Queridos hermanos,
Nos unimos en oración por nuestros hermanos de Ecuador rezando la siguiente oración pedida por el Arzobispo de Quito:
Padre de amor y de ternura
que, con la muerte y la resurrección de tu Hijo,
Sagrado Corazón de Jesús, ¡ven y reina ya sobre el mundo! |
nuestro Señor Jesucristo,
nos has otorgado el perdón de nuestras culpas;
te pedimos humildemente que nos libres
de todo mal y de cualquier calamidad.
Calma la fuerza de la naturaleza
y recuerda que nuestro país
está consagrado al Corazón amantísimo de tu Hijo,
a quien, nosotros, una vez más,
nos entregamos con profunda fe y confianza;
danos un corazón solidario
para que podamos responder con generosidad
a las necesidades de nuestros hermanos
que han sido afectados por este suceso natural;
y, acoge en tu bondad a quienes han perdido la vida,
otorgándoles el don de la luz y de la paz.
Todo esto lo ponemos en tus manos
por medio de tu Hijo amadísimo y de nuestra Madre,
la Santísima Virgen María, nuestra Señora de la Merced,
y de Santa Marianita de Jesús quien consagró
y entregó su vida por todos los ecuatorianos.
Amén.
Padre nuestro, Ave María y Gloria.
Invocando a María, Guardiana de la Fe, quien se apareció en Ecuador, pedimos al Señor la protección sobre nuestra tierra y seguimos rezando además la oración dictada por la Santísima Virgen pidiendo el fin de las calamidades y las guerras, pidiendo por nuestra tierra:
SEÑOR JESUCRISTO,
Hijo del Padre, envía ahora tu Espíritu Santo sobre la tierra.
Haz que el Espìritu Santo habite en el corazón de todos los pueblos,
para que sean preservados de la corrupción, de las calamidades y de la guerra.
Que la Señora de Todos los Pueblos, que una vez fue la Santísima Virgen María,
sea nuestra Abogada.
Amén.
La Señora de Todos los Pueblos |
Jesús, María, los amo, salvad las almas.
San José, Terror de los Demonios, protégenos.
Todos los Santos y Santas del Cielo, rueguen por nosotros,
intercedan por la paz y el fin de las calamidades.
Amén.
Recemos también por las almas de los fallecidos en el terremoto:
"Padre eterno, yo te ofrezco la preciosísima sangre de tu Divino Hijo Jesús, en unión con las misas celebradas hoy día a través del mundo por todas las benditas animas del purgatorio por todos los pecadores del mundo, y por las almas de los muertos en el terremoto de Ecuador.
Por los pecadores en la iglesia universal, por aquellos en propia casa y dentro de mi familia.
Amen"
(Oración reformulada de la que Jesús dictó a santa Brígida para salvar 1000 almas del purgatorio, la ofrecemos especialmente por las almas difuntas del terremoto).
¡Jesús, ven ya a gobernar la tierra!
¡María Reina de la Paz, Señora de Todos los Pueblos,
protege al mundo con tu manto maternal!
¡Ven Espíritu Santo! ¡Ven por medio de la Virgen María!
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