25 de agosto de 2021

Nuestra Señora de Czestochowa, Reina de Polonia

 
El 26 de agosto se celebra la fiesta de Nuestra Señora de Czestochowa, patrona y Reina de Polonia. Esta advocación mariana se hizo mundialmente famosa gracias a san Juan Pablo II que siempre tuvo gran devoción por la Virgen María, especialmente por esta imagen en particular que era patrona de su amada tierra.

Breve historia del ícono de Jasna Gora

La tradición popular dice que esta imagen fue hecha sobre una madera que provenía de una mesa que la Virgen María llevó consigo a la casa de san Juan después de la crucifixión y resurrección de Jesús. Esa mesa habría sido fabricada por el mismo san José y que el evangelista san Lucas pintó, cortando una parte de la misma, a pedido de unas mujeres piadosas un ícono de la Madre de Dios. 

San Lucas pintó el ícono y éste estuvo en Jerusalén, hasta que Santa Elena lo descubrió en el siglo IV, cuando junto con otras sagradas reliquias de Tierra Santa fue llevado a Constantinopla. Allí se erigió una iglesia dedicada a la Madre de Dios y se colocó este ícono. Tiempo después, en una ocasión los musulmanes intentaron invadir la ciudad pero los fieles llevaron la imagen en procesión por las calles y éstos huyeron despavoridos. 

La imagen estuvo en Constantinopla por 500 años, después de pasar por varias manos como dote para bodas, llegó a tierras que en ese momento eran parte de  Rusia y actualmente Polonia. El rey polaco san Ladislao la colocó en la capilla de su palacio de Belz. Los tártaros asediaron su castillo y una flecha ingresó por una ventana de dicha capilla, rasguñando el ícono a la altura del rostro de la Virgen. Este rasguño permanece en la imagen a pesar de que se intentó arreglar, incluso se ha dejado en las reproducciones del ícono. 

San Ladislao decidió proteger la imagen de las insistentes invasiones tártaras y la llevó a Opala, para llevarla ahí pasó por Czestochowa, siguiendo hasta Jasna Gora (Colina luminosa), donde se colocó en una iglesia consagrada a la Asunción de la Virgen María. Al día siguiente colocaron la imagen en una carreta pero los caballos no querían moverse. Aceptaron que la Virgen deseaba quedarse en dicho lugar, entonces san Ladislao regresó la imagen solemnemente a la Iglesia de la Asunción el 26 de agosto de 1382. Se construyó una iglesia y un monasterio de padres paulinos que custodiaron la imagen por más de seis siglos. 

Los husitas en 1430 invadieron la iglesia y el monasterio, lo saquearon y robaron el ícono de la Virgen. La colocaron en una carreta pero los caballos se rehusaron a avanzar, recordando el milagro acaecido a san Ladislao, los herejes la arrojaron al suelo y la rompieron ent res pedazos. También otro soldado decidió tomar su espada y le hizo tres profundas cortadas. Después quiso golpearla por tercera vez pero cayó al suelo, se retorció y murió. Las tres cortadas permanecen aun hoy en la sagrada imagen de nuestra Señora. 

La Virgen continuó en peligro hacia 1655, cuando unos doce mil suecos se enfrentaron a trescientos hombres que protegieron el santuario. Los polacos lograron salvaguardar el santuario y el ícono gracias a la protección de María. Fue entonces cuando, un año después, el 3 de mayo el rey Jan Casimir declaró  a Nuestra Señora de Czestochowa como Reina de Polonia, colocando su propia corona a los pies de la imagen. 

En 1920, cuando el ejército ruso se estableció en el río Vístula para invadir Varsovia, el pueblo polaco acudió a la intercesión de la Reina de Polonia. El 15 de septiembre el ejército se retiró cuando se pudo ver la imagen de nuestra Señora en una nube sobre la ciudad. Este milagro es conocido como "el milagro del Vístula". 

Al inicio de la segunda guerra mundial, los nazis invadieron Polonia. Con la toma de Varsovia, una de las órdenes fue suspender las peregrinaciones ya que estas fortalecían la identidad y la fe del pueblo polaco. Sin embargo miles de fieles peregrinaban secretamente al santuario de nuestra Madre y en 1945 un millón y medio de personas peregrinaron para agradecer a la Virgen por la liberación del país de la opresión nazi. 

Más tarde, en 1948, a pesar de la invasión de la comunista rusa, 800.000 personas peregrinaron a Czestochowa con ocasión de la solemnidad de la Asunción.

San Juan Pablo II visitó en varias ocasiones el santuario de Czestochowa siendo Papa. La primera vez fue en 1979 y cada vez que visitó Polonia. En su capilla privada del Vaticano también tenía colocada una reproducción del rostro de la imagen.  En su viaje de 1979 dijo las siguientes palabras:

"Los polacos se han acostumbrado a vincular a este lugar y a este santuario las numerosas vicisitudes de su vida: los diversos momentos alegres o tristes, especialmente los momentos solemnes, decisivos, los momentos de responsabilidad, como la elección de la propia dirección de la vida, la elección de la vocación, el nacimiento de los propios hijos, los exámenes de madurez... y tantos otros momentos. Se han acostumbrado a venir con sus problemas a Jasna Góra, para hablar de ellos a la Madre celeste, la que tiene aquí no sólo su imagen, su efigie —una de las más conocidas y veneradas en el mundo—, sino que está aquí particularmente presente. Está presente en el misterio de Cristo y de la Iglesia, como enseña el Concilio. Está presente para todos y cada uno de los que peregrinan hacia Ella, aunque sólo sea con el alma y el corazón, cuando no pueden hacerlo físicamente. Los polacos están habituados a esto. Están habituados incluso los pueblos afines, naciones limítrofes. Cada vez más llegan aquí hombres de toda Europa y de más allá de ella.

El cardenal primado, en el curso de la gran novena, se expresaba sobre el significado del santuario de Czestochowa en relación a la vida de la Iglesia con estas palabras: "¿Qué ha sucedido en Jasna Góra? Hasta este momento no estamos en disposición de dar una respuesta adecuada. Ha sucedido algo más de lo que se podía imaginar... Jasna Góra se ha revelado como un vínculo interno en la vida polaca, una fuerza que toca profundamente el corazón y tiene a toda la nación en humilde, pero fuerte actitud de fidelidad a Dios, a la Iglesia y a su jerarquía. Para todos nosotros ha sido una gran sorpresa ver la potencia de la Reina de Polonia manifestarse de modo tan magnífico".

El papa Francisco visitó el Santuario en 2016 con ocasión de su viaje apostólico a Polonia. También coincidió con el 1050º aniversario del Bautismo de Polonia. Allí dirigió algunas palabras al pueblo de Polonia:

 "También vuestra historia, impregnada de Evangelio, cruz y fidelidad a la Iglesia, ha visto el contagio positivo de una fe genuina, trasmitida de familia en familia, de padre a hijo, y sobre todo de las madres y de las abuelas, a quienes hay mucho que agradecer. De modo particular, habéis podido experimentar en carne propia la ternura concreta y providente de la Madre de todos, a quien he venido aquí a venerar como peregrino, y a quien hemos saludado en el Salmo como «honor de nuestro pueblo» (Jdt 15,9).

Aquí reunidos, volvemos los ojos a ella. En María encontramos la plena correlación con el Señor: al hilo divino se entrelaza así en la historia un «hilo mariano». Si hay alguna gloria humana, algún mérito nuestro en la plenitud del tiempo, es ella: es ella ese espacio, preservado del mal, en el cual Dios se ha reflejado; es ella la escala que Dios ha recorrido para bajar hasta nosotros y hacerse cercano y concreto; es ella el signo más claro de la plenitud de los tiempos.

En la vida de María admiramos esa pequeñez amada por Dios, que «ha mirado la sencillez de su esclava» y «enaltece a los humildes» (Lc 1,48.52). Él se complació tanto de María, que se dejó tejer la carne por ella, de modo que la Virgen se convirtió en Madre de Dios, como proclama un himno muy antiguo, que cantáis desde hace siglos. Que ella os siga indicando la vía a vosotros, que de modo ininterrumpido os dirigís a ella, viniendo a esta capital espiritual del país, y os ayude a tejer en la vida la trama humilde y sencilla del Evangelio.

En Caná, como aquí en Jasna Góra, María nos ofrece su cercanía, y nos ayuda a descubrir lo que falta a la plenitud de la vida. Ahora como entonces, lo hace con cuidado de Madre, con la presencia y el buen consejo; enseñándonos a evitar decisionismos y murmuraciones en nuestras comunidades. Como Madre de familia, nos quiere proteger a todos juntos, a todos juntos. En su camino, vuestro pueblo ha superado en la unidad muchos momentos duros. Que la Madre, firme al pie de la cruz y perseverante en la oración con los discípulos en espera del Espíritu Santo, infunda el deseo de ir más allá de los errores y las heridas del pasado, y de crear comunión con todos, sin ceder jamás a la tentación de aislarse e imponerse".

Oración a la Virgen Reina de Polonia, escrita por el
beato mártir Jerzy Popieluszko

Santísima María, ruega por nosotros.

Madre de Dios y nuestra Madre, ruega por nosotros.

Madre de aquellos quienes colocan su esperanza en la Providencia de Dios, ruega por nosotros.

Madre de aquellos quienes son decepcionados, ruega por nosotros.

Madre de aquellos quienes son traicionados, ruega por nosotros.

Madre de aquellos quienes son arrestados en la noche, ruega por nosotros.

Madre de aquellos quienes son encarcelados, ruega por nosotros.

Madre de aquellos quienes sufren del frio, ruega por nosotros.

Madre de aquellos quienes viven en temor, ruega por nosotros.

Madre de aquellos quienes son sometidos a interrogaciones, ruega por nosotros.

Madre de esos inocentes que han sido condenados, ruega por nosotros.

Madre de aquellos quienes dicen la verdad, ruega por nosotros.

Madre de aquellos quienes no pueden ser corrumpidos, ruega por nosotros.

Madre de aquellos quienes resisten al mal y la tiranía, ruega por nosotros.

Madre de los huérfanos, ruega por nosotros.

Madre de aquellos quienes han sido atacados o burlados porque se visten de tu imágen, ruega por nosotros.

Madre de aquellos quienes son forzados a firmar declaraciones contrarias a su conciencia, ruega por nosotros.

Madre de aquellos quienes lloran, ruega por nosotros.

Madre de madres que lloran, ruega por nosotros.

Madre de padres que han sido profundamente entristecidos, ruega por nosotros.

Madre de la Polonia sufriente, ruega por nosotros.

Madre de nuestro mundo sufriente, ruega por nosotros.

Madre de la siempre fiel Polonia, ruega por nosotros.

Madre de todos los fieles, ruega por nosotros.

Madre de todos los Cristianos perseguidos, ruega por nosotros.

Madre de todos los que están de luto, ruega por nosotros.

¡Nuestra Señora de Czestochowa, Reina de Polonia, ruega por nosotros!

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