5 de diciembre de 2018

Explicación del ícono de la Sagrada Familia


Mientras nos preparamos para contemplar el misterio de la Navidad, en este santo tiempo de Adviento, acerquémonos al Hogar de Nazaret, el santuario de la Sagrada Familia. 

Les invitamos a rezar con el ícono de la Sagrada Familia. Su origen es en 1983, fue pintado por una monja benedictina de Jerusalén, para los Equipos de Nuestra Señora, un movimiento católico dedicado a los matrimonios y novios. 

Simbología

  • El Hogar la estructura del ícono en su totalidad nos muestra la ternura, el cariño, la calidez del hogar. La estructura triangular recuerda el ícono de la Trinidad de Andrei Rublev.
  • Unión y comunión los miembros de la Sagrada Familia (Jesús, María y san José) están unidos. Vemos esta unión representada en las tres manos que se unen en la parte inferior de la imagen y también la unión y comunión de María y san José en sus cabezas, apoyándose mutuamente. 
  • El Matrimonio representado en la unión de las manos de los tres: no son los esposos solos quienes se unen en este sacramento si no con Cristo, quien debe estar siempre en el centro y el corazón de todo matrimonio cristiana.
  • San José su ternura y confianza están reflejadas en su actitud hacia María. Él se apoya con amor sobre su cabeza, le da seguridad, amor, confianza, entrega, también apoyando su mano en su hombro. San José fue quien se encargó de cuidar a la Sagrada Familia siguiendo el mandato de Dios a través del ángel: "José se levantó, tomó al niño y a su madre, y entró en la tierra de Israel" (Mt. 2, 21), su misión fue siempre que el Hijo y la Madre no fueran separados. 
  • Virgen María, su actitud es de contemplación y serenidad. Hallamos esta actitud en el Evangelio: "Mientras tanto, María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón" (Lc. 2, 19). María está constantemente en contemplación de la vida de Jesús y quiere transmitir con su presencia la oración, el silencio y la escucha.
  • Niño Jesús, está dirigiendo el matrimonio con su mano, recordando las palabras del profeta Isaías: "Un Niño pequeño los conducirá" (Is. 11, 6). Lleva el yugo sobre el hombro "Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana" (Mt. 11, 29-30), este yugo está representado en la estola que lleva en el hombro derecho.
  • Colores, dentro de la iconografía los colores tienen su significado. El manto de la Virgen María, de color rojo púrpura representa la realeza y el corazón de la mujer que es centro del hogar cristiano. María debe ser Reina de nuestras familias.  El manto de san José, de color tierra, representa el sacrificio, la humildad y el trabajo. Es la imagen del Padre que protege, que trabaja, que se sacrifica por la familia. El manto del Niño Jesús es de color naranja con vetas doradas y debajo, una túnica blanca: representa que es la Luz del Mundo, el Verbo encarnado de Dios Padre que vino a redimir al pueblo de las tinieblas: "Mis ojos han visto la salvación que preparaste delante de todos los pueblos: luz para iluminar las naciones paganas y gloria de tu Pueblo Israel" (Lc. 2, 30-32)

Para finalizar, rezamos con la oración a la Sagrada Familia de san Juan Pablo II, en la "Familiaris Consortio" (#86):

Que Cristo Señor, Rey del universo, Rey de las familias, esté presente como en Caná, en cada hogar cristiano para dar luz, alegría, serenidad y fortaleza. A Él, en el día solemne dedicado a su Realeza, pido que cada familia sepa dar generosamente su aportación original para la venida de su Reino al mundo, «Reino de verdad y de vida, Reino de santidad y de gracia, Reino de justicia, de amor y de paz» hacia el cual está caminando la historia.

Que la Virgen María, como es Madre de la Iglesia, sea también Madre de la «Iglesia doméstica», y, gracias a su ayuda materna, cada familia cristiana pueda llegar a ser verdaderamente una «pequeña Iglesia», en la que se refleje y reviva el misterio de la Iglesia de Cristo. Sea ella, Esclava del Señor, ejemplo de acogida humilde y generosa de la voluntad de Dios; sea ella, Madre Dolorosa a los pies de la Cruz, la que alivie los sufrimientos y enjugue las lágrimas de cuantos sufren por las dificultades de sus familias.

Que San José, «hombre justo», trabajador incansable, custodio integérrimo de los tesoros a él confiados, las guarde, proteja e ilumine siempre.


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