Hoy iniciamos la novena a Santa Teresita del Niño Jesús. Les invitamos a sumarse rezando con nosotros las 24 glorias, en honor suyo y a pedir gracias por su intercesión poderosísima.
También les dejamos algunas reflexiones para leer cada día y el esquema de cómo rezar la novena.
Esquema de la Novena
- Hacer la Señal de la Cruz y rezar el Acto de contrición: "Perdóname, Dios mío, me arrepiento de todo corazón de haberte ofendido, me pesa el infierno que merecí y el cielo que perdí, pero me pesa mucho más haberte ofendido con mi pecado, a Vos, un Dios tan bueno y grande. Antes querría haber muerto que haberte ofendido y propongo firmemente, con la ayuda de tu gracia, confesarme correctamente y evitar las ocasiones próximas de pecado. Amén"
- Invocamos al Espíritu Santo: "Ven Espíritu Santo, ven a iluminar mi mente y mi corazón en la oración, para vivir según la voluntad del Padre. Ven Espíritu Santo, ilumíname, sáname, guíame y transfórmame. Enséñame e inspírame en la oración. Amén" (se puede hacer sino, una oración espontánea al Espíritu Santo).
- Leer la meditación propia del día.
- Rezar la "Coronilla de Santa Teresita"
- Finalizar con una oración espontánea o la oración a Santa Teresita, abajo bosquejada.
Oraciones que componen esta novena
Meditaciones para cada día
1. "Lo propio del Amor es abajarse"
"Comprendí también que el amor de Nuestro Señor se revela lo mismo en el alma más sencilla que no opone resistencia alguna a su gracia, que en el alma más sublime. Y es que, como lo propio del amor es abajarse, si todas las almas se parecieran a las de los santos doctores que han iluminado a la Iglesia con la luz de su doctrina, parecería que Dios no tendría que abajarse demasiado al venir a sus corazones. Pero él ha creado al niño, que no sabe nada y que sólo deja oír débiles gemidos; y ha creado al pobre salvaje, que sólo tiene para guiarse la ley natural. Y hasta sus corazones quiere abajarse. Estas son sus flores de los campos, cuya sencillez le fascina..."
2. "Comprendí lo que es la Caridad"
"Dios me ha concedido la gracia de comprender lo que es
la caridad. Es cierto que también antes la comprendía, pero de manera
imperfecta. No había profundizado en estas palabras de Jesús: «El segundo
mandamiento es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo».
Me dedicaba sobre todo a amar a Dios. Y amándolo, comprendí que mi amor no
tenía que traducirse tan sólo en palabras, porque: «No todo el que me dice Señor,
Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de Dios». Y
esta voluntad, Jesús la dio a conocer muchas veces, debería decir que casi en
cada página de su Evangelio. Pero en la última cena, cuando sabía que el corazón
de sus discípulos ardía con un amor más apasionado por él, que acababa de
entregarse a ellos en el inefable misterio de la Eucaristía, nuestro dulce Salvador
quiso darles un mandamiento nuevo. Y les dijo, con indecible ternura: "Les doy un
mandamiento nuevo: que se amen unos a otros como
yo los he amado. La señal por la que conocerán todos que son discípulos míos,
será que se aman unos a otros"
3. La verdadera libertad
¡Y qué paz inunda el alma cuando se eleva por encima de los sentimientos de la
naturaleza...! No, no existe alegría comparable a la que saborea el verdadero
pobre de espíritu. Si pide con desprendimiento algo que necesita, y no sólo se lo
niegan sino que hasta intentan quitarle lo que tiene, está siguiendo el consejo de
Jesús: Al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también la capa...
Darle también la capa es, creo yo, renunciar una a sus últimos derechos, es
considerarse como la sierva y la esclava de las demás.
Cuando una se ha desprendido de la capa, es más fácil caminar, correr. Por eso
Jesús añade: Y a quienquiera que te obligue a caminar con él mil pasos,
acompáñale dos mil más.
4. Un pincel en manos de Jesús
Si el lienzo que pinta un artista pudiera pensar y hablar, seguramente no se
quejaría de que el pincel lo toque y lo retoque sin cesar; ni tampoco envidiaría la
suerte de ese instrumento, pues sabría que la belleza de que está revestido no se
la debe al pincel sino al artista que lo maneja.
El pincel, por su parte, no puede gloriarse de la obra de arte que ha hecho. Sabe
que los artistas no se apuran por nada, que se ríen de las dificultades, que a veces
les gusta escoger instrumentos débiles y defectuosos...
Madre querida, yo soy un pincelito que Jesús ha escogido para pintar su imagen
en las almas que usted me ha confiado. Un artista no utiliza solamente un pincel,
necesita al menos dos. El primero es el más útil, con él da los colores comunes y
cubre totalmente el lienzo en muy poco tiempo; el otro, el más pequeño, le sirve
para los detalles.
5. Entregarme en las manos de Jesús
"Vi que la única cosa necesaria era
unirme cada día más a Jesús y que todo lo demás se me daría por añadidura. Y mi
esperanza nunca ha sido defraudada. Dios se ha dignado llenar mi manita cuantas
veces ha sido necesario para que yo alimentase el alma de mis hermanas.
Le confieso, Madre querida, que si me hubiese apoyado lo más mínimo en mis
propias fuerzas, pronto le hubiera entregado las armas" (...) Desde que me puse en brazos de Jesús, soy como el vigía que observa al enemigo
desde la torre más alta de una fortaleza. Nada escapa a mi mirada. Muchas veces
yo misma me sorprendo de ver tan claro, y me parece muy disculpable el profeta
Jonás por haber huido en vez de ir a anunciar la ruina de Nínive. Preferiría mil
veces recibir yo reproches que hacerlos yo a las demás.
6. El Rosario
"Pero rezar yo sola el rosario (me da vergüenza confesarlo) me cuesta más que
ponerme un instrumento de penitencia... ¡Siento que lo rezo tan mal! Por más que
me esfuerzo por meditar los misterios del rosario, no consigo fijar la atención...
Durante mucho tiempo me sentía desconsolada por esta falta de atención, que me
extrañaba, pues amo tanto a la Santísima Virgen, que debería resultarme fácil
rezar en su honor unas oraciones que le agradan. Ahora me desconsuelo ya
menos, pues pienso que, como la Reina de los cielos es mi Madre, debe de ver mi
buena voluntad y se conforma con ella.
A veces, cuando mi espíritu se encuentra en tan gran sequedad que me es
imposible sacar un solo pensamiento para unirme a Dios, rezo muy lentamente un
«Padrenuestro», y luego la salutación angélica. Entonces, esas oraciones me
fascinan y alimentan mi alma mucho más
que si las rezase precipitadamente un centenar de veces... La Santísima Virgen me demuestra que no está disgustada conmigo. Nunca deja de protegerme en cuanto la invoco. Si me sobreviene una inquietud o un apuro, me vuelvo rápidamente hacia ella, y siempre se hace cargo de mis intereses como la más tierna de las madres. ¡Cuántas veces, hablando a las novicias, me ha ocurrido invocarla y sentir los favores de su protección maternal...!"
que si las rezase precipitadamente un centenar de veces... La Santísima Virgen me demuestra que no está disgustada conmigo. Nunca deja de protegerme en cuanto la invoco. Si me sobreviene una inquietud o un apuro, me vuelvo rápidamente hacia ella, y siempre se hace cargo de mis intereses como la más tierna de las madres. ¡Cuántas veces, hablando a las novicias, me ha ocurrido invocarla y sentir los favores de su protección maternal...!"
7. Maternidad espiritual de Sacerdotes
"En una palabra, quiero ser hija de la Iglesia, como lo era nuestra Madre santa
Teresa [se refiere a Santa Teresa de Jesús, reformadora del Carmelo Descalzo], y rogar por las intenciones de nuestro Santo Padre el Papa, sabiendo que
sus intenciones abarcan todo el universo.
Esta es la meta global de mi vida. Pero esto no me habría impedido rezar y
unirme de una manera muy especial a la actividad de mis angelitos queridos si
ellos hubiesen sido sacerdotes.
Pues bien, así es como me he unido espiritualmente a los apóstoles que Jesús me
ha dado por hermanos: todo lo mío es de cada uno de ellos. Sé muy bien que el
buen Dios es demasiado bueno para andarse con repartos. Él es tan rico, que me
da sin medida todo lo que le pido... Pero no vaya a creer, Madre, que me pierdo
en largas enumeraciones"
8. A los pies de Jesús
"Yo pido a Jesús que me atraiga a las llamas de
su amor, que me una tan estrechamente a él que sea él quien viva y quien actúe
en mí. Siento que cuanto más me abrase el corazón el fuego del amor, más diré
«Atráeme», y que las almas que se acerquen a mí (pobre trocito de hierro inútil,
si me alejase de la hoguera divina) correrán más ligeras tras el olor de los
perfumes de su Amado. Porque un alma abrasada de amor no puede estarse
inactiva. Ciertamente, como santa María Magdalena, permanece a los pies de
Jesús y escucha sus palabras dulces e inflamadas. Parece que no da nada, pero da
mucho más que Marta, que anda inquieta con muchas cosas y quisiera que su
hermana la imitase".
9. Dirigirse hacia Dios
Un sabio decía: «Dadme una palanca, un punto de apoyo, y levantaré el mundo».
Lo que Arquímedes no pudo lograr, porque su petición no se dirigía a Dios y
porque la hacía únicamente desde un punto de vista material, los santos lo
lograron en toda su plenitud. El Todopoderoso les dio un punto de apoyo: él
mismo, él solo. Y una palanca: la oración, que abrasa con fuego de amor. Y así
levantaron el mundo. Y así lo levantan los santos que aún militan en la tierra. Y
así lo levantarán también hasta el fin del mundo los santos que vendrán.
Madre querida, quisiera decirle ahora lo que yo entiendo por el olor de los
perfumes del Amado.
Coronilla a Santa Teresita de Lisieux
Se recomienda usar una especie de rosario que contenga 24 cuentas para contar las oraciones.
Se puede rezar sencillamente así:
Rezar el Gloria 24 veces, ó rezar entre cada uno "Santa Teresita, ruega por nosotros" o de la siguiente forma: entre cada una de las siguientes letanías rezar un Gloria:
Gloria...
+ Hija predilecta de María Ruega por nosotros
Gloria...
+ Esposa fiel de Jesús Ruega por nosotros
Gloria...
+ Madre de muchas almas Ruega por nosotros
Gloria...
+ Ejemplo de santidad Ruega por nosotros
Gloria...
+ Milagro de virtudes Ruega por nosotros
Gloria...
+ Prodigio de milagros Ruega por nosotros
Gloria...
+ Virgen prudente Ruega por nosotros
Gloria...
+ Heroína de la fe Ruega por nosotros
Gloria...
+ Ángel de caridad Ruega por nosotros
Gloria...
+ Violeta de humildad Ruega por nosotros
Gloria...
+ Mistica pasionaria Ruega por nosotros
Gloria...
+ Lirio purísimo del Carmelo Ruega por nosotros
Gloria...
+ Flor selecta de la Iglesia Ruega por nosotros
Gloria...
+ Rosa desojada de amor Ruega por nosotros
Gloria...
+ Mártir de amor Ruega por nosotros
Gloria...
+ Mensajera de la Paz Ruega por nosotros
Gloria...
+ Encanto de Cielo y Tierra Ruega por nosotros
Gloria...
+ Patrona de las Misiones Ruega por nosotros
Gloria...
+ Sembradora de rosas Ruega por nosotros
Gloria...
+ Maestra de la Infancia espiritual Ruega por nosotros
Gloria...
+ Abogada de los sacerdotes Ruega por nosotros
Gloria...
+ Vos que pasas tu Cielo haciendo el bien en la Tierra Ruega por nosotros
Gloria...
Santa Teresita, vengo a tus pies con confianza para pedirte que intercedas por mí. La Cruz de mi vida me pesa y no encuentro más que espinas en ella. ¡Pequeña Flor de Jesús! Envía sobre mi corazón una lluvia de rosas, llenas de gracia y virtud, para que suba al Calvario lleno de su dulce aroma.
Envíame tu sonrisa de tus labios y una mirada de tus ojos, que tanto valen más que las alegrías terrenas.
Querido Papá Dios, por intercesión de tu hija fiel, Santa Teresita, concedeme la gracia de cumplir tu voluntad y la gracia que te pido (formularla...)
Santa Teresita, toma en tus manos este pedido y alcánzalo a Dios.
Amén.
Gloria...
+ Esposa fiel de Jesús Ruega por nosotros
Gloria...
+ Madre de muchas almas Ruega por nosotros
Gloria...
+ Ejemplo de santidad Ruega por nosotros
Gloria...
+ Milagro de virtudes Ruega por nosotros
Gloria...
+ Prodigio de milagros Ruega por nosotros
Gloria...
+ Virgen prudente Ruega por nosotros
Gloria...
+ Heroína de la fe Ruega por nosotros
Gloria...
+ Ángel de caridad Ruega por nosotros
Gloria...
+ Violeta de humildad Ruega por nosotros
Gloria...
+ Mistica pasionaria Ruega por nosotros
Gloria...
+ Lirio purísimo del Carmelo Ruega por nosotros
Gloria...
+ Flor selecta de la Iglesia Ruega por nosotros
Gloria...
+ Rosa desojada de amor Ruega por nosotros
Gloria...
+ Mártir de amor Ruega por nosotros
Gloria...
+ Mensajera de la Paz Ruega por nosotros
Gloria...
+ Encanto de Cielo y Tierra Ruega por nosotros
Gloria...
+ Patrona de las Misiones Ruega por nosotros
Gloria...
+ Sembradora de rosas Ruega por nosotros
Gloria...
+ Maestra de la Infancia espiritual Ruega por nosotros
Gloria...
+ Abogada de los sacerdotes Ruega por nosotros
Gloria...
+ Vos que pasas tu Cielo haciendo el bien en la Tierra Ruega por nosotros
Gloria...
Santa Teresita del Niño Jesús
¡ruega por nosotros!
Oración a Santa Teresita de Lisieux
Santa Teresita, vengo a tus pies con confianza para pedirte que intercedas por mí. La Cruz de mi vida me pesa y no encuentro más que espinas en ella. ¡Pequeña Flor de Jesús! Envía sobre mi corazón una lluvia de rosas, llenas de gracia y virtud, para que suba al Calvario lleno de su dulce aroma.
Envíame tu sonrisa de tus labios y una mirada de tus ojos, que tanto valen más que las alegrías terrenas.
Querido Papá Dios, por intercesión de tu hija fiel, Santa Teresita, concedeme la gracia de cumplir tu voluntad y la gracia que te pido (formularla...)
Santa Teresita, toma en tus manos este pedido y alcánzalo a Dios.
Amén.
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