16 de julio de 2021

Beatas Mártires de Compiegne y beatos Mártires Riojanos

La Iiturgia de la Iglesia celebra el 17 de julio dos grupos de mártires: las beatas mártires carmelitas de Compiegne (Francia) y los beatos Mártires Riojanos (Argentina).  Ambos grupos fueron mártires en épocas complejas de la historia de sus países y derramaron su sangre por la fidelidad al Evangelio, a Cristo y a la Iglesia.

Beatas Carmelitas Mártires de Compiegne

Se trata de la comunidad de Carmelitas Descalzas del Convento de Compiegne, en Francia. Al estallar la revolución francesa en 1789 hubo una gran persecución a la Iglesia Católica. Muchos monasterios e iglesias fueron profanados y saqueados, muchos sacerdotes, religiosas y laicos fueron martirizados. Al llegar al Carmelo estas noticias, en 1792 la comunidad profesa solemnemente un voto de fidelidad a Cristo hasta el martirio. 

En 1790  las carmelitas son obligadas a abandonar el uso del hábito y la vida comunitaria, siendo enviadas a vivir en casas seculares y disgregadas entre ellas. Las religiosas continuaron su vida de oración y penitencia, además de continuar intercambiando correspondencia con sacerdotes de París. Fueron sorprendidas por los revolucionarios y se inspeccionaron las casas donde residían, en las que encontraron objetos 'subversivos' como estampas del Sagrado Corazón de Jesús, correspondencia con sacerdotes, entre otras cosas.

Fueron recluídas en el monasterio de la Visitación el 22 de junio de 1794, convertido ahora en prisión. El 12 de julio fueron trasladadas a París porque se retractaron del juramento antes realizado con la república. Las ataron con las manos en la espalda y subidas en dos carretas de paja, con el fin de llevarlas a un juicio y luego a la guillotina.

En la nueva cárcel de París continuaron la vida de oración comunitaria, rezando junto con otros cristianos detenidos allí. Celebraron el 16 de julio, solemnidad de nuestra Señora del Carmen con gran gozo. Al día siguiente comparecieron ante el tribunal revolucionario, donde fueron interrogadas y encontradas culpables de cargos como mantener reuniones contrarrevolucionarias, correspondencia fanática, entre otros. 

Una hora más tarde eran llevadas en carretas hacia la plaza del Trono derrocado. En el camino cantaban himnos como el Miserere, Salve Regina y al llegar a la guillotina, el Te Deum y el Veni Creator Spiritus.  Renovaron su consagración bautismal y sus votos religiosos. Una a una subieron al patíbulo y fueron guillotinadas. Finalmente, la última en morir fue la Madre priora, Madre Teresa de San Agustín. Esto sucedió en la tarde del 17 de julio de 1794. 

Fueron beatificadas por ser mártires por odio a la fe, en 1905. 

Su historia quedó en el cine, a través de la película "Diálogo de Carmelitas", que pueden ver aquí:



Beatos Mártires Riojanos

Los cuatro mártires riojanos fueron un obispo, Monseñor Enrique Angelleli, dos sacerdotes, Gabriel Logeville y Carlos Murias y un laico y padre de familia, Wenceslao Pedernera. 

Los cuatro trabajaron arduamente en la pastoral en la diócesis de La Rioja, Argentina, durante los años posteriores al Concilio Vaticano II, intentando poner en práctica la renovación de la Iglesia en la cercanía con los fieles, las realidades y contextos sociales. Esto fue visto con suma sospecha por parte del gobierno de facto, instaurado el 24 de marzo de 1976 en Argentina.

Los dos sacerdotes, Carlos y Gabriel, fueron asesinados el 18 de julio de 1976 y sus cuerpos fueron hallados un tiempo más tarde. El laico Wenceslao Pedernera fue acribillado violentamente fuera de su casa, en frente de su esposa e hijas, el 25 de julio siguiente. Finalmente, el obispo Enrique Angelleli muere a consecuencia de un incidente automovilístico el 4 de agosto, al regresar de Chamical luego de investigar la muerte de los dos sacerdotes. 
Su beatificación tuvo lugar el 27 de abril de 2019 en La Rioja, Argentina. 

Para mayor información: https://martires.org.ar/

Que la Sangre de los mártires sea una semilla para la renovación de la Iglesia desde sus fuentes...

"¡La sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos! (Tertuliano, «Apol.», 50,13: CCL 1,171). Esta expresión, acuñada durante las persecuciones de los primeros siglos, debe hoy llenar de esperanza vuestras iniciativas apostólicas y esfuerzos pastorales en la tarea, no siempre fácil, de la nueva evangelización. Contáis para ello con la ayuda inigualable de vuestros mártires. Acordaos de su valor, «fijaos en el desenlace de su vida e imitad su fe. Jesucristo es el mismo ayer y hoy y siempre» (Hb 13,7-8)"

(San Juan Pablo II, 11/03/2001
beatificación de mártires de la guerra civil española)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.