa María del Pilar, antes de regresarse a Judea. Esta fue la primera iglesia dedicada en honor a la Virgen Santísima.

Muchos historiadores e investigadores defienden esta tradición y aducen que hay una serie de monumentos y testimonios que demuestran la existencia de una iglesia dedicada a la Virgen de Zaragoza.  El mas antiguo de estos testimonios es el famoso sarcófago de Santa Engracia, que se conserva en Zaragoza desde el siglo IV, cuando la santa fue martirizada. El sarcófago representa, en un bajo relieve, el descenso de la Virgen de los cielos para aparecerse al Apóstol Santiago.

Asimismo, hacia el año 835, un monje de San Germán de París, llamado Almoino, redactó unos escritos en los que habla de la Iglesia de la Virgen María de Zaragoza, "donde había servido en el siglo III el gran mártir San Vicente", cuyos restos fueron depositados por el obispo de Zaragoza, en la iglesia de la Virgen María. También está atestiguado que antes de la ocupación musulmana de Zaragoza (714) había allí un templo dedicado a la Virgen.

La devoción del pueblo por la Virgen del Pilar se halla tan arraigada entre los españoles y desde épocas tan remotas, que la Santa Sede permitió el establecimiento del Oficio del Pilar en el que se consigna la aparición de la Virgen del Pilar como "una antigua y piadosa creencia".

Numerosos milagros de la Virgen

 En 1438 se escribió un Libro de milagros atribuidos a la Virgen del Pilar, que contribuyó al fomento de la devoción hasta el punto de que, el rey Fernando el católico dijo: "creemos que ninguno de los católicos de occidente ignora que en la ciudad de Zaragoza hay un templo de admirable devoción sagrada y antiquísima, dedicado a la Sta.y Purísima Virgen y Madre de Dios, Sta. María del Pilar, que resplandece con innumerables y continuos milagros".

El Gran milagro del Cojo de Calanda (1640)  Se trata de un hombre a quien le amputaron una pierna.  Un día años mas tarde, mientras soñaba que visitaba la basílica de la Virgen del Pilar, la pierna volvió a su sitio.  Era la misma pierna que había perdido. Miles de personas fueron testigos y en la pared derecha de la basílica hay un cuadro recordando este milagro.

 El Papa Clemente XII señaló la fecha del 12 de octubre para la festividad particular de la Virgen del Pilar, pero ya desde siglos antes, en todas las iglesias de España y entre los pueblos sujetos al rey católico , se celebraba la dicha de haber tenido a la Madre de Dios en su región, cuando todavía vivía en carne mortal.

Tres rasgos peculiares que caracterizan a la Virgen del Pilar y la distinguen de las otras:

1- Se trata de una venida extraordinaria de la Virgen durante su vida mortal. A diferencia de las otras apariciones la Virgen viene cuando todavía vive en Palestina: ¨Con ninguna nación hizo cosa semejante", cantará con razón la liturgia del 2 de enero, fiesta de la Venida de la Virgen.

2- La Columna o Pilar que la misma Señora trajo para que, sobre él se construyera la primera capilla que, de hecho, sería el primer Templo Mariano de toda la Cristiandad.

3- La vinculación de la tradición pilarista con la tradición jacobea (del Santuario de Santiago de
Compostela). Por ello, Zaragoza y Compostela, el Pilar y Santiago, han constituido dos ejes fundamentales, en torno a los cuales ha girado durante siglos la espiritualidad de la patria española.

Simbolismo del pilar
El pilar o columna: la idea de la solidez del edificio-iglesia con la de la firmeza de la columna-confianza en la protección de María.

La columna es símbolo del conducto que une el cielo y la tierra, "manifestación de la potencia de Dios en el hombre y la potencia del hombre bajo la influencia de Dios". Es soporte de los sagrado, soporte de la vida cotidiana. María, la puerta del cielo, la escala de Jacob, ha sido la mujer escogida por Dios para venir a nuestro mundo. En ella la tierra y el cielo se han unido en Jesucristo.

 Las columnas garantizan la solidez del edificio, sea arquitectónico o social. Quebrantarlas es amenazar el edificio entero. La columna es la primera piedra del templo, que se desarrolla a su alrededor; es el eje de la construcción que liga entre si los diferentes niveles. María es también la primera piedra de la Iglesia, el templo de Dios; en torno a ella, lo mismo que los apóstoles reunidos el día de pentecostés, va creciendo el pueblo de Dios; la fe y la esperanza de la Virgen alientan a los cristianos en su esfuerzo por edificar el reino de Dios.

Vemos en Ex 13, 21-22, que una columna de fuego por la noche acompañaba al pueblo de Israel peregrino en el desierto, dirigiendo su itinerario.

En la Virgen del Pilar el pueblo ve simbolizada "la presencia de Dios, una presencia activa que, guía al pueblo de elegido a través de las emboscadas de la ruta".

Nuestra Señora de Aparecida
Historia de la Virgen de Aparecida
La devoción a Nuestra Señora de la concepción Aparecida, más conocida como "Nuestra Señora Aparecida" tiene un carácter muy especial. Surgió cuando un grupo de pescadores, después de varios intentos infructuosos, pidieron la intercesión de Nuestra Señora y en lugar de pescado, encontraron una pequeña imagen de Nuestra Señora de la Concepción hecha en terracota. El título de "Aparecida" deriva del verbo "Aparecer" porque fue en un momento de  gran necesidad que los pescadores la encontraron y se dieron cuenta de que este hecho indicaba una señal de la intercesión de la Virgen. La imagen tenía un color oscuro y ennegrecido por el tipo de material en que estaba hecha y también por el hecho de estar perdida dentro del río.
Este milagro ocurrió en la segunda mitad de octubre del año 1717, cuando el conde de Assumar  y gobernador de la capitanía de São Paulo y Minas de Ouro, Don Pedro de Almeida, iba pasando por la ciudad de Guaratinguetá, ubicada en el Valle de Paraíba, durante un viaje hasta Vila Rica. Los habitantes de Guaratinguetá decidieron celebrar una gran fiesta en honor de Don Pedro de Almeida y aunque no era buena época para la pesca, ellos arrojaron sus redes al río Paraiba, en un intento de conseguir algo de pescado para el evento. Los Pescadores Domingos Garcia, João Alves y Filipe Pedroso oraron pidiendo la intercesión de Nuestra Señora. Después de varios intentos, fueron río abajo hasta que llegaron al puerto Itaguaçu. Cuando estaban a punto de abandonar la pesca, João Alves lanzó su red otra vez y en lugar de pescado, recogieron el cuerpo de una imagen de Nuestra Señora de la Concepción, pero sin la cabeza. Con el lanzamiento de la red de nuevo, recogieron también la cabeza, que encajaba perfectamente en el  cuerpo de la imagen.
Después de haber recuperado las dos partes, la imagen de la Virgen Aparecida se colocó tan pesada que ellos no podían moverla. Los pescadores sacaron tantos peces que se vieron obligados a regresar al puerto, pues casi se hunden las embarcaciones. Este fue el primer milagro atribuido a Nuestra Señora Aparecida.

Este evento recuerda un pasaje del evangelio donde después de haber pasado toda la noche intentando pescar, Pedro sólo logra frutos en el momento en que arroja las redes en nombre de Cristo. Una nueva
"El Espíritu y la Esposa dicen ¡ven!"
pesca milagrosa ocurre y mueve la fe de las personas. Durante 15 años, la imagen se quedó en la casa de Filipe Pedrosa, pero la multitud de personas que iban a orar y pedir la intercesión de Nuestra Señora Aparecida creció tanto que se hizo necesario trasladarla  a una capilla privada. En 1834, comenzó la construcción de la antigua basílica que fue inaugurada el 8 de diciembre de 1888.

El 8 de septiembre de 1904, la imagen fue coronada con una corona de joyas donadas por la princesa Isabel y vestida con una túnica, bordada en oro y piedras preciosas, reconociendo así su realeza y poderosa protección. Después de la coronación el santo padre concedió al santuario de Aparecida: Oficio y misa propia en honor de Nuestra Señora Aparecida y indulgencias a los peregrinos que visitan el santuario. El 29 de abril de 1908, la iglesia recibió el título de basílica menor, sagrada el 5 de septiembre de 1909. El 17 de diciembre de 1928, la población que se había formado alrededor de la iglesia en lo alto del morro dos coqueiros, se convirtió en un municipio, tomando el nombre de Aparecida. Nuestra Señora de la concepción Aparecida, fue proclamada Reina y Patrona de Brasil  el 16 de julio 1930, por decreto del
Papa Pío XI. Con el enorme crecimiento de los peregrinos, surge  la necesidad de un lugar más grande para la multitud de fieles. En 1955 comenzó la construcción de la Basílica Nueva.
El Arquitecto Benedito Calixto imaginó un edificio en forma de cruz griega, con 173m de largo por 168m de ancho, las naves de 40m y 70m con alta cúpula.

Francisco venera una réplica de NS de Aparecida,
durante su visita a Brasil en el contexto de la JMJ Río 2013
El 4 de julio de 1980, el Papa Juan Pablo II, durante su visita a Brasil, consagro la Basílica de Nuestra Señora de Aparecida y la declaró el mayor santuario mariano del mundo.
La Basílica de Aparecida fue también el escenario de la Quinta Conferencia General del Episcopado de América Latina y el Caribe del 13 al 31 de mayo de 2007. El Papa Benedicto XVI inauguró la Conferencia e invitó a toda América Latina a la Misión Continental, convirtiéndose cada vez más en discípulos misioneros.


Querida Madre, te damos gracias por manifestarte con tu amor a los pueblos, porque en el Pilar y en Aparecida nos mostraste tu solcitud materna por la evangelización... Protege y bendice nuestra Iglesia, ayúdanos a tomarla y amarla como Madre y Maestra. Madre, edúcanos en el Corazón de la Iglesia ahora y siempre, ayúdanos a irradiar el mensaje de que Jesús nos ama y nos salva... Haznos amar y vivir para Él en el Corazón de la Iglesia...

Que María nos eduque y enseñe siempre a vivir para Dios
y para la Iglesia.

CMRP-A


Bibliografía
Textos tomados de la página Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María (SCTJM, www.corazones.org)
Fotos e imágenes: Archivo CMRP-A









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