10 de agosto de 2021

Santa Clara de Asís

 El 11 de agosto la Iglesia celebra a Santa Clara de Asís, discípula de san Francisco y fundadora de la orden de las hermanas pobres.

Nació en Asís en 1193, en una familia noble y rica. Su padre, Favarone Offeduccio era caballero y su madre Ortolana, descendiente de una familia de la nobleza, a su vez era profundamente cristiana. 


Se dice de Clara que desde pequeña tuvo muchas virtudes, era asidua en la oración y la penitencia. Escuchó hablar de los Hermanos Menores, los franciscanos y de san Francisco, pero tenía prohibido hablar con ellos, aunque les tenía gran estima y un profundo amor y deseo de imitar. A través de una criada, les enviaba alimentos y cosas que necesitaran.

Cuando Clara tenía 18 años, en la Cuaresma de 1210 escuchó una prédica de san Francisco en la catedral de Asís. En él Francisco habló sobre la importancia de dejar las riquezas y los bienes para seguir al Señor. Experimentó en su corazón que era el momento de cumplir con la voluntad de Dios que sentía dentro de su corazón: dejarlo todo y seguir a Cristo consagrándose totalmente a Él. 

Se dedicó día y noche a meditar las palabras que había escuchado de san Francisco y se lo comunicó. El 18 de marzo de 1212, en la noche del Domingo de Ramos, se fugó de su casa y se dirigió a la Porciúncula, la pequeña capilla de Santa María de los Ángeles, donde la esperaban Francisco y sus discípulos para que se consagrara al Señor. 

Santa Clara hizo ante san Francisco la promesa de vivir en pobreza y dedicándose totalmente a la vida de oración, pobreza y penitencia. Luego, él le cortó su cabello y la cubrió con un velo, luego la envió a una abadía benedictina cercana para que se formara en la vida consagrada. 

Su padre, al enterarse, se enfureció y fue a buscarla para regresarla a su casa, pero la firme decisión de Clara lo obligaron a declinar su deseo. Se unen a ella después su hermana Inés y su prima, Pacífica. 

Las primeras clarisas se trasladan entonces a San Damián, en la Capilla de Santa María de los Ángeles que san Francisco había reconstruido.  Allí, con santa Clara al frente de la comunidad, siendo un ejemplo de virtud, de humildad y de entrega al Señor, viviendo siempre aquello que deseaba transmitir a sus hijas espirituales. 

Hacía los trabajos más difíciles y servía a todas sus hermanas, aun en cosas pequeñas y sencillas. Por ejemplo, muchas veces ayunaba para que otra hermana pudiese comer más. Vivía en continua penitencia, sacrificio y oración, sufría con gozo junto a Cristo con el que estaba enteramente desposada.  Su mayor rasgo era la humildad, vivida claramente en la vida comunitaria

Ella deseaba vivir de forma radical la pobreza, el no poseer nada más que a Jesús. Ella deseaba alcanzar el privilegio de la pobreza, que le fue concedido por el papa Inocencio III. Era costumbre en la época que a los conventos se les cedieran tierras para percibir rentas de los mismos y asegurar su sustento económico, pero Clara lo rechazaba, siguiendo el ejemplo de san Francisco, ya que no querían tener nada como propio. Cuando le decían que pensara en el futuro sustento de su comunidad, respondía con las palabras de Cristo en el Evangelio: "Mi Padre celestial que alimenta a las avecillas del campo, nos sabrá alimentar también a nosotros".

Es muy conocido el milagro eucarístico que tuvo lugar en 1241, cuando los sarracenos invadieron la ciudad de Asís. En un momento trataron de atacar a la comunidad de las clarisas. Todas las monjas se pusieron a rezar a la Capilla, y santa Clara tomó en sus manos el Santísimo Sacramento y lo llevó hacia donde estaban los sarracenos, ellos tuvieron gran terror y huyeron despavoridos. 

En una ocasión tenían un solo pan para comer cincuenta hermanas. Clara lo bendijo y después de rezar el padrenuestro envió la mitad a los hermanos y la otra mitad la dio a las hermanas, el pan se multiplicó y todas comieron. Ella les dijo: "Aquel que multiplica el pan en la Eucaristía, el gran misterio de fe, ¿acaso le faltará poder para abastecer de pan a sus esposas pobres?"

Santa Clara enfermó gravemente y pasó 27 años enferma en San Damián, soportando muchos dolores y sufrimientos corporales, dedicándose a bordar, coser y rezar sin cesar. En su lecho fue visitada dos veces por el Santo Padre. También la frecuentaban obispos y cardenales para pedir su consejo.  San Francisco ya había muerto en 1226. 

Finalmente, el 10 de agosto de 1253, con 60 años, de los cuales 41 había consagrado a Cristo, y dos días después de que el Papa aprobara la regla de la Clarisas, Santa Clara muere en la paz del Señor. Fue canonizada en 1255. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.